Pensamiento de Erasmo
En este género de
felicidad, los romanos tienen el primer puesto, y sueñan aun plácidamente con
la antigua Roma; los venecianos son felices gozando de opinión de nobles; los
griegos, como creadores de las ciencias, se atribuyen los títulos de gloria de
los héroes de la antigüedad; los turcos y todo ese hatajo de bárbaros
reivindican para sí la mejor religión y se burlan de los cristianos, a los que
tratan de supersticiosos. Mucho más apacibles son los judíos, que esperan
todavía con constancia su Mesías y conservan hasta hoy, con obstinación, la
memoria de Moisés; los españoles no ceden a nadie la gloria en la guerra; los
alemanes están orgullosos de su corpulencia y de sus conocimientos en magia.
XLIV- Aunque no me haya
propuesto tratar todos los casos, creo que habréis visto claramente cómo
Filautía procura satisfacciones a todos y a cada uno de los mortales, siendo
Filautía muy parecida a su hermana la Adulación. No obstante, Filautía no es
más que algo análogo a aquel que se acariciara a sí mismo. En cambio, la
Adulación acaricia a los demás... Estiman que la sinceridad es incompatible con
la adulación: pero fácilmente se podrían convencer de todo lo contrario, si
prestaran atención a algunos de los ejemplos que los animales nos ofrecen.
Pues, ¿cuál es más adulador que el perro? Y ¿cuál es más fiel? ¿Cuál es más
manso que la ardilla? ¿Y cuál es más amigo del hombre? Ninguno, por cierto, a
no ser que se crea que se avienen mejor con la condición del hombre la del
feroz y activo león, la del tigre carnicero y la del iracundo leopardo.
(Erasmo de Rotterdam, “Elogio
de la locura”, Sarpe, Madrid, 1984, pág. 120-121).
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