Se apaga una luz sabanetera. Murió doña Victoria Gómez madre de Luis Amilkar Gómez y Danny Gómez.
Pareciera que la vida es la alteración de la perpetua de la oscuridad.
En la
tierra del municipio de Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez, este martes hay oscuridad y mucha tristeza.
Su
ausencia disminuirá la ausencia de energía positiva en la tierra que la vio
nacer en una zona enclavada en la agreste
Región Noroeste.
Pasará
mucho tiempo para que nazca otro ser similar en la familia que encienda la
chispa moral, de la mujer trabajadora, abnegada madre ejemplar, ciudadana sin igual de la
estirpe de doña Victoria Gómez.
Mujer
de cualidades innatas, afable, aunque se fue físicamente, su nombre y honra permanecerá
como la tinta indeleble en los corazones de quienes fuimos sus vecinos, la
conocieron y trataron.
Nacida
en la ciudad de Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez y falleció en Santiago de
los Caballeros donde residía.
Era
madre del ingeniero minero y periodista Luis Amilcar Gómez; del locutor y
gestor cultural Dany Gómez y de otros hijos e hijas.
Paz a
su alma y solidaridad a la familia.
La
ida a destiempo de Victoria Gómez tocará los rincones del Universo donde quiera
que viva un sabanetero sensato.
Por
su forma de vida, trato a los demás, formación humana, intelectual y moral
impregnada a sus hijos; comportamiento social, moral y colectivo resultará difícil
olvidar entre los sabaneteros.
Fue
una especie de “estrella” y mujer perseverante que como madre madre nunca
descuidó de ser guardián de sus descendientes sin importar las adversidades.
Vivió
de manera equilibrada y transmitió valores a sus hijos, quienes a la fecha de
hoy son ejemplos de solvencia moral y profesional a seguir.
Aunque,
ya lamentablemente no podemos volver a barajar las cartas y con ellas volver a
jugar, porque el Creador del Universo la requirió y la mandó a buscar para cumplir
misión sagrada.
Desde
el infinito, doña Victoria Gómez estará vigilando, cuidando su rebaño,
iluminando a los seres queridos que ha dejado en este globo terrenal y tener el
espacio a sus descendientes en la vida eterna.
Con
ella se cumplió la sagrada misión de la ley biológica, nacer, crecer,
reproducir y morir.
Aunque
morir es cruel, dura, triste y humanamente injustificable desde los sentimientos,
sin embargo, es la única manera de entenderla y asumirla es desde una
perspectiva de especie.
Si los
seres humanos fuéramos cebras escaparíamos de los leones, no obstante, es la ley
sagrada respecto a nuestra existencia.
Lo
que nos hace reflexionar respecto a la realizad de nuestra existencia en este
globo terrenal, sentir, instruir, en relación a la vida que es lo
antagónico a la muerte.
La
vida de los seres es lineal y no cíclica en virtud de que somos esclavos del
tiempo al que nosotros mismos hemos dado forma para poder parametrizar la
existencia.
Se me
ha ido bastante la pinza lo dejo hasta aquí.
Paz
al alma de Victoria Gómez. Solidaridad a sus familiares.
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