Fundación Fidelina Adames y los envejecientes.

Fidelina Adames al centro
rodeada de íconos femeninos sabaneteros.

Por Marcelo Peralta
Hay que dar gracias a Dios hacia aquellas personas que visiten los espacios donde habitan hombres y mujeres de largas edades.
 
Fidelina Adames, al centro, rodeada de íconos y baluartes femeninos sabaneteros.

Entidades sin fines de lucro valoran la ancianidad en su justa dimensión, porque al llegar a esa edad, muchas personas se sientan excluidas del resto de la población, sin que se les haga entender que ellos son productivos, aun en el ocaso de sus días.
 
La visión del equipo humano encabezada por la licenciada Carolina Bourdierd, de la Fundación Fidelina Adames es una iniciativa loable, humana, ponderativa y valorativa de ir a visitar a esos “ancianitos” y “ancianitas” que desde aquí aplaudimos.
 Fidelina Adames y la profesora Brigida Gonell.

Desde las páginas de prensaglobaldigital saludamos ese gesto, porque consideramos que es emplear la fuerza de la juventud hoy día, como plataforma para cuando llegue la vejez.
Carolina Bourdierd de ,la Fundacion Fidelina Adames entrega un obsequio a una beneficiada.

Ese paso es, ayudar en lo posible a que la vida de los adultos mayores que entregaron parte de su vida a la sociedad y que ahora están en los asilos, a llevar una vida agradable y apegada a Dios.
 
Jamás podemos permitir, y es nuestra responsabilidad el de servir "a tiempo y fuera de tiempo, entendiendo que quien sirve y sirve".
 
No importa el nombre de quien sea, lo cierto es, que es la edad a la que todos llegaremos si no morimos jóvenes.

Sirviendo con amor y entrega a los que ayer lo hicieron es una gran estima para Dios".

“Las canas y los hilos de plata con los que Dios cose la experiencia y las arrugas; los caminos en la piel, que llevan al alma, el andar lento, el hablar a corta voz y en  baja, son señales de haber ganado la batalla en los años anteriores y ahora hay que proteger la vejez y coronar el ciclo de la vida”. 

"La edad solo es un don, que te muestra lo que has vivido, lo que has hecho por tus padres, por tus hijos, hijas, hermanos, por el próximo, por la sociedad, por la Patria  y ahora que estamos avanzados de edad, es cuando nos toca que descubramos su valor".

Es triste y muy penoso que en la mente de miles de dominicanos exista una idea tan negativa respecto a la ancianidad y los echemos a un lado y hasta la comida se las negamos.
¿Por qué pasa esto?.
¿No sería mejor eliminar el pesimismo y valorar esta etapa de la vida?
Es cierto que muchas personas de edad avanzada padecen enfermedades, se sienten solas y tristes, y por lo general,  siempre se viven quejando, que repiten las mismas historias y repelan de todo.
Pero, ¿No tendremos nosotros los más jóvenes que ellos parte de la responsabilidad de que algunos ancianos se comporten de esa manera quizás por las formas en que los hemos tratado?
Tal vez las personas mayores no se enfermarían si no se les hiciera sentir como inútiles, que no fuésemos desobedientes en la pubertad, en la juventud y muchas veces en la adultez haciendo sufrir a nuestros padres.
Si por el contrario, se les anima, se les quiere, valora, respeta, se les cuida y se habla con frecuencia de cosas positivas, aumentar su autoestima, quizás podrían seguir teniendo una vida activa.
Recordemos que la salud psicológica está muy relacionada con lo físico.
Si en la ancianidad repiten siempre las mismas historias, tal vez no sea porque "ya están viejitos", sino porque ya no salen de la casa donde viven, los hijos, hijas, amigos no quieren oír las mismas palabras, siguen una vida sedentaria y eso les impide tener novedades que comunicar.
Su amargura y tristeza, por estar postrados en las casas, a pesar de tener fuerza y ánimo se seguir produciendo,  pueden cambiar si se les visita más seguido y si se sienten amados por todos sus seres queridos.
Envejecer es como escalar una montaña, ya que mientras se sube las fuerzas disminuyen y la mirada se torna más libre, la vista se amplia y se torna serena.
A menudo se echa en cara a la juventud el creer que el mundo comienza con ella.
La vejez, también, cree que el mundo acaba con ella.
Pero no, todo es una falacia, porque aprender a no ser joven es lo más largo y difícil de la vida.

La inglesa Agata Christi, autora del género policíaco y considerada la mujer más prolífica y sus obras leídas en el siglo XX se atrevió a escribir y decir que casarse con un arqueólogo era lo más interesante ya que cuánto más vieja te hagas la mujer, era más encantadora.

!Entonces tomando esa premisa: Que viva la vejez!.

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