Especialistas atentos a la reproducción humana nacen más varones que hembras y la vida es más corta en la actualidad.
En el mundo nacen 105 varones y solo 100 hembras.
Barcelona. Una investigación liderada por la especialista del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer de Barcelona en España, Beatriz Carrasco ha desvelado que en reproducción asistida nacen más niños que niñas en el mundo, como sucede en los nacimientos naturales, porque hay más embriones masculinos que se desarrollan hasta la fase de blastocisto que los femeninos.
Según la Organización
Mundial de la Salud la proporción de nacimientos naturales en el mundo es
de 105 varones frente a 100 mujeres, aunque con el paso de los años la balanza
se equilibra de forma natural, ya que los hombres tienen una esperanza de vida
más corta que las mujeres.
Así vieron que la proporción
de sexo de los blastocistos estaba sesgada a favor del sexo masculino, con un
53,1 % masculino y un 46,9 % femenino.
El 41,2% presentaban un
desarrollo cromosómico correcto, el 7,7% se clasificaron como embriones
mosaicos, es decir, que contenían células cromosómicamente normales y otras con
defectos cromosómicos, y el 51,2% presentaban anomalías de los embriones
aneuploides.
Los investigadores observaron
que más embriones masculinos alcanzaban la fase de blastocisto, pero presentaban
un mayor número de alteraciones cromosómicas en comparación con los femeninos.
En cambio, no observaron
diferencias significativas entre sexos en cuanto a la tasa de implantación, la
tasa de abortos y la tasa de nacimientos de bebés.
Los autores concluyen que hay
más embriones masculinos que se desarrollan hasta la fase de blastocisto que
femeninos, pero que los masculinos tienen una mayor tasa de aneuploidía o
alteraciones cromosómicas.
Por lo tanto, y a pesar de
las diferencias, la capacidad de implantación y de dar lugar al nacimiento de
un recién nacido vivo es similar entre ambos sexos, según Dexeus Mujer.
Todavía no está claro si la
desproporción de sexos al nacer se produce inicialmente en la fecundación, después
de la implantación del embrión en el útero.
Los expertos creen las
diferencias en la capacidad de fecundación de los espermatozoides portadores
del cromosoma sexual X o Y, que es el que determina el sexo, como en la
capacidad de desarrollo de los embriones según sean femeninos o masculinos,
podrían ser determinantes en la proporción o equilibrio entre los sexos al
nacer.
Imagen de archivo de un
proceso de fecundación in vitro. (EFE)
Ahora, un estudio liderado
por la embrióloga Beatriz Carrasco, que publica la revista ‘Reproductive
Biomedicine Online’, ha intentado averiguar el motivo en un estudio hecho con
embriones in vitro.
Para ello, los investigadores
han estudiado más de 2.637 embriones obtenidos a partir de un total de 921
ciclos de reproducción asistida hechos en el centro Dexeus Mujer de Barcelona
entre septiembre de 2017 y febrero de 2020.
Todos procedían de tratamientos
de ciclos de reproducción asistida con diagnóstico genético preimplantacional,
que es un ‘screening’ para detectar anomalías genéticas o aneuploidías en
los embriones.
El DGP proporciona
información sobre la constitución cromosómica de los embriones, incluidos los
cromosomas sexuales y, por tanto, también permite averiguar el sexo de los
embriones, aunque esta información no se transmita a los pacientes de acuerdo a
la legislación actual.
Según ha informado Dexeus
Mujer, los investigadores analizaron la proporción entre sexos en
diferentes momentos- en embriones humanos en estadio de blastocisto, que es el
estado más avanzado en que se pueden desarrollar los embriones in vitro, entre
el quinto y el séptimo día, y en los bebés al nacer.
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