La política migratoria es autoría de cada país.
Por Marcelo Peralta
Causa impacto social y cultural la presencia masiva de haitianos amenaza la paz y seguridad de República Dominicana.
La injerencia
del comisionado de la Organizaci1ɯn de Estados Americanos-ONU- Volker Türk, de
nacionalidad austriaca lesiona la Soberanía Dominicana y el presidente Luis
Abinader tiene la responsabilidad de proteger la patria de Juan Pablo Duarte.
Ante el
éxodo de haitianos en este territorio crea preocupación entre dominicanos ha
llevado surgimiento de cambio y aparecen desafíos para la actual y venidera
generación.
La
injerencia en los asuntos internos de un Estado tradicional se entiende como
perjudicial.
A través
de esa injerencia se puede desestabilizar el orden de los países y avivar las
luchas étnicas.
En ese
sentido, la regla de no injerencia anima a los Estados a resolver sus
propios problemas internos.
Se impone
evitar se extiendan y conviertan en una amenaza para la paz y la seguridad
internacional.
Forzar a
un país a hacer algo que viole su Constitución implica el uso de la fuerza.
Constituye
una amenaza a la paz y seguridad del país al que se ataca a acatar forzosamente
a endurecer algunas medidas.
Hoy, la
ONU, en particular, interfiere y presiona a República Dominicana a no deportar haitianos,
cuando la realidad que ignora el comisionado de esa entidad creada por Estados
Unidos tras las matanzas de millares de chinos con la bomba atómica de Hiroshima
y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial.
¿Por qué
el comisionado de la ONU no investiga los millones de pesos República
Dominicana se despoja para atener a parturientas de origen haitiana?.
¿Tendrá
el comisionado de la ONU las estadísticas cuantos dominicanos son asesinados
por haitianos y esos criminales no están presos?
¿Sabe ese
intruso la actitud de los haitianos?
¿Sabrá
ese iluso de la ONU la forma de convivencia de esas huestes africanas?
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