En República Dominicana "Sacerdote haitiano legalizó 90 haitianitos en Mao y nada sucedió"..
Los sacerdotes canadiense Pedro Ruquy y
el haitiano Vigny Bellerive quien declaró en oficialistas de Valverde 90 niños
haitianos como dominicanos. Este crimen nunca se castigó.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.-El sacerdote Pedro
Ruqouy encaró con esta expresión a los tres inspectores
de la Junta Central Electoral (JCE) que lo visitaron el miércoles 9 de
octubre 2005 en su casa curial del Batey 5, con el propósito de investigar la
declaración de paternidad tardía que hizo para adoptar niños de ascendencia
haitiana haciendo constar eran dominicanos.
El día 20 de octubre del año 2005, los
inspectores de la Junta Central Electoral, Juvenal Lorenzo, Josefina Gomera y
Rita Díaz fueron al Batey 5 donde el sacerdote Pedro Roqouey a investigar las
causas de este “intruso” y dizque religioso declarara la cantidad de 87
haitianos como dominicanos.
Este supuesto sacerdote encaró a los
inspectores de la JCE con la expresión “Yo soy más que su padre biológico”.
En esa ocasión, la Junta Central
Electoral-JCE- anunciaba sometería a la justicia a un sacerdote que declaró a
87 haitianos como ciudadanos dominicanos en la Oficialía del Estado Civil del
municipio Santa Cruz de Mao, provincia presidente José Desiderio Valverde.
La JCE en el año 2005 prometió procedería
a someter al cura párroco Vigny Bellerive, de origen haitiano, ante el Fiscal
Titular de la presidente José Desiderio Valverde, por recomendación de la
Comisión de Oficialías del organismo electoral.
La Fiscalía Valverde nunca recibió
notificación de parte de la JCE porque sectores oscuros intercedieron
neutralizando el proceso legal contra el intruso.
Mientras el cura haitiano Vigny
Bellerive que acusaban de declarar 87 haitianos como dominicanos fue sacado del
país en complicidad con autoridades policiales, judiciales, Migración,
religiosas y sectores enemigos del país.
El sacerdote Vigny Bellerive, a quien
la Comisión de Oficialías de la JCE recomendó someter a la Justicia por
declarar 87 haitianos como dominicanos, ya no estaba en la República Dominicana.
Hacía diez años que Vigny Bellerive ejerció
su labor pastoral en la Diócesis Mao-Montecristi en la Región Noroeste.
Periodistas de este medio en esa
ocasión, una secretaria del Obispado de Mao confirmó que Bellerine hace ya un
tiempo que no ejerce aquí ni labora en ninguna de las parroquias de la Región
Noroeste.
Investigaciones periodísticas realizadas
el día 20 de octubre 2005 en las provincias Valverde, Montecristi, Dajabón y
Santiago Rodríguez se determinó Bellerive no estaba ya en ningunas de las
parroquias.
Informes de la Dirección de Seguridad
de la JCE de Santiago, se confirmó el supuesto sacerdote haitiano Vigney Bellerive
declaró en oficialías de Mao la cantidad de 90 haitianos como ciudadanos
dominicanos.
Tras insistencias de periodistas, la JCE
en esa ocasión prometió que anularía las actas de nacimiento a favor de
haitianos indocumentados inscritos de manera irregular.
Fue reiterativa la Comisión de Oficialías
recomendó al Tribunal de Elecciones que sometería a la Justicia al sacerdote de
origen haitiano Vigney Bellerive y que haya fluido en los medios de comunicación
nunca se supo, ya que al supuesto religioso lol, sacaron sigilosamente del
país.
El 20 de octubre 2005 el doctor Roberto
Rosario, juez de Cámara Contenciosa, reconoció que la falta de supervisión, en
el pasado como en el presente, es lo que ha permitido que se cometan hechos
como estos.
Sin embargo, Roberto Rosario fue presidente
de la Junta Central Electoral 2010-2016.
Complejo de viviendas a haitianos en
Puerto Plata.
Al ser República Dominicana la “letrina”
de organismos internacionales para depositar excrementos, una fundación canadiense
creó una comunidad compuesta por haitianos indocumentados.
Ese proyecto habitacional en el
municipio Montellano, provincia Puerto Plata, al Norte los canadienses, violando
la Constitución de la República Dominicana favorecieron a mil 200 inmigrantes
que establecieron un barrio “Los Algodones” llamada Villa Esperanza.
Este lugar está ubicado a unos 2.1
kilómetros de la carretera Puerto Plata-Sosúa, era un batey, fue convertido por
Arismendi Medina, concejal del Partido Reformista Social Cristiano -PRSC-quien
funge de presidente de la Fundación El Samaritano, en un barrio con unas 250
casas de blocks, techos de zinc y pisos de cemento gris.
El proyecto habitacional tiene una escuela, dos iglesias, un dispensario médico, suministro de agua por tuberías, cableado eléctrico, parque de recreación, colmados, barbería, banca de lotería y otros negocios.
La zona tiene 3 mil metros cuadrados, antes
de ese proyecto construido en el tercero periodo de Leonel Fernández del PLD del
2007 al 2011 se permitió ejecutarlo y nadie desde el gobierno lo impidió.
Igualito:
Las casas tienen el mismo modelo, dos habitaciones, baño, sala, comedor, cocina, galería, en un espacio de 50 metros cuadrados donde conviven hasta nueve miembros de una familia.
El haitiano con nombres latinos Félix
José, reside con su esposa, madre, padrastro, 5 hijos.
Relata: "Yo trabajo en
construcción, veces duro hasta dos y tres meses sin hacer nada. Hay que coger "fiao"
en el colmado", manifestó en español, mientras, dentro de la casa los
familiares se escuchaban hablar en creole.
Justo al lado de Félix, habita Yeda
Lamú, de 26 años y siete personas más, quien llegó a Villa Esperanza con un
hijo de dos y desde el 2007 a la fecha seis hijos más y cuatro.
Cuando el entonces regidor reformista entregó
a su marido la casa en Montellano, Lamú relata que su cónyuge la envió a buscar
a Haití, en donde vivía alquilada y pagaba 500 Goude.
Indocumentados:
Varios de los residentes en el lugar
admitieron que "ninguno" de estos haitianos cuentan con la
documentación necesaria para estar legal en territorio dominicano.
“Una de las principales dificultades es
que el 95% de los que son nacidos y criados aquí en la República Dominicana, no
tienen documentación".
El concejal PRSC alega ignorancia.
Cuando se realizó este trabajo cuestionado
sobre la razón por la que la Fundación, construye viviendas a indocumentados en
el país, Arismendi Medina dijo que desconocía el estatus migratorio de esas
personas.
"Solamente se reformó la condición de vida de ellos en ese sector, porque
ellos vivían ahí. El Estado es que los tiene aquí, no somos nosotros. El Estado
tiene su departamento y su servicio de inteligencia y de Migración, ellos son
los que tienen que ponerlo en práctica, yo no tengo la culpa de que diario
dejen meter cientos de personas de otro lugar, eso no me corresponde a mí como
presidente de la Fundación", manifestó molesto.
La vida en el barrio:
En la comunidad Villa Esperanza, el acceso a educación y salud es limitado. La escuela llega hasta octavo de la primaria y cuenta con unos siete profesores.
Estudiantes alcanzan octavo grado,
algunos-muy pocos-, optan por trasladarse a la ciudad de Puerto Plata para
continuar el bachillerato. Sin embargo, indican que se les dificulta porque
para llegar deben conseguir el dinero del traslado.
Por otro lado, de acuerdo a sus informes, a pesar de que cuentan con un
dispensario médico, sólo reciben la visita los lunes de un doctor, que está de
8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía. Los días feriados no funciona.
"A veces los muchachos se enferman en la mano de uno y tenemos que ir para
Puerto Plata y ni pasaje uno encuentra, cogemos un “moto concho fiao” y lo
pagamos cuando encontramos", manifestó uno de los haitianos.
La preocupación era generalizada.
Aunque reciben el servicio de agua y
luz, cuando se ausenta, muchos utilizan el agua de la cañada para descargar los
baños.
En esta zona con calles sin asfaltar, la precariedad abunda en las viviendas.
Muchas de las casas carecen de estufa para cocinar por lo que utilizan anafe y
carbón.
La mayoría de las mujeres no trabajan, mientras los hombres por lo general se
ganan la vida como "obreros de construcción y chapeo".
La Fundación:
De acuerdo a la declaración de Medina,
la Fundación El Samaritano, fue creada para ayudar a la gente pobre.
En 27 años que llevan trabajando, han
construido alrededor de 1, 500 viviendas para familias de escasos recursos y
unos diez templos evangélicos.
"Los terrenos que utilizamos para
construir se compran al sector privado, a los dueños de esos terrenos, el
Estado nunca ha puesto cinco centavos para eso", respondió.
Son 12 proyectos que han levantado en
Sosúa y Puerto Plata, de los cuales- admite-, Villa Esperanza y Villa
Ascensión, son de haitianos.
“Mayormente nosotros estamos trabajando
con dominicanos, lo que pasa es que en algunos casos excepcionales, habían
algunos lugares que estaban ocupados entre dominicanos y haitianos, y se
construyeron las viviendas para los que vivían que eran barrios mixtos, pero
todos los barrios que hay son para dominicanos", afirma.
No quiso dar detalles de la cantidad total de viviendas que han entregado a los
haitianos y del número de ellos que ya habitan allí.
Informes de prensa dan cuenta que un proyecto de vivienda de estos puede salir
en alrededor de 1.5 millones de dólares.
En algunos actos de entrega se ha visto
Elio Madonia, presidente de la Fundación en Cánada; Todd Kuiack, exembajador de
Canadá en el país; Ben Sawatzky, presidente de Spruceland Millworks; Ilana
Neumann, entonces alcaldesa de Sosúa y Aquilina Medina, presidenta del concejo
municipal.
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