Iglesia católica condena migración haitiana, deshonestidad en el gobierno y la inseguridad,

En el sermón de las Siete Palabras la Iglesia Católica criticó la masiva migración haitiana,  deshonestidad estatal, violencia, injusticia y  la poca voluntad en resolver estas problemáticas.

La preocupación de la Iglesia es tal que cree en pocos años los dominicanos perderían la nacionalidad superada por haitianos.   

Cuestiona una serie de flagelos que aquejan a la sociedad dominicana, de los cuales se responsabiliza la forma enfática a los líderes políticos.  

Reitera la sociedad es arropada por lo deshonesta, valores estropeados, imposición de un modelo de gobierno que afecta a la mayoría, empezando por quienes dirigen, gobiernan, conducen los destinos de la nación. 

Observar de “mortal” el grito del ejercicio del sistema de justicia que en las deliberaciones no se hace apegado a la “verdad”, a la “ realidad”, “compromiso” y obligaciones de la propia “conciencia” cediendo su dominio a la opinión ajena, a tercero, imponiendo “antivalores”. 

Criticó a que actual la sociedad se comunique mediante el lenguaje de antivalores, en que es mejor visto ser ladrón, injusto y deshonesto. 

Invitó a la sociedad acercarse más a Jesús para tener un mejor mundo. 

Aseguró la sociedad se ha alejado de él y por eso siente abandonada, se ha forjado un ambiente injusto, deshonesto donde no se respeta a la otra persona. 

Subraya andar en las calles del país es un “peligro” porque hasta quienes están uniformados la sociedad desconfía y le tiene “miedo”  debido a que son tan peligrosos que los delincuentes. 

Censura que hay policías que quieren ganarse la vida fácil, en base a la extorsión, narcotráfico y el desorden judicial que condenan de forma “injusta” a culpables de delitos los liberan. 

Deploran que desde las altas esferas del poder existe lo deshonesto y autoridades no se quieren hacer responsables de combatir esos males. 

Dijo que la muerte y el luto siguen desfigurando el rostro de las familias dominicanas; mujeres lloran por pérdidas de hijos, familiares, aumentan las víctimas atribuidas a los niveles de violencia.