¿Somos permisivos o masoca?

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Por Marcelo Peralta
mperiodista1958@hotmail.com
prensaglobaldigital

Los abusos de Haití y la inercia del gobierno dominicano.

Palo si boga, palo si no boga

El presidente Danilo Medina a quien respeto y admiro debía deja la coraza y pronunciarse ante los atropellos sistemáticos de Haití.

No debemos ni podemos seguir tolerando tantos ataques y golpeos de un vecino que promueve la violencia de manera constante.

Es evidente que Haití no ataca por todos los lados y desde el Gobierno dominicano no hay una respuesta ni reacción contundente.

El haitiano tiene como mística hacerse la victima para que le cojan pena.

Ellos se han echado en los “bolsillos” a los dominicanos con el jueguito ese.

Impide la entrada de productos cárnicos dominicanos.

Los envases plásticos fabricados en República Dominicana, pero los contrabandean.

Secuestran a empleados en los consulados Juana Méndez y en Pedernales.

Incautan camiones, patanas, mercancías y acosan a los dominicanos y el gobierno callado.

Entran miles de haitianos ilegales en las narices de las autoridades y sobornando a militares fronterizos.

Los traficantes se ganaron 120 millones de pesos en el 2014 usando las playas dominicanas para llevar a haitianos a Puerto Rico.

Ocuparon y se apoderaron de las tierras de Quisqueya y el gobierno calla.

Canadá, en franca violación a la Soberanía Nacional financia y construye un asentamiento para haitianos en Puerto Plata desde el 2007 y ahora en el 2015 es que reacciona.

Cónsules que se han hecho, se hicieron y se están haciendo multimillonarios vendiendo visados llenando nuestra patria de haitianos.

Se permite cedulas a ilegales para tener el mismo derecho que los nativos.

El embajador haitiano insulta y acusa a los periodistas dominicanos y desde el Palacio Presidencial no hay reacción y menos del Colegio Dominicano de Periodistas.    

Sobre la desgracia haitiana, su Eminencia Reverendísima, Nicolás-Cardenal- Nicolás de Jesús López Rodríguez en su condición de ministro de la religión católica exploto y su reacción no ha tenido eco en las esferas del Estado.

El haitiano se cree tiene derecho a hacer lo que quiera en República Dominicana.

Pagamos los impuestos por bienes y servicios y es para pagar miles de millones en asistencia a los haitianos y haitianas en su mayoría contagiado del virus de VIH y de Sífilis.


Entonces: Palo si boga, palo si no boga.

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