Justiliano de la Rosa: 64 años miembro fundador Cuerpo de Bomberos Loma de Cabrera.
Con la solidaridad de la dinámica Ybelca Rodríguez, suboficial del Cuerpo de Bomberos, se pudo lograr datos de don Justiliano de la Rosa.
Por Marcelo Peralta
Loma de Cabrera, provincia
Dajabón, R.D.-Aunque sea ”incrédulo”, don Justiliano de la Rosa, es el miembro
de Cuerpos de Bomberos de mayor edad en República Dominicana.
Su anatomía ha soportado
hasta la fecha 81 años de edad.
De esos años ha dedicado 64 a
servir a la sociedad.
Nació el día 18 de mayo del
año 1942.
Fundó el Cuerpo de Bomberos
del municipio general José Cabrera el día 24 de septiembre del año 1956.
A pesar de su edad, se
mantiene firme los siete días de la semana acudiendo a la estación bomberil de
aquí.
Por eso, se mantiene como el “primer
guandul”.
Y al estilo de aquel
personaje llamado “Juancito El Caminador”
Don Justiliano de la Rosa
honra el benemérito Cuerpo de Bomberos de este municipio.
La República Dominicana ha
tenido 12 presidentes desde que De la Rosa fundó esa institución.
Es un hombre “meritorio”, “abnegado”,
“lleno de honor”, “disciplinado”, una “gloria llena de dignidad”, abandero de ser
bombero.
Don Justiliano de la Rosa, es
un “vaso frágil” que necesita ser resguardado por su “honradez”, “dedicación”, “amistoso”,
“entregado”, “solidario”, “dispuesto a servir a la sociedad”.
Su vida, más allá de las
reglas y órdenes por cumplir, es un “método de vida” que se debe cuidar.
Por decisión propia, como
pilar del Cuerpo de Bomberos motiva a sus miembros a trabajar a favor de la sociedad.
Las convicciones que impregna
con su ejemplo a los demás es que deben estar dispuestos a dar tiempo,
esfuerzo, energía, coraje, dolor, alegría, y aún, hasta su vida para llevar
seguridad, tranquilidad a los demás, sin distinción de color, edad, riqueza
material y género.
Profesa el “honor” al estar en
esas cualidades morales y sellada como
misión de bombero que lo lleva al estricto cumplimiento de sus deberes.
Es una gloria y revestido de
dignidad de “los pies a la cabeza” de ser bombero hasta que permanezca en este
globo terráqueo.
Para Justiliano de la Rosa,
ser bomberos, es un proceso que se lleva a la obediencia y el orden.
Abrazarse a este oficio, es
una “imposición”, “manera de ser más eficientes y eficaces en sus labores” a
beneficio de los demás.
Lleva la dignidad de ser
bombero y está orgulloso del oficio y del trabajo que escogió, porque gustó
servir a los demás sin esperar nada a cambio.
Hombre de “vocación de sentir
con respeto, orgullo, solidario y servicial”.
En su entorno se respira “energía
positiva” que inspira a los demás a trabajar, aunque conlleve el riesgo y deban
enfrentar dificultades diversas.
A pesar del riesgoso rol del
bombero por la falta de seguridad personal, hay ciudadanos que solo de acuerdan
de ellos cuando la desgracia toca a sus puertas.
Ellos, deben estar siempre en
la “línea de fuego” defendiendo intereses ajenos, aunque los suyos estén
inseguros.
Deberá llegar el tiempo, en
que aparezca un gobierno que valore y “ofrezca soporte” a estos anegados
hombres y mujeres que entregan sus vidas defendiendo intereses particulares.
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