Haitianizar a RD

Hugo A. Ysalguez

Es un hecho incontrovertible, la existencia de un entramado para haitianizar la República Dominicana, principalmente con la suplantación de identidades que se realizan a través de empleados de la Junta Central Electoral, en los hospitales públicos dotando de actas de nacimiento a las criaturas de las miles de parturientas ilegales, reviviendo muertos tras obtener certificados de nacimiento de personas fallecidas y otras habilidades crimínales, previstas y sancionadas por los artículos 147 y siguientes del Código Penal que sancionan la falsedad y el uso de documentos que se derivan de esa infracción.

Un retrato fiel, fehaciente e irrebatible, de esa criminal e impune esa situación, nos la describe el doctor Juan Miguel Castillo Pantaleón, el abogado que, quizás es el más conocedor de los males que nos trae Haití, con su masiva inmigración ilegal:

La de «dominicanizar» haitianos por una infinidad de mecanismos es solo una faceta de esa descomposición. Yo he presentado denuncias formales y muy bien documentadas de eso ante los medios y apoderando a la JCE de las mismas, que fueron confirmadas en investigaciones hechas por el organismo que confirmaron verdaderos entramados muy bien organizados para suplantar la identidad de dominicanas (incluyendo fallecidas» y «ponerlas a parir» hijos de haitianas).

Pero eso no es todo. Hay todo un entramado de negocio fraudulento de reducir edad a jóvenes prospectos de baseball que llevó a la MLB y a las autoridades gringas a contratar investigadores fijos en este país para verificar los papeles de los jóvenes, antes de ser firmados por los equipos; atribuir falsas filiaciones a supuestos «hijos» para reclamar herencias de gente fallecida; fingir supuestos «matrimonios» sobre la base de «reconstrucción de actas».

También anular divorcios debidamente pronunciados desde hace décadas para reclamar la condición de supuesta «cónyuge sobreviviente» de un muerto; suplantar paternidad de una persona para que lo puedan «pedir» desde el extranjero; y un largo etcétera, que se hacen por cientos todos los días. Esas mafias operan a todos los niveles y para múltiples fines. Eso mueve millones.