domingo, agosto 04, 2013

Alejandro Pilarte:Hombre autodidacta

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Alejandro Pilarte posa con su hijo Jean Carlos Pilarte, de 13 años tras finalizar un juego de minibasquet en el club Moisés Genere del barrio La Joya. en la cancha Joel Génere, en el paraje El Higuerito, en Sabaneta.
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JANDITO PILARTE
Por Marcelo Peralta
Foto Papanin.
Sabaneta, Santiago Rodríguez, R.D. Alejandro Pilarte, ronda los 54 años de edad.
 Es un hombre autodidacta.
Jandito, como se le conoce en el argot popular es excepcionalmente, modera y profundamente dotado.

Pese a su pequeño cuerpo, es probadamente inteligente.

Es gente, decente y querido en el municipio de San Ignacio de Sabaneta.

A prueba ha sido sometido las capacidades que posee.

Sobre talento en este pequeño cuerpo.

Vive en la calle Petronila Gau, en el sector La Joya, situado al Sur de la ciudad.

Sus condiciones excepcionales están directamente relacionadas con la noción de inteligencia.

Su comprensión surge de múltiples concepciones que parten desde información del sentido común, hasta propuestas con pretensiones teóricas que se han sostenido a lo largo de su exitencia.

El padre de Jandito era conocido como Sijito.

Obrero incorporado a la recogida de basura en carreterillas por las calles de Sabaneta.

En sus horas libres, las dedicaba a transportar mercancías a parroquianos para alimentar a sus hijos.

La mayoría de los hermanos de Jandito alcanzan una media estatura.

Esas limitaciones no han sido obstáculos para hacerse profesionales en diversas ramas del saber.
      
Sin embargo, Alejandro Pilarte, no se amilana por su pequeño cuerpo y como respuesta asume con valentía, autoestima y se embarca en acontecimientos históricos en el contexto del auge de la ciencia y la especificidad de las disciplinas, que comienzan a producir conocimiento sobre el sujeto, donde aparecen las técnicas de medición de la inteligencia y con éstas la noción de superdotación personal y familiar.

Demuestra que es los humanos demostrando la forma como el constructo de la excepcionalidad ha estado ligado a los tests de medición de su inteligencia que se refleja en la creencia de que sólo se es excepcional cuando el resultado de la prueba de inteligencia autentifica las características.

Para Jandito no es sorprendente que el resultado de la prueba de inteligencia haya sido usado para categorizar a individuos dentro del grupo de personas identificadas como superdotadas.

En ese pequeño cuerpo sobran niveles que a muchos espigados y matodontes les faltan.

Creerse que la noción es un constructo de la Época Moderna no supone que estas personas no hayan existido a lo largo de la historia, sino que han sido interpretadas de manera diferente a como lo hizo la visión científica del siglo XX.

Así por ejemplo, en la antigüedad a estas personas se las nominaba sabias.

El sabio se encarnaba en aquellos que daban un uso original a cualquier arte u oficio.

En aquellos tiempos el sabio debía tener experiencia, porque no separaba lo teórico de lo experiencial, ni el conocimiento de la ética.

A ésta persona también se le llamaba hombre prudente, ya que en aquella época, desde el pensamiento aristotélico, el saber se orientaba a realizar la perfección y alcanzar la felicidad humana.

Jandito no tiene nada que envidiarle nada a un hombre que pida 6 pies o más altura.

Nuestro protagonista es hoy es un hombre preocupado por ayudar a su hijo durante en los primeros años de la adolescencia.

Es bien sabido que cada familia tiene sus formas de pensar y poner en prácticas sus prioridades y cualidades.

Este es el caso de Jandito que es un aficionado al deporte.

Seguidor del equipo de baloncesto Moisés Género, representante del sector La Joya en los campeonatos que se organiza en la zona.

Jandito es un padre excepcional que se interesa y desvela por lo que hacen sus hijos.
Vela por el presente y porvenir de sus vástagos. 

Pone en movimiento muy clara la convicción de la dignidad del hombre como hijo de Dios.

Este hombre es capaz de superar el mal y, por más funesto que sea trata de superar los escollos que se interpongan en el camino.

Con su actitud evidencia siempre que hay que vivir para ganarse con el trabajo y el sudor de su frente, los medios para subsistir.

Todos los sabaneteros conocen y reconocen a Jandito, hombre de bien, abnegado, verdadero padre de la familia, honesto, trabajador y depositario de confianza.

A pesar de la ergonomía física, nunca su pequeño tamaño le limitó para estudiar.

Se adapta al trabajo como cualquier otro hombre, al considerar que en cada hombre es propicio el trabajo.

Sus limitaciones físicas y características no son relevantes para para avanzar hacia un mejor porvenir en la vida.


Hacia adelante Jandito. 

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