Iglesia Católica en el mundo insta a su personal medidas preventivas ante coronavirus.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D. – El coronavirus está creando
la indignación, el aislamiento, separación humana a nivel
mundial, toda vez que a cada segunda, mueren
y se contagian miles de personas.
Aunque los primeros casos fueron detectados
en una ciudad de China, el virus se ha extendido al mundo, y en países remotos
que el ser humano creía no llegaría por su posición tropical, se registran
casos cada vez mayores.
La Iglesia Católica, fundada en el siglo 1,
después del nacimiento de Cristo, cuyos miembros se identifican ser un “instrumento de la unión íntima con Dios y
de la unidad de todo el género humano” ha comenzado a adoptar medidas ante la expansión del
coronavirus.
A través de circulares enviadas a todas las parroquias
del mundo mediante la cual se insta a los que dirigen los templos
religiosos que deben acatar las
medidas de prevención contra el brote
de coronavirus.
Porque el mal se ha convertido en “pandemia”
la misma concita la atención
pública, por la enorme cantidad
de casos y muertes, el mundo se ha concentrado de manera absoluta hacia este brote, exigiendo medidas precautorias para evitar que se propague más.
Es por ello, que incluso,
la Iglesia católica ha anunciado instrucciones específicas para que se
apliquen en todos los templos
mundiales donde halla aglomeración humana para evitar el menor número de
personas a contagiarse.
En las circulares, se recomienda las medidas de higiene que ayuden a evitar la propagación
del virus Covid-19”, según lo estipula
la misiva del arzobispado de la ciudad de Santo Domingo enviada a
todas las diócesis y parroquias del país.
En la misiva se instruye para que las
misas deberán durar menos como medidas
preventivas, aunque hace la salvedad a no generar ni entrar en pánico, no difundir
noticias que no sean oficiales.
El líder religioso indicó a los sacerdotes y
a los fieles en todas las iglesias, que “se abstengan de celebrar públicamente
la Santa Misa si presentan el más leve indicio de la enfermedad”.
Se insiste en reducir el tiempo de
misa, evitar los contactos durante la comunión, la confesión,
no saludarse de mano ni de beso durante el llamado “Rito de la Paz”.
Se ruega abreviar al máximo el tiempo de la celebración, incluyendo la homilía,
a fin de que las personas no permanezcan mucho tiempo juntas en un lugar
cerrado.
Que la colecta de la limosna se debe realizar posterior a la comunión
“para evitar que la gente maneje dinero y se contamine las manos antes de
recibirla”.
Pedir
que quien distribuya la comunión “se purifique los dedos con agua,
jabón y un gel antibacterial; también que momento de dar la Sagrada Comunión es preferible omitir la
fórmula: “el Cuerpo de Cristo”,
a fin de evitar cualquier emisión involuntaria de saliva o, en su defecto,
usar en ese momento un cubrebocas.
Mientras que los fieles católicos deben
recibir la comunión en la mano, vigilando estrictamente que se lleve a cabo con el cuidado debido.
Además, que durante la celebración se realiza el sacramento de la confesión, el
sacerdote y los fieles deben usar el “cubrebocas”.
Otras de las recomendaciones es que al finalizar la Santa Misa, instruir a los
fieles sobre las medidas que recomiendan las autoridades sanitarias para que
tomen conciencia de la responsabilidad que tienen para cuidar su propia salud y
la de los demás.
No obstante, los fieles católicos no pueden tomarse de las manos al momento de
rezar el Padre Nuestro y deben omitir el gesto de saludar con las manos, abrazos ni besos del Rito de la Paz.
Recibir
con toda reverencia la comunión en la mano.
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