¡No a la Bandera y menos a la provocación haitiana!.
Por Marcelo Peralta
Los dominicanos debemos ir pensando desde ya qué hacer con las tantas
provocaciones y la entrada de haitianos indocumentados.
Hemos sido demasiado tolerantes con esa “maldita raza”.
Nos solidarizamos cada vez que la desgracia ha tocado a ese maldecido territorio.
Les cedemos los hospitales para que las mujeres plagadas de enfermedades
reciban atenciones sin pagar a cambio un “chele” por asistencia no
medicamentos.
Permitimos que estudien en escuelas, liceos, colegios y universidades y a
la hora de entonar las notas de nuestro Himno Nacional en vez de hacer
reverencia, se ríen.
Trabajan y andan en las calles sin ser molestados, enfermando y burlándose de los dominicanos y nada les pasa.
Permitimos que trabajen en las construcciones, campos agrícolas, fincas
ganaderas, en camiones, venden alimentos y nadie los molestas.
Tienen techo, hasta el agua que consumen en Haití salen de nuestras montañas y aún
así, porque tienen mentes de “invasores” destruyen los árboles y secan los
ríos.
Su ingratitud deja mucho que desear.
Tienen una maldita mentalidad, lo único que hacen es daños sobre daños.
Violan, cortan brazos a nuestras niñas; asesinan ganaderos, hacendados,
roban, atracan, asaltan, venden drogas, trafican con armas y venden ron envenenado
y todavía permitimos a esas “plagas” que sigan viviendo en este país.
Ahora bien, es inconcebible, que el gobierno, el PLD, el Ejército de la República
Dominicana y el propio Danilo Medina guarden silencio ante tan abominable OFENSA contra la BANDERA NACIONAL DOMINICANA.
La Bandera Nacional
indica nacionalidad.
Es el símbolo más importante de una Nación.
Sirve para representar
a los ciudadanos dentro y fuera del país,.
Es la representación de los
ciudadanos.
Los dominicanos a quienes nos duele el sacrificio de Juan Pablo Duarte y los
demás prohombres y mujeres que ofrendaron sus vidas en aras de la nacionalidad
debemos reaccionar ante este crimen de lesa humanidad.
Si el gobierno, que gracias a Dios le quedan pocos días en el poder no
tiene autoridad, el pueblo deber exigir respeto a los símbolos patrios.
Es una provocación de las tantas
que hacen los haitianos y el desgobierno actual lo ha permitido.
La Bandera, la Soberanía Nacional, el Escuela, el
Himno y la República Dominicana están por encima de esta infausto desgobierno; del
nefasto Partido de la Liberación Dominicana, de sus funcionarios corruptos,
ladrones; entreguistas y vendedores de la Patria.
Es tiempo, que el pueblo dominicano reaccione y proceda a darle una lesión
a los haitianos.
El país jamás debe permitir que una gente sin patria y sin identidad atropelle nuestra Bandera Nacional.
Ese lienzo es sagrado y para los dominicanos tiene más valor que esos salvajes haitianos.
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