Soldado de Estados unidos busca hijo vietnamista
Un estadounidense alto y delgado pasea por las calles de la ciudad Ho Chi Minh aferrado a un álbum de fotografías.

"Sé que vivíamos en el número 40", dice Quinn mientras observa la calle de la casa que solía compartir con su novia vietnamita.
Pero no hay ninguna vivienda con ese número. Una pequeña multitud se reúne.
Un hombre mayor sale de su casa y explica que cuando el Viet Cong entró a Saigón en 1975, no sólo cambió el nombre de la ciudad a Ho Chi Minh, sino que cambiaron todos los nombres de las calles.
Jerry Quinn es uno de los dos millones de soldados estadounidenses que fueron enviados para apoyar al ejército de Vietnam del Sur en la guerra contra el Norte.
Durante ese conflicto, se cree que alrededor de 100 mil niños nacieron a partir de sus relaciones con mujeres locales.
Ahora esos soldados están envejeciendo y algunos tienen sentimientos de culpa o simplemente curiosidad por saber qué pasó con sus hijos.
En la década de 1980, cuando Hjort era un simple mochilero danés que viajaba por Vietnam, tuvo un encuentro con estos niños.
"Estaban en la calle, mendigando comida y ayuda", recuerda.
"Los vietnamitas los trataban con crueldad, eran los hijos del enemigo".
Algunos conocían los nombres de sus padres y tenían fotos de ellos.
Como el gobierno de EE.UU. mantiene un registro meticuloso de los soldados y veteranos, Hjort pronto fue capaz de vincular a decenas de niños con sus padres.
Con la ayuda de Facebook
Pero Jerry Quinn es distinto: el misionero, que vive y trabaja en Taiwán, está ansioso por encontrar a su hijo.
Para él, el hecho de que lo enviaran a trabajar de nuevo en Asia, era la manera en que Dios le daba la oportunidad de enmendar su pasado.
"Supongo que estoy aquí por la culpa", dice. "Y para tratar de cumplir con mi deber como padre".
En 1973, Brandy -su novia vietnamita- estaba embarazada, por lo que ambos intentaron conseguir los requisitos burocráticos para casarse.
Al mismo tiempo, el secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger estaba negociando una "paz con honor" con los líderes de Vietnam del Norte.
El acuerdo final exigió que las tropas estadounidenses salieran de inmediato y Jerry Quinn de un momento a otro tuvo que montarse en un avión para regresar a EE.UU..
La esposa y los hijos de Gary observan la escena con cautela.
¿Qué se le puede decir a un repentino suegro y abuelo, desesperado por conocerlos y quererlos?
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio