Samaná de rica y colorida historia con casas de 5 mil 500 años de fabricadas.
Hallazgos sobre primeros grupos arcaicos que poblaron las Antillas basado en investigaciones modernas que se están haciendo.
Por
Marcelo Peralta
Santa
Bárbara de Samaná, R.D.-Bautizada con el nombre Santa Bárbara de Samaná, la que
comenzó como dominio Taíno, siglos antes de la llegada del navegante genovés Cristóbal
Colón en 1492, hoy tiene rica y colorida historia que contar.
Los
taínos la llamaban Xamaná, pueblo marítimo de Samaná fue fundad en 1756 por
familias españolas y en 1802 invadida con flota francesa de Napoleón Bonaparte
ordenó con el objetivo de ser la capital de la colonia, con el nombre de Ciudad
Napoleón.
Colonos
franceses que huían de Haití se unieron a españoles que eran 300 familias en el
desarrollo de las plantaciones de caña de azúcar, café, cacao y coco, lo que
ocasionó la formación migrantes crisol racial por allá en 1824.
Eran esclavos
liberados de los Estados Unidos, a través de acuerdos con la Iglesia Metodista
Episcopal Africana que estaban en América y a principios del siglo 20, Estados
Unidos se involucró en negociaciones para arrendar la Península de Samaná.
Esto es parte importante de la historia de la República Dominicana y de contribuir al desarrollo del turismo en el país como uno de los líderes de la región del Caribe y el mundo.
Samaná
creada por la Constitución del 14 de noviembre de 1865 como Distrito Marítimo,
una división territorial existente en esa época que solo se diferenciaba de las
provincias por el nombre.
Se insertó
en la Constitución de la República en el año 1907 y hecha efectiva en 1908
donde se eliminó la categoría de Distrito Marítimo y Santa Bárbara de Samaná
pasó a ser una provincia.
Aquí
existe la vivienda más antigua de Las Antillas que data de unos 5 mil 500 años
que está muy cerca de un lugar de enterramiento ritual arcaico hallado el año
pasado por el arqueólogo domínico español Adolfo López y su equipo de especialistas.
Hay excavaciones
dirigidas por López, director de investigaciones de Guahayona Institute, en
colaboración con la Academia de Ciencias de la República Dominicana y la
Fundación García Arévalo están “cambiando la visión de los primeros habitantes
de Las Antillas”.
Frente
a la imagen que se tenía de ellos como “bandas menos organizadas de gente
nómada, se ha demostrado que eran grupos humanos asentados en sitios”
concretos, dice el arqueólogo.
Hubo el
primer yacimiento, pruebas del carbono 14 han determinado la antigüedad de los
restos de varios hogares de primeros pobladores de la isla La Española que data
3 mil 500 años antes de Cristo.
Este
hallazgo permitirá entender “cómo era el poblamiento de la zona.
Ahora
se hace una arqueología espacial, no es hacer una excavación sino trabajar una
zona amplia para comprender cómo eran los movimientos de estas personas, dónde
cazaban, dónde enterraban, dónde vivían, dónde recolectaban alimentos”, dijo
López.
López
detalla con esta excavación se ha localizado el área donde vivían las personas
que enterraron” los cuerpos hallados el año pasado en el lugar funerario
próximo a la vivienda.
Lo
más interesante para el arqueólogo es que se pudieron constatar las
conclusiones surgidas del primer hallazgo y “tenían un área donde vivían,
enterraban a sus muertos”, lo que da idea “de la complejidad social que tenían
estos grupos, de su nivel cultural, que era muy alto, de su nivel de
ritualidad” con la muerte.
Humanos
habitaban en cabañas de grandes dimensiones, apoyadas por los abrigos que
formaban de roca, con un nivel de alimentación muy rico, explicó López.
Según
la teoría del experto y del profesor Daniel Shelley, pertenecían al grupo de
los casimiroides, tenían una dieta muy variada y eran grandes pescadores en
arrecife en mar abierto y navegaban con facilidad en grandes canoas.
Eran
grupos que se asentaban en un lugar de forma estable, se dedicaban a la
agricultura, cuestión que pretenden dilucidar expertos de Canadá que hallaron
plantas cultivables entre los restos, que “es lo más probable” a criterio del
arqueólogo español.
Sea
como sea, tenían “costumbres muy avanzadas que les permitían sobrevivir en el
mismo sitio de manera muy cómoda”, concretamente en el farallón del cabo
Samaná, zona a la que llegaron procedentes del continente americano “o de otras
islas donde había recalado, pero su origen (primero) es el continente”, tal y
como pretenden determinar los estudios de ADN que se llevan a cabo en la
Universidad de Harvard.
López incidió en la importancia de estos hallazgos: “Estamos hablando de los primeros habitantes de Las Antillas, estamos recuperando el origen de la población que vive aquí actualmente.
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