Aconseja al presidente Luis Abinader que al asumir el cargo sopese abrir el año escolar 2020-2021
Periodista Marcelo Peralta.
Santiago, R.D.- Ante el riesgo de aumentar la cantidad de personas contagiadas por el coronavirus y las posibilidades de apertura de la docencia presencial en el país, fijada para el lunes 24 de este mes presencial, semi presencial, reduciendo la cantidad del estudiantes o con la tecnología, se debe consultar a padres y madres a fin que sean ellos que tengan la última palabra.
El periodista Marcelo Peralta alertó al nuevo gobierno encabezado por Luis Abinader que el objetivo básico de los fabricantes de útiles escolares, dueños de colegios privados, representantes del sector económico recibir dinero por las inscripciones, venta de útiles escolares, entre ellos uniformes, zapatos, mochilas, libros, cuadernos y un mes después exigir el cierre de las escuelas por los casos que surjan de coronavirus.
Igual exhortación
hace el ministro de Educación que controlará a partir del 16 de este mes,
doctor Roberto Furcal que no se deje “arrastrar” por las presiones de sectores
de poder y que no habrá de manera presencial el año escolar 2020-2021.
Sugiere a las autoridades que hagan contactos a nivel nacional con padres, madres, representantes de sectores sensatos y que sean ellos que tengan la última palabra y no dejar que sean sectores controlado por ricos, cuyo único interés es el dinero, aunque no les importa que se ponga en peligro la vida de millares de personas.
Cita que las clases en eventos presenciales constituye riesgos sin importar que existan barreras de distanciamiento, debido a que de obviarse, habrá lamentos si las clases son presenciales ya que estarán mezclados estudiantes, porteros, maestros, maestras, profesores, instructores de ejercicitos físicos, conserjes, vendedores.
Peralta cita que desde el gobierno se deberá garantizar sistemas de agua permanente, a sabiendas de las altas deficiencias prevalecientes de las instituciones que suministran el suministro de este imprescindible servicio para la vida, que a pesar de los reclamos de usuarios son incapaces de atender la demanda.
Asegura que abrir los centros educativos, tendrá que transformar miles de aulas en que garantice la eficacia y requerido ventilación, lo que conllevaría modificar disposiciones de mobiliarios, instalar guías, barreras físicas, protectores, divisiones, distanciamiento, ya que a las escuelas van estudiantes con costumbres y hábitos diferentes.
Desarrollar políticas combinadas con funcionarios de salud que hagan reconocimiento de las personas sospechosas de tener síntomas de eventuales contagios del COVID19 evitando transmisiones; capacitación y chequeo médico permanente al personal; cierre y vigilancia estricta en las áreas de enseñanza para evitar que personas enfermas infecten el entorno; uso de equipos donde se labora en los centros educativos.
Triplicar la cantidad de de personas responsables de las limpiezas en los centros de estudios; redoblar la vigilancia de los suplidores de alimentos que llevan a las escuelas; diseñar herramientas de planificación y preparación en los centros educativos para proteger a los estudiantes, al personal y a sus comunidades.
Fomentar diversos comportamientos que reduzcan la propagación y considerar implementar estrategias que tiendan a reducir al mínimo la propagación del COVID-19 y sería responsabilidad del Ministerio de Educación mantener una constante comunicación con todas las familias por si algunos estudiantes son sospechosos de síntomas para aislarlos para evitar se expanda hacia los demás.
Implementar protocolo para la higiene de manos, la higiene respiratoria, enseñar, reforzar el lavado constante de las manos, aumentar el monitoreo para garantizar su cumplimiento por parte estudiantes, miembros del personal del sistema educativo; uso de la cubiertas de tela para la cara.
Subraya que abrir el día 24 el año escolar 2020-2021 cono vienen presionando los sectores de poder económico para vender los útiles escolar podría resultarles difícil, riesgoso y acarrearía elevar la cantidad de contagiados, hospitalizados y muertes.
Apunta que usar en
menores presenciales en los centros educativos es un “peligro” que el
ministerio de Educación debe analizar muy bien para que después no tenga que cargar
con la responsabilidad de los miles de contagiados.
Tocará al sistema educativo del país revisar los objetos que comparten para evitar que se compartan artículos que sean difíciles de limpiar, mantener a cada niño separado de las pertenencias de los demás, vigilancia estricta en los comedores, contenedores, casilleros, en las áreas etiquetadas individualmente si realmente se anhela controlar el coronavirus.
Hasta el momento no existen fórmulas que garantice en las escuelas implementar las estrategias para mantener un funcionamiento saludable, protecciones al personal educativo debido a que los menores son los que tienen mayores riesgos de enfermarse gravemente a causa del COVID-19; muchos mal nutridos, viviendo varias personas en casas de dos habitaciones, en barrios vulnerables y en condiciones de insalubridad en que no tienen agua ni siquiera para tomar.
Cita que hay hogares que ni siquiera espacios tienen espacios para realizar sus necesidades de manera higiénicas adecuadas y hay familias que hasta sin bañarse los mandan a las escuelas por falta de agua en sus hogares y que sirven los alimentos a varios hijos en el mismo plato, cuchara, casos en que tres y cuatro personas duermen en la misma cama.
Hace saber que desde el ministerio de Educación deberá diseñarse políticas de regulación respecto a los encuentros grupales de estudiantes y personal evitando realizar eventos, situación que podría degenerar lesiones emocionales.
Limitar el tamaño de los grupos
promoviendo el distanciamiento social a maestros, maestras, profesores,
conserjes, secretarias, archivistas, personal de limpieza, porque para obtener
esas conquistas deberán aplicarse medidas extremas.
Mientras que de abrir las clases usando la tecnología, muchos estudiantes y maestros tendrán limitaciones por falta de equipos, energía eléctrica permanente lo que no se garantiza por las “trabas” y abusos de las empresas suplidoras que provocan intensos apagones, facturas elevadas a costo de los clientes.
Ha de entenderse que aunque se busquen opciones que minimicen el riesgo de transmisión del COVID-19 a estudiantes, personal de apoyo a la educación debería tenerse a un personal profesional que permanezca en las aulas con los niños pequeños como sea posible evitando que se mezclen entre sí.
Empero, en los horarios escalonados con la recogida y llegada de estudiantes hay que establecer especies de “cohortes” que realmente deberán ser extremadamente disciplinados que eviten el contacto directo entre uno y otros; la mayor flexibilidad posible los espacios de estudios.
Sin embargo, de nada valdría hacer grandes inversiones en las escuelas, cuando los estudiantes de regreso a sus casas van a interactuar con personas de diferentes estratos sociales, comportarse diferentes a las reglas escolares.
Valdría, para ayudar a combatir el coronavirus implementar políticas, prácticas de distanciamiento social extremas entre los empleados, personas del entorno educativo, contratar autoridades del sistema de Salud Estatal para controlar los protocolos.
Necesario resultaría designar personal que se encargue de responder las inquietudes, prevenciones del COVID-19 al personal, las familias de escuelas, colegios imponiendo un sistema eficaz de comunicación que los oriente, capacite y concienticen.
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