A Orlando Jorge Mera lo mató la confianza y un amigo desleal.
Por Marcelo Peralta.
El
cuerpo humano está regido por las imperfecciones y de los cambios que surgen en
el mundo sensible.
La
muerte es una dimensión de la vida.
Es la
única que nunca abandona.
Rechazar
la muerte, es negarse a vivir.
Para
vivir plenamente hay que tener el coraje de integrar a la muerte en la vida.
Hay que
saber que la muerte trágica de un ser humano noble como era Orlando Jorge Mera “duele”
y “duele” fuerte.
A
Orlando Jorge Mera lo mató la confianza, promovida por un amigo “desleal”, “ambicioso”
y violento que anhelaba tener más dinero del que ha acumulado.
Ha
sido un hecho trágico y lamentable.
Más
dureza se percibe cuando el autor es de absoluta confianza de la víctima.
Haber
perdido a este funcionario y amigo a quien conocí y traté en diversos escenarios
y la forma de como murió tan atroz, eso causa más dolor.
Parece
Fausto Miguel de Jesús Cruz de la Mota, hizo desde que salió de su caso como los
aparatos eléctricos que se programan para desarrollar una acción.
Orlando
Jorge Mera era abogado y persona sencilla, afable, decente que ha dejado este
globo terrenal por la “ira” de un amigo.
La muerte
está impregnada de miedo, sentimientos, recelos, violencia, angustias,
sufrimientos.
Entonces,
Orlando Jorge Mera murió por depositar confianza en un hombre creyendo era su
amigo.
La
muerte es intransferible, igual que la vida.
El
país está lleno de consternación al acontecer este hecho trágico.
Perder
a un hombre ecuánime como era Orlando Jorge Mera, duele más.
Esa
pérdida por la calidad humana de Orlando Jorge Mera causa dolor en lo más profundo
el alma.
Genera
tristeza y desesperación.
En algunos
casos odio y rencor.
La
muerte de Orlando Jorge Mera impacta en el “pueblo” por haber sido un hombre de
respeto y admiración.
El
país está lleno de llanto, tristeza y desesperación, por ser hombre de personalidad
sosegada.
Hijo
de un pasado presidente de la República, aunque jamás hizo cambiar su comportamiento
y sus virtudes.
Hay
que reflexionar respecto a este hecho trágico y muy lamentable.
Da
pena tener que hablar de este tipo de acontecimiento.
Es
difícil entender las razones de que una persona de la estirpe de Orlando Jorge
Mera muera de esa forma.
Acuñamos
la frase de “Dime cómo mueres y te diré quién eres”.
En la
vida, hay casos, sujetos que generan afecto, cariño, alegría, dependencia y
hasta confianza.
Por
eso reza el dicho: “En la confianza es donde está el peligro”.
Paz a
los despojos de Orlando Jorge Mera y solidaridad a sus familiares.
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