sábado, marzo 09, 2013

39 años del asesinato de Mamá Tingó


Por Marcelo Peralta
mperiodista1958@hotmail.com

Mamá Tingó era una mujer de edad avanzada y analfabeta.

A ella la adornaron cualidades y autoridad suficientes para encabezar la lucha contra los desalojos injustificados.

Mamá Tingó es un ejemplo de la participación de las mujeres en el sindicalismo y en la lucha para que la tierra de los hombres y mujeres que la trabajan

Después de poner una querella contra el terrateniente Pablo Díaz, la sindicalista fue asesinada por Ernesto Díaz (Turín).

Era  miembra de la Federación Dominicana de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC) y la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC).  

Fue un ejemplo de la mujer rural en la defensa de los derechos del campesinado en todo el continente.

Un símbolo inconfundible del Social Cristianismo en la República Dominicana.

Mujer campesina de principios. 

Mamá Tingó, fue un ícono de la lucha y defensora de los derechos del campesino.

Su nombre era Florinda Soriano Muñoz, Mamá Tingó.

Nació el 8 de noviembre de 1921 e hija natural de Eusebia Soriano.

39 años hace que la muerte sorprendió a la líder sindical campesina.

Fue asesinada en el año 1974 en Gualey, Hato Viejo, Yamasá, en República Dominicana.

Mamá Tingó era  un símbolo de la lucha por la tierra.

Fue un ejemplo de la mujer rural en la defensa de los derechos del campesinado.

Era militante de la Liga Agraria Cristiana de una comunidad de 350 familias pobres, que venían luchando por varios años por la tierra que los vio nacer.

Varios acontecimientos ocurrieron antes del asesinato de la líder sindical.

El que mataron a cartuchazos a Mamá Tingó a la señora Altagracia Rosario le cortaron una oreja.

Recuerda que formó en una ocasión un movimiento de niños y ocupó la sindicatura de Yamasá en su defensa por la tierra. 

“Valió la pena porque se consiguieron las tierras y producen pimientas, cada quien trabaja, siembran naranjas y hay hasta granjas de pollo.

Mamá Tingó tendría como 5 años cuando murió su madre teniendo que ser criada por su abuela Nini Soriano junto a todos sus hermanos y hermanas en ese mismo lugar. 

Sus adversarios le temían y llegaron a decir que habían unas semillas muy grandes y vigorosas diseminadas en los campos, de firmeza, de amor y de justicia que se llaman Mamá Tingó.  

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