El uso de coches y los caballos en Santiago no pasan de moda. Igual en San Juan los hay.
República
Dominicana es un país de inmigrantes y los coreanos se apoderan del mercado de
los vehículos.
Por
Marcelo Peralta.
Santiago,
R.D. A pesar de lo avanzado de la tecnología los santiagueros siguen usando los
carruajes tirados por caballos.

Un coche circulando en una de las calles de San Juan al Sur del pais.
Esta
especie de transporte urbana consiste en una carreta construida de cuatro
ruedas con capota y tirada por un caballo.

Constituye
una novedad en la República Dominicana traída por la llegada de Cristóforo
Colombo en el año 1494 cuando colonizó la Isla Española.
En Santiago, es segunda ciudad en importancia industrial y comercial
del país, con alrededor de un millón de personas, a pesar de los avances en la tecnología
y el modernismo, con vehículos de motor de últimos modelos, persiste en el uso
de los coches de carruajes tirados por caballos para andar en el centro de la
ciudad y el área del Monumento Nacional Héroes de la Restauración de la República
en 1863.
El origen
de la República Dominicana se remonta a varias oleadas migratorias, a través del arco de
las Antillas Menores y se hace impostergable hablar de los que llegaron desde
el Norte y del Sur de América citándose a los Amerindios, Guanahatabeyes, Siboneyes y Arawacos, que
a su vez formaron los grupos Igneris,
Subtaínos, Taínos y Ciguayos o Macoriges, donde Cristóforo Colombo la
bautizó con el nombre de Caribes por su belicosidad.
Cuando llegó
Colombo a la isla en el 1492 ésta estaba habitada por unos 150 mil Amerindios,
los cuales sometidos a trabajos forzados de los españoles conquistadores y
colonizadores, trajo como consecuencia el exterminio.
A partir del 1502 se prohibió el matrimonio de blancos con Amerindios, y la mezcla que da origen al mestizo, se propagó en la isla.
A partir del 1516, cuando el Amerindio estaba en extinción, los españoles trajeron grandes contingentes de negros esclavos desde el África, que por los trabajos tan crueles en la industria azucarera, no resistían más de cuatro a seis años.
En el siglo XVI se produjo la desaparición de la industria azucarera reemplazada por la crianza del ganado en grandes extensiones de terrenos.
Al exterminar la raza indígena y conquistar la isla en 1492, los españoles impusieron su cultura y trajeron a Negros
esclavos desde África que contribuyeron al desarrollo de la economía, se
desarrollo la cultura.
Grupos de canarios fueron traídos por los
colonizadores en el siglo XVIII donde fundaron villas en Samaná, Sabana de la
Mar, San Carlos de Tenerife como lalmaron a la ciudad de Santo Domingo.
También, llevaron
a Baní, Neyba, San Juan, en el Sur del país, Montecristi en a Región Noroeste,
a Puerto Plata en el Norte y a Jánico provincia Santiago en el Cibao Central en los que introdujeron el cultivo de café, cacao y tabaco.
Con los
esclavos africanos en el siglo XVIII se fundó el barrio de San Lorenzo de los
Mina en la ciudad Capital para luego dar paso a formar los de Mandinga, Mendoza, Sabana Perdida,
Sabana del Espíritu Santo a lo que llaman hoy Villa Mella, Los Guaricanos, La
Isabela y otros.
Mientras que
los Negros libertos comprados
como esclavos a Estados Unidos por el presidente haitiano Boyer entre 1822-25 y
colocados en Samaná, Puerto Plata, Santo Domingo, Bayaguana, Monte Plata
quienes hicieron importantes aportes culturales, hábitos alimenticios de la
forma en que debía comerse el arroz y pescado con coco.
Otra modalidad
fue e idioma inglés, la educación primaria, religiones protestantes, la brujería,
santería, bailes como el bamboulá.
El primer
idioma criollo fue bautizado con el nombre de samané, constituido por una mezcla
de elementos lingüísticos franceses, españoles, ingleses y africanos, y que todavía
se habla en zonas rurales al Este de la Provincia Santa Bárbara de Samaná.
Al decir de la
llegada de cubanos quienes huyendo
de la guerra civil de los diez años ocurrida en el 1878 se establecieron en
Puerto Plata y luego en Santo Domingo junto a grupos de puertorriqueños.
En su mayoría eran comerciantes y colonos quienes hicieron aportes muy importantes quienes desarrollaron la industria azucarera y la industria de ron y llevaban los apellidos Maceo, Brugal, Mendoza, Mir y Michelena.
Cuenta la
historia que los negros antillanos han
sido traídos como braceros azucareros en 1880 de las Antillas Menores
siendo establecidos en San Pedro de Macorís y constituyen uno de los grupos de
inmigrantes que más aportes valiosos ha brindado a la sociedad dominicana.
Ellos contribución al crecimiento de la población, jugaron un rol en desarrollo
de la industria azucarera, maquinistas, torneros, albañiles, carpinteros,
contables, peritos azucareros, trajeron las religiones protestantes con sus iglesias, sus misas en inglés, sus
coros, cánticos, hábitos alimenticios como
el yaniqueque siendo los primeros fabricantes John Cake y Don Mr. Plain.
Con la llegada de estos grupos trajeron la arquitectura victoriana, baile
de Los Guloyas, la bebida del Guavaberry, la Masonería y sus descendientes han sido reconocidos beisbolistas en
el país.
Los haitianos
contratados para cortar cana para la fabricación de azúcar desde el 1880
trajeron el baile del gagá, la religión del vudú, la brujería, santería,
hechicería, maniqueísmo, entre otras.
Mientras que
los árabes y turcos la mayoría procedentes
de El Líbano huyendo a la invasión y el primer grupo llegó en el 1880 por la
frontera haitiana y se establecieron en Elías Piña, Las Matas de Farfán, San
Juan de la Maguana y otros se reubicaron en San Pedro de Macorís y Puerto
Plata.
Contribuyeron al desarrollaron del comercio de fantasía,
una modalidad comercial de venta al plazo y del regateo, iniciaron de hábitos
alimenticios como el quipe, tipile, berenjenas rellenas, repollito y el famoso
yogourt y sus apellidos denominados Abinader, Wessin, Isa, Conde y Majluta.
En tanto que los chinos se radicaron en San Pedro de
Macorís y Santo Dlomingo donde desarrollaron el comercio de repostería,
lavandería mecanizada, el cultivo de legumbres que comenzaron en el año 1949
cuando Mao Tse-Tung tomó el poder.
Fueron los
chinos que introdujeron las relojerías, los autoservicios, supermercados y los
moteles, cuyo tercer grupo empezó a llegar a partir del 1974 desde China
Nacionalista, cuando los Estados Unidos rompieron las relaciones comerciales.
La mayoría se
nacionalizaron dominicanos para poder continuar la comercialización, dedicándose
a la hotelería siendo suyo el hotel Embajador y Punta Garza en Juan Dolio), a
los condominios y a las zonas francas industriales.
Y los japoneses exportados por el gobierno del tirano
Rafael Leónidas Trujillo Molina a partir del 1931 con la finalidad del desarrollo
agrícola para la siembra de arroz y legumbres y aumentar la población.
Se
establecieron en Constanza, Jarabacoa, Bonao y en Dajabon.
Pero los italianos llegaron de manera espontánea
a finales del siglo pasado y a principio de éste, dedicándose a la industria
azucarera como es el caso de las familias Vicini y Giraldi quienes incursionaron
en la agroindustria citándose el caso de los Bonetti y Bolonotto.
Se dedicaron a
la relojería como ha sido la de Di Carlo, Capriles, a los restaurantes los de
apellidos Bonarelli, D’ Agostino.
Y los españoles republicanos fueron traídos
por el gobierno de Trujillo Molina en el año 1939, cuando fracasa la guerra
civil de allí y asentados en la Capital, Balboa de Nagua, Constanza, Jarabacoa, San
Juan, Vallejuelo, Azua y muchos se trasladaron a las ciudades del interior en
busca de subsistencia, desarrollando la
educación, creando colegios y sirviendo como catedráticos en la Universidad de
Santo Domingo, en las bellas artes, la pintura, escultura, música, la
literatura gracias a ellos se creó la Secretaría de Bellas Artes y Cultos.
Los apellidos más
sonoros son Prat, Ventós, Gauchat, Vela, Zanetti este ultimo autor de los
murales del Palacio Presidencial, la feria, iglesia de San Cristóbal, Palacio
de Justicia, de la UASD.
Los judíos alemanes llegaron al país en 1941
desde Alemania y otros países de Europa para evitar que Adolfo Hitler los
matara y el gobierno de Rafael Leónidas Trujillo Molina dispuso asentarlos en Sosúa
Provincia Puerto Plata al Norte del país y contribuyeron al desarrollo de la
ganadería de leche, la agroindustria ganadera, las edificaciones modernas.
Y los húngaros, también traídos por Trujillo Molina
en el año 1957 fueron llevados a Constanza, la colonia mixta de Duvergé y San
Cristóbal para utilizarlos en la fundación de la armería y la mayoría fueron
deportados por su mal comportamiento.
Vehículos
coreanos:
Japón, como país de
origen de la mayoría de los vehículos que se usan en el país, quedó desplazado
este año al segundo lugar y ganó la primacía Corea, de donde se están
importando miles de vehículos que operan con GLP.
Datos de la Asociación
de Concesionarios de Fabricantes de Vehículos (Acofave), la cantidad estimada
de ventas de vehículos nuevos durante este 2013 es de 18,997 unidades.
De ellas, 5,363 fueron
vehículos coreanos, y 5,031 de Japón.
En tercer y cuarto lugar
quedaron Estados Unidos y China, con 1,877 y 1,449.
Y Alemania está en
quinto lugar, con un total de 1,105 vehículos vendidos.
Acofave destaca el caso de
China, que está en cuarto lugar, cuando años atrás ni siquiera esos vehículos
existían en el mercado.
De Japón vienen las marcas
Toyota, Honda y Nissan, que por años han sido de las más populares entre los
dominicanos, por su calidad y facilidad en la reposición de piezas y la de
Corea vienen la Hyundai y la KIA, las dos marcas de mayor crecimiento en
importación en los últimos años.
Por ejemplo, en el 2011, los
importadores de vehículos trajeron al país 57,663 vehículos, entre nuevos y
usados, de los que 10,620 eran Toyota; 6,261 Honda; 5,731 Ford; 5,667 Hyundai;
4,259 Nissan; 3,181 Chevrolet y 2,128 KIA.
En la lista sólo se mencionan
aquellas marcas con más de 2000 unidades importadas, y se basa en los datos
estadísticos de la Asociación Nacional de Importadores de Vehículos Nuevos y
Usados (Anadive).
Para el 2012, la cantidad de
vehículos Toyota importados fue de 10,761, apenas 141 unidades más que el año
anterior.
De la Honda fueron de
6,596 superando con 335 unidades las del 2011. Sin embargo, la Hyundai se
colocó en el tercer lugar, desplazando a la Ford, con un total de 6,474 vehículos,
para un aumento de 807 unidades más que en el año anterior.
La Ford bajó a 3,965.
La marca KIA pasó del
séptimo al quinto lugar, con un total de 3,198, con una diferencia de 1,070
vehículos más.
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