Octogenario de Santiago Rodríguez amerita ayuda sanitaria, comida, casa y mujer samaritana que lo auxilia.
Por
Marcelo Peralta
CAIMITO,
Sabaneta, Santiago Rodríguez, R.D.-En el lugar “Los Indios”, Caimito, municipio
Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez, en la agreste Región Noroeste, vive
como un pabellón vacío, en silencio sin recibir toques de vigilia, solo, enfermos,
sentado como esperando la luz de un candil, un agricultor de 84 años de edad,
con ganas de vivir, al estilo de un misericordioso que vive de la caridad de
una samaritana.
Es el triste y deprimente de don Francisco Antonio Medina Guzmán, tiene 84 años de edad, nacido el 30 de octubre del año 1939, en la actualidad soltero, sin hijos, tampoco tiene familia, enfermo, con sus pies hinchados, abandonado, solitario, depauperado, cuya existencia es devorada por la pobreza y enfermedades.
Habita
en una casa que no reúne las condiciones de salubridad, basado a las inclemencias
del tiempo, terreno prestado por dolientes, quien malvive y sobrevive gracias a
la misericordia del Creador del Universo, la solidaridad de una samaritana de nombre
Nena, padre de dos hijos, con limitaciones económicas.
Don Francisco Antonio Medina Guzmán, recibe ayuda alimenticia ocasional, limitada de la maestra y vicealcaldesa Clara Valerio, de su esposo Víctor Espinal y de sus hijos que residen en Estados Unidos, quienes de manera oportuna hacen sus aportes, desprendiéndose de lo poco que ganan mediante el trabajo.
Este hombre, prácticamente inmóvil, para quien día y noche no tienen diferencia, porque en
el ocaso de su vida, pasa primavera tras
primavera, llevando con una vida en soledad, como luna moribunda, atrapada entre
montañas sin perspectivas, en un lugar incierto y ambiente que no sirve de
nada.
Tiene
ganas de seguir viviendo, dotado de mentalidad ágil, inspirado, de modelos
célebres, aunque sin novedad, sus condiciones de salud y hábitat, llenos de anacronismos
no auguran nada halagüeño si desde el gobierno central no recibe atenciones
especializada.
La
vida de este humilde hombre deslumbra el reflejo en que viven personas desheredada
de la fortuna, en que quienes se encubran en las mieles del poder no se preocupan
de las condiciones de sus conciudadanos y tampoco ayudan mitigar la heredada y
deprimente condición de insalubridad en que viven.
La situación
que “acogota” a José Dolores Medina Guzmán, debe ser de preocupación a
sabaneteros solidarios que sinteticen, descubren y plasman una historia que
podría servir de ejemplo palpable a la posteridad.
Además, de las ayudas que deberá extenderse a Francisco Antonio Medina Guzmán, también, hay que hacerla con la “samaritana” doña Nena, por su labor altruista quien ha sido el sostén de este hombre “caído”, porque lo ayuda al ver marcada la profundidad de sus necesidades.
Es
impostergable la mirada positiva de ciudadanos sabaneteros solidarios que devengan salarios
lujosos en el Estado, gestionar asistencia y cumplir postulados de evangelizados por Cristo cuando expuso: A fuerza del “amor” el cañón: “Porque a los pobres
siempre tendréis con vosotros; y cuando queráis les podréis hacer bien;
pero a mí no siempre me tendréis”, Marcos 14:7.
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