
Por Marcelo Peralta
Es costumbre en el país que cuando un partido pierde
el poder muchos funcionarios no quiere entregar y se llevan para sus casas propiedades
del Estado.
Para muchos no resulta
fácil dejar el elitismo, empoderamiento colectivo y pasar a la oposición y a
recibir presiones caer preso por los robos cometidos en su gestión.
Muchos en el gobierno del PLD pasaron de perros realengos a hombres y
mujeres con poder político, social, económico, cultura y colectivo.
Ahora, pasan de príncipes y princesas a chiriperos, pero harto de dinero.
No resulta cómodo el hecho de pasar de ser un “mandón” a ir a un “parangón”
y quizás a prisión.
Esto sería el contexto de movimientos sociales, políticos,
económicos, de la buena vida, degustar exquisitas bebidas, comidas, viajes, a
una vida restringida.
Eso es “paradoja del poder” y pasar a un grupo que no representa la
totalidad de los intereses de la comunidad.
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