Asando batatas
Por Néstor Estévez
“Asando
batatas”. Así nos ha tomado, en sentido general, un cambio que desde ya impacta
de manera extraordinaria las relaciones entre las personas.
“Lo
agarraron asando batata”, suele decirse en República Dominicana para hacer
alusión a “encontrar desprevenido o distraído a alguien”.
El dicho
viene a colación porque, según algunos especialistas, razones comerciales
apresuraron el lanzamiento de plataformas que se apoyan en Inteligencia
Artificial para “facilitar” muchísimas tareas a los seres humanos.
Pero
vayamos al comienzo para que podamos entender mucho mejor la trascendencia de
este asunto.
Los
estudiosos indican que solo a partir del avance en sociabilidad, para lo que la
comunicación es imprescindible, se ha logrado desarrollar esa facultad de
expresarnos y entendernos, hasta dar forma a lo que conocemos como sociedad.
En
principio no existían las palabras. ¡Cuán difícil habrá sido entenderse en aquella
etapa! Lo más seguro es que simples gruñidos habrán servido para que
aquellos seres primitivos comenzaran a expresarse, aspirando a que una simple
idea pasara de un cerebro a otro.
Cuentan
que se necesitó mucho tiempo para que aquellos sonidos guturales fueran
puliéndose y logrando mejor precisión a la hora de hacer saber sobre emociones,
sentimientos, ideas y todo lo que se le ocurre exteriorizar a cualquier ser
humano.
Algunos
estudiosos han encontrado que las pinturas rupestres eran realizadas en puntos
calientes y acústicos, donde se producía eco, en el interior de las cuevas que
servían como lugar seguro ante las inclemencias del entorno.
Eso hace
pensar en relaciones de representación entre los dibujos y los sonidos que
producían los humanos en aquellos tiempos, dando inicio a lo que luego,
muchísimo tiempo después, abrió oportunidad para que la humanidad lograra
inventar la escritura.
Pero ese
logro estaba incompleto. Hacía falta que los demás entendieran lo que quería
expresar quien escribía. Se necesitó mucho esfuerzo y mucho tiempo para manejar
la lectoescritura.
Logrado eso, tanto hablar como escribir se convirtieron en herramientas al servicio de quienes, de diversas maneras, ejercían alta influencia y poder sobre los demás. Así tenemos que la oratoria, surgida en Sicilia, comienza a ser usada en Grecia como instrumento de prestigio y poder político.
A lo
largo de la historia, y aun en nuestros días, la destreza al hablar y la
habilidad al escribir abren puertas para imponer ideas y propósitos sobre
cualquier acción que realicen los demás. Como se puede apreciar, cada paso ha
abierto oportunidades para quienes logran fortalecer sus capacidades y buen
dominio de las “innovaciones”.
Hasta
hace muy poco tiempo, la humanidad había registrado dos grandes
transformaciones en ese ámbito. Primero la imprenta y luego internet, cada uno
en su momento, representaron dos extraordinarios aceleramientos a las
posibilidades de incidir en los demás, de hacer valer las intenciones de quien
maneja recursos para lograr sus propósitos.
Conviene
ver ambas caras. No todo es negativo. Como se puede notar, con cada adelanto
tecnológico se nos ha “facilitado la vida”. Y está muy bien que nos acomodemos.
Pero, ¿recordamos lo que ocurre con todo órgano que no se usa? Dicen los
entendidos que se atrofia.
¡Qué
bueno que nos hayamos inventado las palabras! ¡Qué bueno que hayamos logrado
entendernos! ¡Qué bueno que hayamos logrado agilidad en tareas que antes nos
ocupaban tanto tiempo! ¡Qué bueno que hayamos encontrado claves para alargar y
mejorar vida!
Pero,
¿qué ocurrirá con esa “comodidad” que nos evita el ejercicio de pensar? ¿Acaso
no hace falta pensar para entender? ¿Cómo te sientes cuando te dicen algo que
no logras entender? ¿Acaso no es pensar y entender lo que nos diferencia de los
denominados animales irracionales?
Pues la
comodidad que representan las herramientas de moda, relacionadas con
Inteligencia Artificial, consiste en el uso de datos para expresar (textos,
imágenes, sonidos…) más de lo que se le pueda ocurrir al común de los seres
humanos. Solo que, por el aceleramiento de la competencia en el negocio y como
la gente “se traga” lo que le den, lo han lanzado al mercado sin estar
completamente listo.
Sin el
más mínimo criterio para escoger o dejar, mucha gente usa, contra muchísima que
se deja usar, los más recientes “avances” relacionados con Inteligencia
Artificial. Y con eso, “nos han agarrado asando batatas”.
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