Sedimentación convierten las presas en Cuidados Intensivos

Ramón Ureña

Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D.- Todas las represas e hidroeléctricas construidas en el país están en “Cuidados Intensivos” como los pacientes graves internados en centros clínicos, porque están llenas de sedimentos, escombros, de troncos de árboles y  basuras debido a la deforestación en las  montanas.

La advertencia la hace el ingeniero Ramón Ureña  Torres, actual Director en el Cibao Central del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) y experto en asuntos Medio Ambientales y Municipales, quien formula un llamado al Presidente Danilo Medina intervenir con rapidez antes que sea demasiado tarde, y los pacientes se agraven.

Ureña Torres insta a las actuales autoridades con prontitud en perspectivas al futuro para subsanar el  mal que atenta en contra  de la supervivencia humana, la producción y alimentación.

El profesional de la Ingeniería indica que se hace impostergable intervenir ante posible para no legar a las próximas generaciones con las presas  con caudales sedimentados debido al grado de deforestacion.

Dijo que hay presas con una altura de 80 metros de corona, sin embargo, hoy día hay 63 metros sedimentados y apenas 17 metros para almacenar agua.

Un ejemplo dice Ureña Torres es el caso de la presa  Tavera en la provincia de Santiago que la reforestación en las cuencas están seriamente llenas de lodo y basura.

La presa Tavera fue construida hace 41 años desde que fue construida en 1973 y hasta la fecha, la deforestación ha afectado su cuenca hidrográfica con una disminución dramática de su caudal de los ríos que alimentan.

Siempre y de acuerdo al profesional de la Ingeniería la erosión acelerada de sus suelos y las crecidas de los ríos que en tiempo de lluvia son cada vez más intensas y provocan más inundaciones y el acortamiento de la vida útil de algunas de las presas.

“Hoy el agua lluvia no  baja a los ríos lentamente antes creando las escorrentías que alimentan los riachuelos que tributaba sus aguas todo el año a los ríos”, sino que ahora llueve y todo lo que recoge van a las presas.

Hace la petición al Presidente Medina de intervenir ante la problemáticas de las presas ya que está en juego el futuro del país, el de las infraestructuras, de las hidroeléctricas construidas en los gobiernos de Joaquín Balaguer e Hipólito Mejía.

En su opinión, que una urgencia intervenir las presas del país antes que se deterioren por completo a fin de que después se produzcan lamentaciones e inversiones, “porque no supimos proteger nuestras estructuras” y los cuerpos de agua.

Dice que de la construcciones de la presa Tavera han pasado 41 años, “por lo que hay que protegerla y no que la generación actual y venidera sea testigo viviente de los resultados de una irresponsabilidad que no pudimos enfrentar”.

Para Ureña Torres “hay que instar a las autoridades para que este mal sean solucionado ahora que hay tiempo, las inversiones  no son tan elevadas y a que miremos en perspectivas hacia el futuro, porque este mal  que atenta en contra  de la supervivencia humana.

Explica que el levantamiento de campo por parte de la dirección técnica del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD) se ha podido detectar esos graves males que afectan  la presa de Tavera y repercute en las del resto del país.

A su entender las presas construidas en  los gobiernos de Joaquín Balaguer eran planos elaborados en el régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina, quien en materia de energía fue muy realista y visionario.

Pondero el plan de industrialización ejecutado por Trujillo que inició con empresas muy estratégicas,  instaladas con recursos públicos, pero la mayoría explotada por sus familiares y allegados de confianza.

Fue categórico al expresar que en el 1954 inauguró el moderno proyecto hidroeléctrico El Salto de Jimenoa en Jarabacoa, capaz de producir unos 8 megas y la hidroeléctrica de Alto Dama en la zona Sur, un proyecto más modesto, pero enmarcado en un plan estratégico de producción barata de energía.

La inversión en Tavera fue de 45 millones de dólares, obra que aportaría 96 MWS de capacidad instalada, irrigaría 9 mil 100 hectáreas más para la agricultura, unas 145 mil 600 tareas más, que se incorporaron a la producción y el abastecimiento de los principales acueductos de la Región del Cibao Central.

Este cuerpo de agua está ubicada cerca de Baitoa, con cuenca de 785 kilómetros cuadrados recogiendo las aguas de gran parte de la Cordillera Central y sus ríos Yaque del Norte, Jimenoa, Bao y sus tributarios.

Y la capacidad de embalse de la presa era de 173 millones de metros cúbicos en una área de 6.2 kilómetros cuadrados que es el tamaño del lago de la presa.

Casi una década después se conectaría dicha Presa con la Gran Presa del Río Bao para sumar 417 millones de metros cúbicos de agua en su embalse y convertir este complejo hidroeléctrico en el más grande y de mayor generación del país, con 196 MWS.



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