martes, marzo 07, 2023

Recuerdan la tragedia del barco cubano Morro Castle del 1934 ruta Cuba a Nueva York.

Enviado por Samuel Jiménez Suero.

El SS Morro Castle fue un lujoso transatlántico de la década de 1930 construido para la naviera Ward Line y trayecto era Nueva York a la Habana.

A pesar de la tragedia y el misterio del desastre del SS Morro Castle, no se ha hecho ninguna película para su distribución en salas ni para la TV, con excepción de la dramatización mencionada HBO y el documental de A & E.

La mañana del 8 de septiembre de 1934, en el camino de La Habana a Nueva York, la nave se incendió y se quemó, matando a pasajeros y tripulantes 508 en total.

El timoniel del barco murió de un alegado infarto, su ayudante tomó el control, en el trayecto encalló cerca de Asbury Park, Nueva Jersey.

Ese devastador incendio a bordo del SS Morro Castle fue un catalizador para mejorar el sistema de seguridad contra incendios en los barcos.

Hoy en día, el uso de materiales ignífugos, puertas de cierre automático y alarmas contra incendio, y una mayor atención a los simulacros de incendio y procedimientos, son un resultado directamente del desastre del Morro Castle

Construcción del SS Morro Castle terminó el 22 de mayo de 1928, el congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de la Marina Mercante, la creación de un fondo de construcción de 250 millones a ser objeto de préstamo a las compañías navieras para sustituir buques antiguos y obsoletos por nuevos.

Cada uno de los préstamos, que se podrían subvencionar hasta el 75% del coste de la nave, sería pagado en un plazo mayor de 20 años a tasas de interés muy bajas.

Una compañía que rápidamente hizo uso de esta oportunidad fue la Ward Line, que había estado llevando y trayendo pasajeros, carga y correo hacia y desde Cuba desde mediados del siglo XIX.

Arquitectos navales fueron contratados por la línea para diseñar un par de barcos para pasajeros y carga que serían bautizados con los nombres SS Morro Castle, en remembranza del el castillo y faro que preside la entrada de la Bahía de La Habana y el SS Oriente, en alusión a la provincia de Oriente en Cuba.

En Newport News Shipbuilding y Dry Dock Company, comenzaron los trabajos del SS Morro Castle en enero de 1929 y en marzo de 1930 el Morro Castle fue bautizado, y en mayo su buque gemelo el Oriente.

Cada barco tenía 508 pies de largo, pesaba 11 mil 520 toneladas de registro bruto con transmisión turbo eléctrica, con un par de turbo generadores de la General Electric que suministraba la corriente a los motores de propulsión de doble hélice ejes.

Cada nave tenía una terminación de lujo para dar cabida a 489 pasajeros en primera clase y turista, junto con 240 miembros de la tripulación y oficiales.

El costo de cada buque se estima en alrededor de 5 millones de dólares de la época.

Cuatro años de éxito

El SS Morro Castle comenzó su viaje inaugural el 23 de agosto de 1930 cumpliendo con las expectativas al completar las 1.100 millas de viaje hacia el sur en menos de 59 horas, y el viaje de vuelta, en sólo 58 horas.

Durante los próximos cuatro años, el SS Morro Castle y el SS Oriente eran los caballos de batalla entre los barcos de lujo; rara vez fuera de servicio y, a pesar del empeoramiento de la Gran Depresión, capaces de mantener una clientela constante.

Su éxito se debió en parte a “la prohibición”, ya que estos viajes proporcionaban un medio legal relativamente asequible de disfrutar de una fiesta sin parar de beber.

Sus precios razonables atrajeron a empresarios cubanos y norteamericanos y a parejas mayores, por lo que los barcos eran un microcosmos proverbial de América.

El desastre golpea al SS Morro Castle

El último viaje del SS Morro Castle comenzó en La Habana el 5 de septiembre de 1934.

En la tarde del día 6, cuando la nave avanzaba paralela a la costa sureste de los Estados Unidos, comenzó a encontrarse con una nubosidad creciente y mucho viento.

Por la mañana del día 7, las nubes se habían espesado y los vientos se habían desplazado a este, el primer indicio del desarrollo de un “Nor'easter wind”, fuertes vientos del noreste que anteceden a las tormentas en la costa oriental de los EE.UU.

A lo largo de ese día, los vientos aumentaron y lluvias intermitentes comenzaron, haciendo que muchos se retiraran temprano a sus literas.

La muerte del capitán.

Temprano esa tarde, el Capitán Robert Willmott solicitó que le llevaran el servicio de la cena a su habitación.

Al rato, se quejó de problemas de estómago y, no mucho después de eso, murió de un aparente ataque al corazón.

El comando de la nave pasó al director, William Warms durante las horas de la noche, los vientos aumentaron a más de 30 millas por hora pero el SS Morro Castle continuó laboriosamente su avance por la costa este de Norteamérica.

Fuego.

Alrededor de las 02:50 horas del 8 de septiembre, mientras el barco navegaba a unas ocho millas náuticas de distancia de Long Beach Island, se detectó un incendio en un armario de almacenamiento de la Sala de Escritura. En los siguientes 30 minutos, el SS Morro Castle quedó envuelto en llamas.

A medida que el fuego creció en intensidad, el capitán en funciones Warms intentó llevar el barco a la costa, pero la creciente necesidad de lanzar los botes salvavidas y abandonar el barco lo obligó a cambiar esta estrategia.

A los 20 minutos de descubierto el incendio (a eso de 3:10), el fuego quemó los principales cables eléctricos de la nave, quedando el barco en la oscuridad.

Como se perdió la energía, la radio dejó de funcionar, la tripulación perdió el contacto por radio después de emitir solamente una transmisión S.O.S.

Casi al mismo tiempo, el puente de mando perdió la capacidad de dirigir la nave, ya que las líneas hidráulicas se dañaron por el fuego, que dividió en dos el barco, por lo que los pasajeros tendieron a reunirse en la popa y la mayoría de los miembros de la tripulación, por otro lado, se trasladaron hacia la proa.

En el barco, nadie podía ver nada. En muchos lugares, las tablas de la terraza estaban muy calientes al tacto y era difícil respirar a través de la densa humareda.

Como las condiciones empeoraban cada vez más, las únicas opciones que le quedaron a muchos pasajeros fueron saltar o morir quemados o afixiados. Sin embargo, saltar al agua era un problema también.

El mar, azotado por fuertes vientos, estaba revuelto, agitado en grandes olas que hacían que fuera extremadamente difícil nadar.

En las cubiertas del barco en llamas, la tripulación y los pasajeros mostraron toda una gama de reacciones ante el desastre. Algunos miembros de la tripulación eran increíblemente valientes cuando trataban de combatir el fuego, otros arrojaron sillas y salvavidas por la borda para facilitar a las personas en el agua que flotaran. Sólo seis de los 12 botes salvavidas del barco se pusieron en marcha.

Aunque la capacidad combinada de estos botes era de 408 puestos, sólo llevaban 85 personas, la mayoría de ellos miembros de la tripulación.

 Muchos pasajeros murieron por falta de conocimiento de cómo usar los chalecos salvavidas.

Al caer al agua, muchos salvavidas golpearon a personas dejándolas inconscientes, lo que posteriormente las llevó a la muerte por ahogamiento o le rompieron el cuello, matándolos al instante.

Los esfuerzos de rescate en el mar.

Los equipos de rescate tardaron en reaccionar. El primer barco de rescate que llegó a la escena fue el SS Andrea F. Luckenbach.

Otros dos barcos —el SS Monarch of Bermudas y el SS City of Savannah— tardaron en tomar medidas después de recibir el S.O.S.

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