sábado, agosto 08, 2020

Iglesia condena acto en Cotuí policía vistió agente de sacerdote para ejecutar secuestrador

Rogelio Cruz, Nino Ramos y la víctima José Antonio Reyes Uyola (El Gordo)

Santiago, R.D. Dos sacerdotes católicos reaccionaron indignados este sábado y condenaron la actitud de la Policía de que para disuadir y ejecutar a un alegado secuestrador haya tenido que disfrazar a uno de sus agentes de cura en Cotuí, Provincia Juan Sánchez Ramírez ubicado en el Cibao Oriental.

Secundino Ramos-Nino-,m quien además de sacerdotes graduado en Comunicación Social y Rogelio Cruz reaccionaron airados, descargaron acerbas críticas y encono contra la acción cometida el pasado viernes por la Policía.

Condenaron que le pusieron ropas de un cura a uno de sus oficiales para mediar y ejecutar de un disparo en la frente a un secuestrador.

Los religiosos al ser abordados sobre el asesinato del joven mediante un falso sacerdote coincidieron en que este acontecimiento, inaudito, debe ser investigado hasta las últimas consecuencias, por entender que se trata de una acción que debe de terminar en los tribunales dominicanos por la usurpación del vestuario clerical que ha hecho la uniformada.

El padre Rogelio Cruz dijo que esa acción de la Policía, de usurpar una función que no le compete, debe de ser penalizada, luego de realizarse una profunda investigación sobre el hecho “condenable”.

Añadió que la investigación debe de iniciar por determinar cómo la Policía obtuvo la indumentaria eclesiástica que utilizó uno de sus oficiales para hacerse pasar por cura y luego llevar a cabo una ejecución a sangre fría.

 “Es como que yo aparezca ahora vestido con un uniforme de Policía” dice Rogelio Cruz.

Eso tendría que ser investigado y buscar no solamente una reacción, sino poner las cosas en su justo lugar”, subrayó

“No solamente lo condenamos sino que pedimos que se investigue porque merece también que se penalice”, precisó.

Definió el acontecimiento como muy lamentable y penoso, y más tratándose de una institución como la Policía, la que está llamada a poner el orden público y que ahora se venga a prestar para “esta vagabundería”.

El sacerdote Nino Ramos, de servicio sacerdotal en Santiago, manifestó que se trata de un abuso policial y una falta de respeto lo sucedido en Cotui, donde dijo “se usó la ropa de un cura para hacer algo malo”.

“Yo lo veo como un ultraje al símbolo sacerdotal. Si estuviera en mis manos esa persona debería de estar encarcelada, presa, porque se ha usurpado la insignia de los sacerdotes”, manifestó.

Ramos, conocido por encabezar  al igual que Rogelio Cruz, diferentes protestas en el país en reclamo de reivindicaciones sociales, afirmó que en Cotuí se ha perpetrado un hecho “maligno y malvado…un crimen”.

“Entonces para mi merece que sea juzgado por eso, y debiéramos como Iglesia hacer algo, que se encause por la vía de la justicia porque se ha usurpado la insignia propia del sacerdocio, que no se debe”, puntualizó.

Exhortó a los sacerdotes de Cotui unirse y querellarse formalmente contra el policía que usó la sotana para cometer un crimen, tal como quedó grabado en vídeo.

El sacerdote de origen ruandés Thoyene Nyirimanzi, o Theo Jean, se mostró sorprendido por lo ocurrido en Cotuí, afirmó no conocer en detalles, hasta ese momento, lo acontecido.

Theo Jean, quien ofrece sus servicios religiosos en el municipio de Fantino, rehusó sin embargo opinar más allá porque no conocía todos los pormenores.

“Ahora mismo es que me entero que sucedió un caso así, no sabía de eso”, manifestó el cura aunque se le escuchó hablar en un tono de gran asombro y sorpresa por la noticia del uso del vestuario sacerdotal por parte de un oficial policial para ejecutar un asesinato.

El muerto respondía al nombre de José Antonio Reyes Uyola (El Gordo), quien penetró a una vivienda al azar tras ser perseguido por la Policía, y ya dentro usó de rehenes a un niño de poco más de un año y a su madre.

A partir de ahí inició una negociación en la que el secuestrador, acusado de cometer un asesinato que él negaba de forma insistente, pidió la presencia de un sacerdote y de una periodista, tras lo cual ingresa una reportera local y el “cura” que luego resulta ser un oficial de policía encubierto, quien le realiza el disparo mortal a la cabeza, para terminar el momento de tensión de una manera trágica e impactante.

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