Puerto Rico sin agua potable ni luz eléctrica
Un día después del huracán, vastas zonas de la isla seguían inundadas, cientos eran rescatados y apenas se contempla la recuperación.
Un día después del azote del huracán Fiona, Puerto Rico vivía el lunes la dura resaca del fenómeno con aguaceros que no paraban, decenas de comunidades inundadas, cientos de personas rescatadas en sus casas y alcaldes.
y otros funcionarios intentando, entre los operativos de emergencia aún en marcha, hacer los primeros acopios de los daños y contemplando, como a una altísima montaña que fuera necesario escalar, la larga recuperación que, una vez más, toca emprender.
La isla era el lunes, según revelaron las primeras fotos aéreas del desastre, una enorme ciénaga, con vastas regiones cubiertas por las turbias aguas que dejaron las casi treinta pulgadas de lluvia caídas.
Incontables carreteras intransitables, casas inundadas y cientos de personas, aturdidas por el fenómeno y por la falta de sueño, allegándose a refugios y recibiendo asistencia gubernamental y comunitaria.
La mayoría de la isla, igual, seguía oscuras y sin servicios de agua potable.
“Los daños a la infraestructura, a los cascos urbanos y las residencias han sido catastróficos”, dijo el gobernador Pedro Pierluisi, quien recibió una llamada del presidente estadounidense, Joe Biden, para asegurarle que la isla contará con la asistencia del gobierno federal.
Fiona azotó la isla el domingo, dos días antes del quinto aniversario de María, el huracán más destructivo en la historia de Puerto Rico, que se conmemora hoy.
Así, una fecha que se esperaba con cierta aprensión, por los muchos recuerdos malos que todavía genera el 20 de septiembre de 2017, encontró al país de nuevo en modo de emergencia, haciendo frente a los efectos de otro fenómeno que, si bien no se acerca en potencia a María, provocó daños que aunque no han sido estimados se espera también que sean multimillonarios.
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