Quique Pérez conserva gorra usara en la guerra 1965
Esta indumentaria tiene 49 años de la guerra
Este jueves 49 años después Quique Perez conserva gorra de la guerra 1965
Santiago Rodríguez, R.D. Cuarenta 49 años después y movido por un ideal patriótico
y por la fuerza de una historia ya lejana, Don Francisco Antonio Pérez Rodríguez,
un joven campechano, agricultor, deja el hacha, el machete, el hato y pastoreo
del ganado y se va a la capital a mas de 300 kilómetros de distancia para defensor la Patria y la Soberanía Nacional.
De esa osadía, donde Quique Pérez, conserva intacta la gorra que uso, junto
a las tropas que formo en el 1965 junto al coronel de Abril, Francisco Alberto Caamaño
Deño, que buscaban la restitución al poder del Presidente Juan Bosch derrocado
mediante un golpe de Estadlo y el respeto a la Constitución de la Republica , mancillada
por mas de 42 mil marines norteamericanos que invadieron las tierras de
Quisqueya.
Se celebraron elecciones libres por primera vez
después de 61 años de dictadura trujillista y se eligió al Profesor Juan Bosch
Gaviño Presidente Constitucional de la República Dominicana
en 1962 por el Partido Revolucionario Dominicano.
Fue un presidente que respetó
las libertades públicas y tomó medidas sociales, políticas y económicas muy
favorables para toda la nación entre estas: Promulgó una nueva Constitución,
prohibió la reelección presidencial, se pagó la deuda externa, se aumentaron
los salarios a todos los trabajadores, se dio inicio a los primeros
asentamientos agrarios y en tan solo 7 meses de gobierno se le dio parcelas a
los campesinos de 70 tareas con su casa, agua, luz y calles.
Se permitió el
regreso de todos los exiliados políticos que eran antitrujillsitas y muchas
medidas de cortes populares.
Pero hay una frase que dice: “que lo bueno no
dura”, Juan Bosch se descuidó de algo a las raíces trujillista, Trujillo había
muerto; pero tenía seguidores fuertes y peligrosos que conspiraban desde que
este llegó al poder y otro ingrediente que fue el pago de la deuda externa le
trajo al país mucha soberanía e independencia y este acontecimiento provocó
recelo a los Estados Unidos y se aliaron a los trujillistas del país y
provocaron el derrocamiento del gobierno del Juan Bosch que apenas duró 7
meses.
Este acontecimiento dividió a la sociedad
dominicana, se eligió un gobierno de facto y se incrementaron las protestas
populares y el sector que exigía la vuelta a la constitucionalidad, y que Juan
Bosch ocupara de nuevo la presidencia, cosa esta que resultó imposible por el
apoyo incondicional que daban los EE.UU. al sector trujillista que había tomado
el control político y militar del país.
Estos últimos hechos provocaron un levantamiento
militar entre golpistas y constitucionalistas.
El enfrentamiento tuvo lugar en
el puente Juan Pablo Duarte, en horas de la tarde y el 25 de abril se extendió
en toda la ciudad Capital, y a los tres días de guerra civil, los combatientes
constitucionalistas ya habían derrotado a las fuerzas militares reaccionarias.
Ha de recordarse que la Guerra Civil Dominicana del ano 1965 constituye
uno de los hechos más relevantes en la historia reciente de la República Dominicana.
La revolución del abril de 1965 constituye uno de los hechos mas relevantes,
sino es el primero en la historia de la República Dominicana en los últimos años, donde el pueblo
enardecido defendió su tierra ante la invasión de Estados Unidos como lo
consagra la historia reciente.
Esta epopeya se conserva no solo su realidad tangible, en calles, plazas
y zonas de a historia dominicana, sino también, que nos dicen sin necesidad de
palabras la valentía y corajes de aquellos hombres y mujeres defensoras y lo
que cuesta luchar por preservar la Soberanía Nacional.
Básicamente, el objetivo no era buscar protagonismo personal, sino la
vuelta al poder del profesor Juan Bosch el único presidente elegido
democráticamente y derrocado mediante un golpe de Estado el día 25 de noviembre
del 1963, luego de siete meses en el poder.
La intervención
de Estados Unidos que trajo 42 mil abusadores, matando, apresando, pisoteando
las tierras de Juan Pablo Duarte tuvo su fin el di 21 de septiembre de 1966,
fecha en que se completó la retirada de tropas de la llamada Fuerza
Interamericana de Paz, y con el acenso del doctor Joaquín Balaguer a la Presidencia de la República Dominicana
el 1 de junio de 1966.
Ese régimen que duro 12 anos, acabo con la juventud pensante
cuando surgió la temible banda colora, con apresamientos, fusilamientos,
desapariciones, apresamientos, deportaciones, exilios, clandestinidad,
persecuciones y el fusilamiento en el ano 1973 en la Loma de Nizaito, en San José
de Ocoa, cuando desde Cuba vino con varios guerrilleros y se interno en las
montanas tras su arribo por Playas Caracoles.
Durante esos oprobiosos 12 años de Joaquín Balaguer, fueron asesinados muchos jóvenes y otros
fueron persuadidos y con la ayuda de Estados Unidos metidos a la venta de
drogas para hacerlos ricos y corromperlos y convertir a algunos de ellos en guiñapos.
En esta vorágine, fueron asesinados los hermanos periodistas
Orlando y Adriano Martinez, Gregorio García Castro, la estudiante Sagrario Ercilia Díaz
Santiago, German Aristy, Héctor J. Díaz y una incontable friolera de grandes
luminarias, por su adversidad a la forma de gobernar de este régimen en sus
temibles y mal recordado 12 anos.
Durante los 12 años de gobierno del Doctor
Joaquín Balaguer se pusieron en practica los mas variados métodos de
exterminios que historia alguna pueda registrar.
A modo de ejemplo: ametrallamientos a escuela,
liceo y universidades, asesinatos de profesores y estudiantes, asesinatos de
obreros, campesinos y profesionales, deportaciones masivas y selectivas de
opositores, apresamientos masivos y selectivos de patriotas de ambos sexos.
En este régimen hubo ametrallamientos de sepelios
de dirigentes de izquierdas asesinados, y uno de estos y otros métodos que
reviste mayor crueldad que cualquier otro y es el de la desaparición física de
un ciudadano.
Ni el derecho a una tumba.
Ese fue el método que
le aplicaron los esbirros sedientos de sangres al servicio del balaguerismo al
ejemplar dirigente revolucionario Henry Segara Santo.
Henry Segarra se encontraba en la ciudad de Dajabón
desarrollando trabajo en el frente campesino organizando los comités de
recuperación de Tierra, aplicando la Línea Política de Los Mejores al Campo elaborada
por el Movimiento Popular Dominicano, partido del cual era miembro de su Comité
Central.
En poco tiempo se gano la confianza de los sectores
más humildes de Dajabón, organizando sus luchas reivindicativas y estableciendo
importantes base de apoyo al partido a todo lo ancho y largo de esa provincia.
“El Pequeño” como le conocíamos se constituyo en un objetivo para los esbirros
del balaguerismo.
El 25 de julio del año 1969, en horas de la tarde
en la esquina comprendida entre las calles Beller
y Sánchez, una patrulla compuesta por militares vestido de verde olivo fue
detenido el dirigente revolucionario.
Muchas personas que observaron la detención
dieron testimonio de la misma.
Esta acción fue dirigida por el propio comandante
militar de la provincia el Coronel José Demetrio Almonte Mayer, uno de los militares más sanguinarios
al servicio del doctor Joaquin Balaguer.
El gobierno mediante sus voceros, como siempre, negó la detención de Henry
Segara Santo.
Tanto el Movimiento Popular Dominicano como
diferentes personalidades e instituciones del país demandaron la inmediata
aparición del dirigente izquierdista.
A modo de burla en una declaración de prensa el
propio Balaguer reclamo lo mismo
Cuanta saña, cuanta burla, y hay sin cerebros
que lo han declarado padre de la democracia, en vez de rey de los cementerios.
Prueba de su detención fueron las frases escrita
por el propio Henry Segarra en las paredes de una solitaria de la Fortaleza Beller
que decía: “Gladys, esto es para hombre, donde hay lucha hay sacrificio y la
muerte es cosa corriente”.
No valió que Gladys Gutiérrez visitara casi todas las cárceles del
país.
No valió nada.
Hoy a casi medio
siglo de la desaparición de este inolvidable camarada.
Aun no se sabe donde descansan sus restos.
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