jueves, febrero 05, 2015

-El Mirador-

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Por Luís Céspedes Peña

El crecimiento económico y sus problemas.

Hay sectores que están poniendo en duda los informes del crecimiento económico que se registra en la República, que es real, pero que los principales  técnicos del gobierno no hacen las debidas explicaciones, lo que es una razón para que la mayoría de dominicanos no lo perciba como es.

Pensamos que la cifra de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), estimada en un 7 %, está dentro del parámetro, si se observa el mejoramiento del comportamiento de las  industrias, bajo la conducción de las Zonas Francas, las grandes inversiones que sigue haciendo el gobierno del Presidente Danilo Medina en áreas del sector agropecuario, que estimulan las exportaciones, vivienda, básicamente de parte del área privada, y el mejoramiento de la actividad comercial, incluyendo los pequeños negocios informales, es una clara evidencia de esa realidad.

Lo que ocurre es que el aumento del crecimiento donde se hace más visible es en los grandes sectores productivos. Por una u otra razón, los beneficios de ese crecimiento no llegan ampliamente a  los sectores más necesitados.

Durante los años del gran encarecimiento del petróleo y sus derivados, se dispararon los precios de la totalidad de productos o servicios, hasta provocar la destrucción de muchas de las economías más estables del mundo, como España, Rusia, Estados Unidos,  Suiza, Portugal y otros países.

Esa situación provocó cambios en sus políticas, algunas de ellas tan extremas que todavía no pueden recuperarse totalmente, como es el caso de España, que aunque está buscando el camino para reencontrarse, está pagando caro el fruto de su crisis económica.

La política neoliberal, básicamente promovida por Europa y Estados Unidos, fue un total fracaso, como lo advertí en los años 1996, 97 y 98, debido a que se fundamentó en despojar a los Estados de sus principales riquezas, como empresas y terrenos, para traspasarlas a algunos grupos empresariales privados. También advertí que la política de poner los Estados más pequeños, que consistía en reducir en número de empleados públicos, sería lesivo para las naciones que la aplicaran. ¡Y así está ocurriendo!

La gran crisis económica que afectó a casi todos los gobiernos del mundo a partir del 2008, pero que comenzó en la década de los 90, la cual produjo la quiebra de millares de bancos, industrias u otros establecimientos en Estados Unidos, Europa y América Latina, fue el resultado de la puesta en práctica del destructor neoliberalismo, que engordó a muchas empresas privadas, pero que provocó los mayores problemas económicos en perjuicio de otros, incluyendo gobiernos. ¡Eso no fue bueno para todo el sector privado y menos para la mayoría de los gobiernos!

Estados Unidos tuvo que sacrificar sus reservas, disminuir el cobro de sus impuestos y en otros casos no cobrarlos, para poder levantar su economía. Hoy, Estados Unidos es el modelo a seguir en materia económica. Los europeos, que se metieron muy lejos con el neoliberalismo, siguen aplicando políticas correctivas.

 Independientemente a los problemas europeos, éstos no dejaron de ayudar con sus recursos el desarrollo de muchos países, como es el caso de la República Dominicana, especialmente con sus contribuciones para capacitar al personal de la administración pública. Debemos reconocer que el gobierno de Leonel Fernández se convirtió en el buen ejemplo en el manejo de crisis económicas en América Latina.

El problema de la República Dominicana, que la mayoría de ciudadanos no participa de los beneficios de su crecimiento económico, se debe a que las continuas bajas en los precios de los combustibles, responsables de las alzas en los costos de producción, cuando estaban altísimos, no se están traduciendo en la reducción de los precios de los artículos de consumo masivo, aunque tuvieron un repunte negativo en los últimos días.

Podemos citar los precios de los pasajes del transporte público y de cargas. Hay que admitir que, en el caso de los transportistas llamados públicos, si se mantienen los altos precios de los productos que consumen, se seguirán resistiendo a bajar el cobro del pasaje.

 Luego de las extraordinarias rebajas de los precios del petróleo, nadie quiere reducir los costos de los artículos de consumo masivo. Hay sectores industriales y grandes comerciantes que alegan que no pueden rebajar los precios porque compraron caro.  ¡Pero ahora están comprando más barato!  ¿qué pasa?

Mantengo la idea de que el gobierno debe dar inicio a un proceso para establecer el mismo estilo de política de control de precios que existe en Estados Unidos. Ese sistema establece precios topes para todos los productos y el que lo viola tres veces pierde la licenciada de operación, además de ser multado.

Hay que recordar que durante la crisis económica prosiguió con todo su brío en el 2008, el gobierno de nuestro país, bajo la dirección del doctor Leonel Fernández, aplicó un sistema de política que protegió a los inversionistas y mantuvo los precios de los productos controlados, como fueron los casos de los plátanos, la batata, yuca, arroz y casi todos los  alimentos.  Todavía en el 2012, los santiagueros adquirían un plátano desde los  dos hasta los cincos pesos, de acuerdo al tamaño.

Hoy, el plátano mediano está costando ocho pesos en los colmados y hasta 15 en los supermercados. En el país hay más producción de tayota, porque el Presidente Danilo Medina está haciendo grandes inversiones en el sector agropecuario, pero la unidad de ese alimento, que en el 2012 costaba hasta dos pesos, en la actualidad hay que pagar diez en los colmados, de tamaño mediano.

En los supermercados ese producto se  compra pesado. Como las economías funcionan de acuerdo a los precios de los combustibles, más que de la producción, en países como el nuestro, siempre se esperan rebajas sustanciales en los costos de los artículos de consumo diario, cuando hay bajas en los valores de los carburantes, ¡pero qué lejos estamos!.

Hay que agregarle, en el caso de los víveres y otros productos agrícolas, que en sus altos precios también está incidiendo el que las mejores tierras están siendo usadas para proyectos habitacionales, como sucede con Moca, La Vega, Tamboril, parte de Santiago u otros lugares del Cibao, pero que es un problema nacional.

 El ministro de administración Pública, Ramón Ventura Camejo, habló en una ocasión  de la importancia que tendría la delimitación de las tierras agrícolas con las que se deberían utilizan para proyectos habitacionales, pero eso se quedó en el olvido. ¡Las tierras fértiles no deberían ser usadas para proyectos habitacionales!

Esas son las razones por las cuales no se observan los beneficios del PBI. El Presidente Medina tiene que trabajar en la creación de una Ley de Precios. No entendemos por qué los organismos internacionales forzaron al país a hacer desaparecer a la Dirección General de Control de Precios, si en Estados Unidos, Francia, España y otras grandes naciones mantienen controles en las ventas.

No importa que el PBI (Producto Bruto Interno) crezca, si sus beneficios no favorecen a los sectores de menores ingresos ni a la clase mediana. ¡Seguimos como si los precios del petróleo continuaran sobre los 100 dólares el barril!

Si el Presidente Medina tiene una alta popularidad, es porque quiere que las cosas del Estado salgan bien. ¡De eso no hay ningún tipo de duda!, pero tiene que trabajar para forzar que las bajas en los precios de los combustibles se traduzcan en la reducción de los  costos de los artículos de consumo diario. ¡Los acaparadores ya ganaron muchos miles de millones de pesos!
-Gracias por su lectura.





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