sábado, mayo 16, 2020

Provincia Santiago Rodríguez y el países serán miserables.


Republica Dominicana - Fotos | Facebook

Por Marcelo Peralta.

Si es cierta la sentencia del político británico Winston Churchill de que "cada pueblo tiene el gobierno que se merece" Santiago Rodríguez y el país se "jodieron".

Si se cumple lo dicho por Churchill, eso evidencia que los moradores de Santiago Rodríguez somos un pueblo degradado, que los gobiernos y autoridades que ha tenido en las últimas décadas son desastrosos, injustos, corruptos y dañinos para la sociedad. 

Es una provincia con el cuerpo de agua más voluminoso de la Región del Caribe como es la presa de Monción y los habitantes mueren de sed.

Los moradores Monción que está a poca distancia no tienen agua, pero el gobierno la desvió a Valverde, Navarrete, Montecristi y Dajabón y la Provincia Santiago Rodríguez que se “joda”

Parece que a esta  provincia le cayeron las diez plagas de Egipto. Sus árboles son destruidos por empresarios y políticos sin importar las consecuencias solo el beneficio personal.

Este es un vivo ejemplo de que la deficiencia de un sistema político implacable y explotador con autoridades cómplices no sirve para “nada”

Es elocuente el mal creado que puede acabar en pocos años con la prosperidad, cohesión, valores y el porvenir de millares de personas.

El problema de esta provincia se limita al de haber elegido en las urnas a unas autoridades sin calidad, casos que ojalá no se repitan en las elecciones presidencial y congresual.

Este sistema ha llegado a deteriorar todo, y los daños son evidentes, que llenan  de vergüenza hasta a los ignorantes.

¿Hasta dónde llega la degradación y la desvergüenza de un sistema indolente y autoridades indiferentes?

En las elecciones venideras se necesita elegir bien a las autoridades porque sus desempeños dan  “asco” y le conducen inexorablemente hasta la tumba.

Hay muchas que se llaman autoridades porque compran los votos y la conciencia ciudadana, lo que lacerada, decepciona y demuestran ineficacia en sus ejecutorias.

Los teóricos regeneradores, corruptos de siempre, enquistados en viejos y los nuevos partidos afanando por encaramarse para apuntalar” en un sistema herido de muerte, injusto, en que neutralizan y boicotean a los hombres serios y las mujeres honestas para que no puedan ganar.

Este sistema político es deficiente, no tiene programaciones que eleve los niveles de calidad de las personas, sino que se deteriore para seguir exprimiendo al pueblo.

Actúan de manera perversa, antidemocrático, tener pésimas autoridades, donde impere la injusticia, desigualdad, opresión, mentira, disgregación, marginación, manipulación ciudadana con el exterminio de los valores que sostienen la convivencia y el progreso. 

Aunque hay ciudadanos conscientes, organizados, vigilantes, exigentes, pero se dejan convencer por esas autoridades incapaces en crear y aplicar leyes y convierten a los pueblos y al país en una “gran cloaca”, imponiendo la corrupción, la que campea a sus anchas, acompañada del abuso de poder, estafando y quebrando a comerciantes por las deudas contraídas y de vicios que destruyen la democracia.

No hay controles, crece la impunidad de los poderosos, la desigualdad ante la ley, el uso delictivo del dinero, la compra de votos, voluntades, el despilfarro, endeudamiento excesivo, estafa, engaño institucionalizado, corrupción institucional, crecimiento desordenado de un Estado monstruoso, incosteable, construido por los políticos que se roban el erario de millones de familias.

Ahí está el clamor de millones de trabajadores reclamando el dinero de las AFP, pero los empresarios invirtieron esas fortunas para sus beneficios.

Eso ha sido el desprestigio de la política, un descrédito al partido gobernante, rechazo al sistema que genera desconfianza, evidenciando la ruptura de la cohesión, la entronización de la injusticia, el abuso, apandillamiento, el hundimiento de los valores básicos, a pesar de que son imprescindibles para la sobrevivencia de las grandes mayorías.

El deterioro de la política es elevado y cada día se deteriora a tal grado que la ciudadanía desconfía de sus actores sin que nadie diga nada por reclamar sus ahorros.

Tenemos en todo el cuerpo del coronavirus en que han muerto más de 400 personas y cientos infectados, con una cuarentena para una parte de la sociedad y la otra hace política partidista.

Otro caso que gravita es tanta sangre derramada para echar a los años en el año 1844 y hoy la Soberanía y Democracia están en peligro y en camino a desaparecer,

Es deprimente el deterioro y abusos de los servicios de agua, energía eléctrica, salud,  transporte y la carestía de todo, en que los comerciantes se lucran en tiempo de coronavirus.

La deficiencia de los servicios que paga la población está lacerando la paz, tranquilidad, sosiego, armonía, libertades y derechos de ciudadanos de todas las esferas.

Las personas andan en las calles desesperadas, tristes, sin esperanza, víctima de un poder que ha gobernado para los poderosos, marginando a los débiles, abusado, explotado, rechazado, obligado a ser austero, tolerado desde la cúspide del Estado y víctima de las estafas, abusos y las impunidades corruptas y vergonzantes.

El pueblo que ha tolerado toda esa inmensa lluvia de suciedad, desvergüenza institucionalizadas, si es cierta la sentencia de Winston Churchil de “que los pueblos tienen los gobiernos que merecen, la República Dominicana miserable y cobarde”.


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