In-for-man-do
Por Néstor Estévez
El gerundio que pone título a
este artículo fue una especie de sello distintivo de un famoso noticiario de
radio de República Dominicana. Así, silabeado, fue emblemático para Radio Mil
Informando.
El verbo “informar” viene del
latín “informare”, que quiere decir “dar forma a lo de adentro”. Es así como al
informar asumimos la tarea de dar forma a lo que alguien ha de tener en su
cerebro con respecto a algo. Y al revés, cuando nos informamos estamos dando el
poder a alguien para que dé forma a lo que tendremos como idea sobre
determinado tema.
Ese proceso abre un amplio
campo de posibilidades. Todo ello depende de varios aspectos. Escojamos como
ejemplo un caso en el que nos hemos propuesto o nos han pedido que informemos
sobre algo.
En un primer tramo encontramos
lo que debo o quiero informar. ¿Lo tengo claro? Independientemente de la vía
que haya escogido para ello, ¿lo sé informar? Asumiendo que las respuestas son
positivas para esas dos preguntas, ¿logro expresarlo de manera tal que otros
también lo tengan claro?
Superadas esas etapas,
¿consigo que me escuchen o simplemente comienzan oyéndome, quizás por mera
cortesía, hasta perder por completo el interés? Sigamos asumiendo todo este
proceso de manera positiva. Eso que he dicho y han escuchado, ¿se entiende tal
y cual he querido que sea comprendido o no he logrado hacerme entender?
Incluyamos tres escalones
más. Asumiendo que he logrado darme a entender, ¿se acepta lo que he planteado?
Logrado eso, ¿se interioriza y retiene el contenido compartido y entendido? Y finalmente,
para evitar aquello de “mucha espuma y poco chocolate”, ¿se pone en práctica?
Hasta ahí hemos abordado un
sentido de los procesos de información. El otro está referido a la ruta en la
que la información viene o es enviada hacia mí.
Cada peldaño de lo que los
estudiosos suelen llamar “degradación del mensaje” es aplicable en ambos
sentidos. Pero más que abordar esos dos sentidos del tema relacionado con la
información, resulta esclarecedor integrar otros elementos de gran valor en
este ámbito.
Recordemos que quien informa
tiene en sus manos la oportunidad de incidir hacia determinado propósito. Ahora
escuchamos hablar mucho de “el influencer” fulano de tal o “la influencer”
sutaneja. Lo real es que desde el más alto respeto por la veracidad hasta las
casi infinitas maneras de “desinformar” o engañar caben en alegados procesos de
información.
Para quien opta por ir un
poco más allá y lograr escaparse de ciertas malas influencias, el filtro
socrático serviría de gran ayuda. Del maestro griego nos llegan los criterios
de bondad, verdad y utilidad, como vía para decidir si concedemos tiempo y
atención a determinados mensajes con ínfulas de información. Si realmente
logramos aplicarlo conseguiremos “separar el grano de la paja” hasta quedar con
información buena, verdadera y útil, y desechar todo lo que pudiera ser mala
influencia.
Otro aspecto de gran
importancia en este tema está relacionado con la etapa que nos ha correspondido
vivir. Hasta hace poco se consideraba muy válido el postulado de que “mientras
más información tenemos, mejor cualificados estaremos para tomar atinadas
decisiones”.
Hace poco que eso dejó de ser
verdad. Ahora vivimos con la imposibilidad de gestionar la sobreinformación. Ni
siquiera nos alcanza para bien clasificar todo lo que nos llega con forma de
mensaje. Vivimos la era de la “infoxicación”.
Ante tanta complejidad vale
preguntarse: y entonces, ¿hay alguna salida a la situación? A esa inquietud es
recomendable agregar el hecho de que, aunque muchos refieren la información
como unidireccional, lo real es que los seres humanos emitimos y recibimos
informaciones. Y eso abre oportunidad para que influyamos y para que seamos
influenciados.
Partiendo las informaciones
de simples ideas con vocación para incidir en la realidad, lo más juicioso y
sano sería preguntarse: con los procesos en que informo, ¿cuáles futuras
realidades propicio? Y con los procesos en que soy informado ¿qué ocurre con
mis emociones, pensamientos y acciones? ¿Cómo incide una y otra vía en la
construcción de nuevas realidades?
Ojalá multipliquemos las
inquietudes y precisemos las acciones de información que darán forma a lo que
los demás y yo (que soy uno de ellos, de allá para acá) asumamos como recurso
para alimentar relaciones y construir mejores realidades.
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