185 años del nacimiento del fundador de Amantes de la Luz el liceyano Manuel de Jesús Peña y Reinoso.
Reportajeespecial:
Licenciado Manuel de Jesús Peña y Reinoso.
Por
Marcelo Peralta
Santiago de los Caballeros, R.D.- El hombre es una unidad.
El hombre, sin importar el sexo, es un ser personal, inteligente, libre,
capaz de amar, porque está hecho a imagen u semejanza de Dios.
Por eso, ocupa un lugar único en la creación de Dios.
Por eso, es, de todas las criaturas visibles capaz de conocer y amar al Creador del Universo.
Pero, el hombre, a diferencia de otros seres, posee capacidades creativas, argumentativas que resultan indispensables para plantear los problemas científicos, buscar soluciones, y poner a prueba su validez.
Se ha determinado, que el gran progreso científico y técnico de la época moderna ilustra las capacidades únicas de la persona humana, y no tendría sentido utilizarlo para negar lo que, en último término, hace posible la existencia de la ciencia.
Un referente:
Manuel de Jesús Peña y Reynoso, nació
en el Municipio de Licey al Medio, Provincia, Santiago, el día 2 de diciembre
de 1834.
Detalles:
Al cumplirse el 185 aniversario del natalicio del intelectual Manuel de Jesús de Peña y Reinoso, el joven Wilson Salazar, estudiante de término matriculado en el Colegio Politécnico Maestra Elsa Brito de Domínguez anhela que sus compañeros emulen los pasos del ilustre pensador y educador dominicano.
Para el inquieto y creador joven cree que e pueblo dominicano se sentir orgullo por los aportes de Peña y Reinoso para el porvenir de la Patria.
A su entender, seguir los pasos del ilustre pensador y educador liceyano enriquecerá el intelecto.

Peña y Reinoso fue el fundador de la Sociedad Cultural Amantes de la Luz, fundada por el escritor.
La ocasión ha sido aprovechada por el intelectual Blas Caba Peralta, Presidente de esa entidad para resaltar las cualidades de Peña y Reimoso.
La maestra, Doña Elsa Brito de Domínguez, miembro de la Junta directiva del Ateneo y coordinadora del aniversario, destacó las dotes del pensador y sus aportes al acervo cultural dominicano.
Las estudiantes Enjira Flores y Emily Lantigua del Politécnico Maestra Elsa Brito de Domínguez, escenificaron la fábula “Las dos Palmas” de autoría de Peña y Reinoso.
Estudiantes de la escuela que lleva su nombre realizaron una ofrenda floral al busto del ilustre pensador y periodista Manuel de Jesús de Peña y Reinoso.
El periodista y maestro, licenciado José Manuel Fernández, Director Regional de Educación valoró los esfuerzos de Peña y Reinoso.
Asistieron miembros de la Banda de Música Municipal de Santiago de los Caballeros por el maestro Jaime Cruz; Ysmalyn Collado, Directora del Distrito 08-04; Karina Peña, Coordinadora Académica del Politécnico Maestra Elsa Brito de Domínguez.
También, María Rodríguez en representación de la escuela Peña y Reinoso; Narciso González, dueño y Director del Colegio Padre Emiliano Tardif y Andrés Acevedo del Viceministerio de Cultura.
Padres, estudiosm accionar y periódico:
El insigne Maestro Manuel de Jesús de Peña y Reinoso era de Diego De Peña de origen canario y Juliana Reinoso.
Sus primeros estudios los
realizó bajo la dirección de los ilustres maestros, el presbítero Gaspar
Hernández, Juan Luís Franco Bidó y Benigno Filomeno de Rojas.
Fue un gran civilista de múltiples facetas: Educador, Político, Poeta y crítico literario.
La revolución del 7 de julio de 1857 lo motivó a viajar a Santiago de Cuba.
En la vecina isla, junto a Carlos Manuel Céspedes, participó en la Guerra de Independencia contra el dominio español.
En el año 1873, retornó a la Patria, donde reinició su fecunda labor educativa.
Fundó el colegio La Paz y el periódico El Dominicano.
En 1874, reafirma su pensamiento civilista creando la Sociedad Literaria Amantes de la Luz, institución que a lo largo de la historia representa uno de los centros culturales de más prestigio en el ámbito nacional.
Fue director de la Escuela Superior de Montecristi; el colegio San Felipe, en la ciudad de Puerto Plata y del Colegio Central, de Santo domingo.
En 1902 ocupó la dirección de la Escuela Normal de Santiago de los Caballeros.
En el área literaria alcanzó sus mejores logros en las fábulas “Las Dos Palmas”; “El color azul” y “Reminiscencias”.
Su labor crítica la plasmó en dos notables ensayos sobre el “Enriquillo”, de Manuel de Jesús Galván, y “Fantasías indígenas”, de José Joaquín Pérez.
Murió en Cuba, el 2 de agosto de 1915, donde aún reposan sus restos.
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