21 años llenos de dolor, sangre, luto y tristeza mundial
Echar una mirada en retrospectiva a las escenas de los ataques del 11 de septiembre, 21 años después de esos atentados con miles de muertos es revivir la sangre, odio al terrorismo y al luto.
En un
día de trabajo normal, las Torres Gemelas albergaban hasta 50 mil personas; 200
mil lo visitaban por negocios y tenía su propio código postal.
Ese ataque
a las Torres Gemelas de Nueva York cumple hoy 21 años, actos de violencia fuertes
de las últimas décadas.
Allí
estaba el World Trade Center, que eran los edificios más altos del mundo.
Tras
la llegada el 23 de diciembre de 1970 fue cuando se abrió la torre norte WTC 1,
mientras la apertura del WTC 2 fue el 19 de julio de 1971.
Detalles
indica las personas que perdieron la vida fue de 2,996; en ambas torres,
fallecieron 2,763; en uno de los aviones que cayó en el Pentagono llevaba 189
perosnas y el segundo avión que cayó en Shanskville, Pensilvania, transportaba 44
más.
El
atentado presentó la mayor pérdida de personal de rescate en un evento en la
historia del Estados Unidos y solo en Nueva York, 343 de las víctimas fueron
bomberos.
Durante
los meses de limpieza y reconstrucción unas 400 mil personas fueron expuestas a
toxinas, lesiones y daños emocionales que provocaron enfermedades crónicas; muertes
de miles de ellas, según datos de los Centros de Control y Prevención de
Enfermedades de Estados Unidos.
Se
estima que la Ciudad de Nueva York tuvo pérdidas económicas por
150 mil millones de dólares.
Estiman
los costos la limpieza en 600 millones de dólares y el monto pagado en seguros
a nivel mundial por el impacto del 11-S sumaron más de 40 mil 200 millones de
dólares.
Cuatro
fueron los aviones secuestrados por 19 terroristas del grupo islámico Al Qaeda
que llevaban pasajeros a Nueva York, Virginia, Washington y Pennsylvania.
Consta una grabación que dio a conocer la BBC, a las 08:20 horas locales, la auxiliar a bordo del vuelo AA11, Beety Ong, alertó sobre el secuestro de uno de los aviones.
Sin embargo, la persona que atendió la llamada, perdió más de un minuto valioso al preguntarle varias veces… el número del asiento donde se encontraba.
El avión fue el primero en ser secuestrado a las 08:14. Según
analistas, este tiempo perdido podría haber salvado la vida de miles de
personas, al intervenir el avión de manera directa y evitar el impacto a una de
las torres.
Datos
de la Comisión Nacional sobre los Ataques Terroristas, el vuelo 11 de
American Airlines fue secuestrado por Mohamed Atta, quien asumió de
piloto, saudíes Abdulaziz al-Omari, Wail al Shehri, Waleed al Shehri y
Satam al Suqami.
El vuelo
175 de United por Fayez Banihammad y Marwan al Shehhi, quien fue el
piloto, ambos provenientes de los Emiratos Árabes Unidos; saudíes Ahmed al
Ghamdi, Hamza al Ghamdi y Mohand al Shehri.
En
el vuelo 77 de American Airlines, intervinieron los saudíes Hani
Hanjour (piloto), Nawaf al Hazmi, Salem al Hazmi, Khalid al Mihdhar y Majed
Moqed.
El
vuelo 93 de United Airlines fue tomado por el libanés Ziad Jarrah
(piloto) y los saudíes Saeed al Ghamdi, Ahmad al Haznawi y Ahmed al
Nami.
Tras
años de presión a los gobiernos demócratas y republicanos, recientemente se le
envió una carta al presidente Joe Biden en la que le pedían no asistir a las
conmemoraciones de este año si antes no daba luz verde para desclasificar toda
la información sobre los ataques.
El 3
de septiembre cuando el presidente Biden firmó una orden ejecutiva que autoriza
el procedimiento.
Según
un cable de France Press, parece que en el 90% de la evidencia, se vuelve a
mencionar a Arabia Saudita.
Dos
de los secuestradores suicidas, Nawaf al-Hazmi y Khalid al-Mihdhar, habrían
recibido de un ciudadano saudita, Omar al-Bayoumi, instrucciones para el
ataque.
Diversas
investigaciones, incluidos reportes de la Comisión del 11 de septiembre que
encargó el expresidente George Bush, muestran que entre los contactos de
Al-Bayoumi se encontraba Fahad al-Thumairy, en ese momento un diplomático acreditado
en el consulado saudita en Los Ángeles que en ese momento encabezaba una
facción extremista.
La
respuesta de Estados Unidos tras el ataque, derivó en un nuevo tipo de
guerra, una en la que el enemigo ya no es un Estado-nación.
"Nuestra
guerra contra el terror comienza con Al Qaeda, pero no finaliza allí. No
terminará hasta que cada grupo terrorista de alcance global haya sido
encontrado, detenido y derrotado", dijo el 20 de septiembre de 2001 el
presidente George W. Bush en un discurso ante el Congreso estadounidense.
Días
después, un armado de fuerzas, que contó con el apoyo del Reino Unido, inició
el bombardeo de objetivos de Al Qaeda y del régimen Talibán, que en ese momento
se refugiaba en Afganistán.
De
inicio, el atentado sirvió para la creación del Departamento de Seguridad
Nacional.
La
super dependencia fusionó 22 agencias gubernamentales, como el
Servicio de Aduanas, el Servicio de Inmigración y Naturalización, la Guardia
Costera de Estados Unidos y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.
A
través de la Iniciativa de Seguridad de Contenedores, más del 80% de la carga
marítima en contenedores importada se preselecciona antes de ingresar a Estados
Unidos.
En
2002 se introduce el Sistema de Asesoría de Seguridad Nacional. En 2011 — El
Sistema Nacional de Asesoramiento sobre Terrorismo (NTAS) reemplaza el Sistema
de Asesoramiento de Seguridad Nacional (HSAS).
Los
rascacielos de Estados Unidos cambiaron el edficio más alto de los Estados
Unidos tiene ahora barreras de cemento, detectores de metales y una sofisticada
red de cámaras que permite observar lo que sucede dentro y fuera de la torre.
La
adaptación de los ascensores permiten ser usados en evacuaciones, pero en
términos generales Estados Unidos está por detrás de otros países desarrollados
en este terreno.
La
Comisión de Códigos Internacionales recomendó 40 cambios en los códigos de
construcción tras los ataques del 9/11, incluida la construcción de escaleras
más anchas.
La
crisis económica mundial posterior a los ataques del 11 de septiembre mostró la
interrelación de la economía con la infraestructura y todos los sectores de la
economía.
Según
el experto en economía, Jordi Cuers, el ataque sirvió como un “catalizador”.
“La situación económica mundial estaba convulsionada pero el terrorismo desató
olas de miedo, especialmente en las bolsas. Eso generó grietas que
finalmente derivaron en la hecatombe económica del 2008”.
El
académico agregó a partir del ese ataque, la nueva sensación de la humanidad
fue vivir un estadio de “invulnerabilidad al ser atacados en su propio suelo,
queda la sensación de que se es frágil y que en cualquier oportunidad algo
similar puede volverse a presentar”.
El asesor
de Inteligencia del expresidente George Bush, Michael Morell, la postura del
expresidente fue: “A la mierda la diplomacia. Vamos a la guerra”.
Las
acciones de Bush tras los atentados derivaron en la guerra en Afganistán y
luego en Irak, como parte de la llamada “guerra contra el terrorismo”.
El
conflicto con Afganistán terminó siendo el más largo en el que Estados Unidos
haya participado y al cual puso fin el pasado 31 de agosto con la retirada
definitiva de sus tropas.
Tras
20 años de insurgencia, el Talibán recuperó el control total del país,
desatando una nueva crisis humanitaria.
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