sábado, marzo 02, 2013

Ángelo Scola cardenal con posible dotes de Papa.


Cardenal Angelo Scola, nuevo Arzobispo de Milán (Italia)
Cardenal Angelo Scola, nuevo Arzobispo de Milán (Italia)

En la horquilla de italianos que los medios barajan en cuanto a suceder a Benedicto XVI, uno de los más veteranos es el cardenal Ángelo Scola. 
Su experiencia pastoral le ha llevado a dos de las plazas más emblemáticas del catolicismo transalpino: Venecia y Milán. 
Afecto al movimiento Comunión y Liberación, su perfil intelectual y su fidelidad doctrinal son sus mejores avales, aunque su edad podría jugar en contra si se busca un pontificado largo.
Acostumbrado a superar incomprensiones, como los que le acusaron de suntuosidad excesiva tras su llegada a su actual sede, mantiene la tradición en lo fundamental pero también está abierto a innovar, como en sus conversaciones con el mundo musulmán o su presencia en redes sociales.

Uno de los términos más repetidos en Roma en estos días es el de 'fidelidad creativa'. Se refiere a aquel carácter que se muestra fiel a la doctrina de la Iglesia, pero que huye de fórmulas viejas y manidas cuando no consiguen el efecto deseado. Aunque se encuadra generalmente a varios de los cardenales estadounidenses, también Ángelo Scola pertenece a esta corriente. Y eso que cuenta con 72 años, una edad a caballo entre la generación de Benedicto XVI y la nueva hornada de prelados nombrados por el Pontífice alemán, algo que no le ha impedido ejercer de puente entre ambas, tanto en Italia como en el conjunto eclesial.
Orígenes humildes
Corría el año 1941, concretamente un 7 de noviembre, cuando llegaba al mundo el pequeño Ángelo, en una localidad, Malgrate, muy próxima a Milán, y en una familia de extracción social baja. Algo que, contra lo que se pudiese pensar, siempre ha reivindicado orgullosamente. De padre conductor de camiones y madre ama de casa, el suyo era un hogar pequeño: tan solo tuvo un hermano, Pietro, que murió hace tres décadas.
Estudia filosofía en la Universidad Católica Sacro Cuore de Milán, donde se doctora en 1967 especializándose en filosofía cristiana. Durante un tiempo, preside la Federación Universitaria Católica Italiana, parte de la Acción Católica. Ingresa en el seminario, primero en Saronno y luego en Vennegono. Un hombre con decisión: quiso ordenarse antes de tiempo, no se le permitió y cambió de seminario para acortar los plazos. Recibe el sacerdocio en 1970 en la costa adriática, en la pequeña diócesis de Teramo-Atri.
Estancias en el extranjero
Para completar sus estudios de Teología, viaja a finales de los setenta a la ciudad suiza de Friburgo, donde se doctora con una disertación que versa sobre Santo Tomás de Aquino. Se convierte endiscípulo de Urs von Balthasar, uno de los teólogos más relevantes del Concilio Vaticano II y acerca de cuyo estilo ha publicado Scola un libro. Junto a intelectuales católicos de la talla del propio von Balthasar, De Lubac o el mismísimo Ratzinger, edita Communio, la revista que predica los aportes del Concilio Vaticano II en línea con el magisterio eclesial -contra las desviaciones de Concilium-.
Combina presencias en Italia con viajes a otros países europeos. Desde 1982, enseña Antropología filosófica (la piedra fundamental de su estudio; posee una colección de dos tomos fundamentales en los que profundiza en el tema) en el Pontificio Instituto para el Matrimonio y la Familia, del cual más tarde será deán. También se dirige a Mónaco y París para estancias de investigación.

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