La estatua de Juan Antonio Alix en el parque Juan Pablo Duarte.
Alix,
convertido en el poeta popular por excelencia y sus décimas constituyen un
reflejo, pedidas por el pueblo, con excelente circulación que se oían en
velorios, fiestas campesinas y otras actividades.
Las más
famosas “Eso e paja pa’ la gaiza”; “El follón de Yamasá”; “El negro tras de la
oreja”; “Entre Lucas y Juan Mejía”; “Cánticos”; “Los mangos bajitos”.
Igual, se
usaba en carnavales de Santiago, Alix participaba con un personaje propio, se
disfrazaba con un sombrero de paja, se pintaba su abundante barba de diversos
colores llamativos, recorriendo las calles de la ciudad Corazón.
Declamaba,
coreaba décimas en grupos de manera humorística, era célebre como el “Cantor
del Yaque”, quien fue soldado en las luchas de la independencia, la toma de la
Batalla de Beller; la Restauración se sublevó en Guayubín en febrero de 1863 y
falleció en Santiago de los Caballeros, el 15 de febrero de 1918.
La
estatua, donada por la Fundación Luces&Sombras, honra los 185 años de nacimiento
y representa, a juicio de historiadores, el más importante homenaje a Alix.
La
estatua develizada y donde habló Robert Espinal, director del Archivo Histórico
de Santiago; Juan Gilberto Núñez, director de la Fundación Luces&Sombras y
una representante del alcalde Abel Martínez.
El
ceremonial fue amenizado por la orquesta municipal de Santiago, interpretando
merengues, entre los cuales hubo varios de ellos con letras del decimero,
nacido en Moca y criado en Santiago.
La
estatua queda mirando al callejón de la plaza, que fue pintado con murales
alusivos a Alix.
El acto
emotivo y cargado de justicia a la obra literaria de un poeta que tomó
inspiración en el vivir simple y cotidiano de dominicanos.
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