Silenciado los fusiles y retorno de la paz en República Dominicana hay júbilo por el cese al fuego Colombia y la FARC,

Bandera de República Dominicana.

Por Marcelo Peralta
Santiago, R. D.- Silenciado los fusiles y retornar la paz en Colombia ha llenado de algarabía en especial a República Dominicana, logro que se ha obtenido con la intervención de Danilo Medina, actual presidente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y repercute entre millares de latinoamericanos y centroamericanos. 
Desde América y Europa la medida de poner cese al fuego en Colombia, la medida es saludada de “positiva”.

El convenio de acuerdo a muchos tiene que ver con la intención de los presidentes Danilo Medina y su homólogo Juan Manuel Santos, han dicho dominicanos radicados en Santiago pertenecientes de estratos sociales consultados por periodistas de este medio. 
En el pais hay júbilo, porque entienden que ahora se ha sustituido las confrontaciones violentas triunfando el lenguaje diplomático donde hay que ponderar el diálogo y la concentración entre las partes en conflicto. 
Por ese sentido, tras arribarse a acuerdos entre el gobierno suramericano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo-FARC que en un acto que tuvo sede en Cuba donde pusieron fin a las hostilidades que permanecieron por cerca de 50 años causando la muerte a  cerca de 300 mil seres, secuestros, desapariciones, zonas destruidas y cientos con extremidades mutiladas.
Tras la firma de acuerdos en Cuba al que asistió el presidente dominicano y de la CELAC, Danilo Medina el conflicto armado colombiano ha terminado tocando los corazones de centenares de millares de latinoamericanos y centroamericanos de forma que ser conservara la vida de todos los habitantes de este país suramericano.
Colombina vivió historias de horror y dolor siendo los más afectados por su violencia los sectores paupérrimos sufriendo pérdida de humanos e inocentes en cifras de víctimas escalofriantes; millones de desplazamientos forzados, cerca de medio millones de muertos; centenares de desaparecidos y cientos de miles de secuestrados, ignorándose el paradero de muchos.
Las memorias de la guerra de millares de colombianos y centroamericanos estará marcada de manera permanente, ya que sin dudas, los estudios realizados en torno a las consecuencias del conflicto que se convirtió en una realidad anclada y que el fin de semana ha tenido su fin.
El presidente dominicano y de la  CELAC, Danilo Medina felicitó a todo el pueblo de Colombia, en este momento decisivo de esperanza, reconciliación, y de manera especial a su homólogo de esa Nación suramericana, Juan Manuel Santos.
En ese contexto, recordó que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), acordó en la capital cubana hacer de América Latina un área de paz.
El Mandatario Dominicano y presidente de la CELAC espera que la culminación de estas negociaciones cierre el último conflicto armado en Colombia y la Región a fin de que predomine la democracia y diálogo como vía a la solución de conflictos.
Medina espera que todo el continente celebre junto al pueblo de Colombia, que  han demostrado que la democracia y el diálogo son siempre el camino más viable.
“Cuenten con la CELAC y con todo el apoyo de la Presidencia de la República Dominicana para que esta fase final del diálogo garantice una paz duradera en Colombia”, dice Medina.
Manifestó que el avance del cese de las hostilidades en Colombia va en la dirección de cerrar definitivamente cualquier tipo de conflicto en las Américas ya que el objetivo: hacer de América Latina una zona de paz en el mundo.

 Para poner fin al conflicto, hubo de hacerse un comunicado conjunto, las delegaciones del gobierno colombiano y de las FARC– que llegaron al acuerdo para el cese al fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo; la dejación de las armas y las garantías de seguridad. A cavar con lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales y  políticos.
Incluye a las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.

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