Libaneses pegan fuego al Parlamento
Por AFP
En el Líbano manifestantes inconforme por el desempeño irrumpieron
y prendieron fuego a la sede del Parlamento libio en la ciudad de Tobruk
arrojando neumáticos y rociando combustibles.
Acusaron a la institución de traición y robo de
dinero público.
En el momento del asalto, el edificio estaba vacío, ya que
el viernes es el primer día del fin de semana en Libia.
Un testigo de los acontecimientos, Taher Amaizig, explicó
que miles de libaneses se unieron a la marcha para exigir la disolución de
los poderes políticos actuales y la celebración de elecciones.
Aseguró que un manifestante recibió un disparo en las
piernas mientras los guardias de seguridad intentaban impedir a la multitud
irrumpir en el interior del edificio, aunque igualmente los manifestantes
lograron su objetivo.
Se organizó la mayor manifestación en años en la capital,
Trípoli, en el oeste.
Centenares de personas se congregaron para denunciar el
deterioro de las condiciones de vida, criticar a las facciones
armadas y las fuerzas políticas del país, exigir elecciones lo antes posible y
protestar por los frecuentes cortes de electricidad.
La agencia Lana dice "en vista de las terribles
condiciones políticas y de los servicios en la actualidad", la juventud
del país exige acelerar las elecciones presidenciales y parlamentarias,
autorizar al Consejo Presidencial a disolver los órganos políticos.
Declarar el estado de emergencia, resolver la crisis
eléctrica, conseguir la expulsión de mercenarios, las fuerzas extranjeras del
este, oeste y sur de Libia, entre otras condiciones.
Durante las marchas los manifestantes corearon consignas
como "¡Estamos hartos! ¡La nación quiere derrocar gobiernos! ¡Queremos
electricidad!" y "No a las milicias. Queremos Policía y
Ejército".
Las protestas también tuvieron lugar este viernes en
Bengasi, Al Baydha y Misrata, así como en otras ciudades más pequeñas, que
contaron con la participación de decenas de ciudadanos.
¿Qué está pasando en Libia?
Los disturbios se apoderaron de Libia un día después de
que los representantes de las autoridades nacionales rivales, uno con sede
en el este del país y el otro en el oeste, no llegaran a un acuerdo en las
conversaciones mediadas por la ONU en Ginebra sobre un marco constitucional
para las elecciones nacionales.
El país se ha visto afectado por un conflicto interno
desde la muerte de Muammar Gaddafi en 2011, suceso que provocó la
aparición de gobiernos rivales.
La administración con sede en el este tiene el
apoyo del comandante militar Khalifa Hifter, mientras que la
administración respaldada por la ONU tiene su sede en la capital,
Trípoli.
Después de las elecciones presidenciales y
parlamentarias no se lograran celebrar el pasado 24 de diciembre, el
Parlamento del este decidió que el mandato del Gobierno de Unidad Nacional
de Abdul Hamid Dbeibah había expirado y nombró el 10 de febrero a Fathi
Bashagha para reemplazarlo.
Sin embargo, Dbeibah se niega a abandonar el poder,
al considerar que solo su gabinete tiene la autoridad para preparar las
elecciones.
El político insiste en que entregaría el poder solo a un
gobierno electo de manera legal.
La sociedad, por su parte, no tan solo está
descontenta por la crisis política, sino también por la escasez de
electricidad y el aumento de los precios del combustible y el pan.
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