Aunque Mateo Cepeda aportara al deporte, a la musica, la salud, diversion, nunca ha sido reconocido
por Marcelo Peralta
San Ignacio de Sabaneta, R.D.- Mateo Cepeda era un hombre, visionario,
bohemio, solidario, humanitario, altruista, adinerado, bonachón, querido,
aclamado, atraído por parentescos familiares hizo de San Ignacio de Sabaneta su segundo hogar que
junto a su hermano Polin Cepeda, un maestro constructor, que en poco tiempo se adueña
de los corazones de humildes ciudadanos a quienes extiende ayudas humanitarias.
Son innumerables las obras sociales, caritativas,
humanitarias, comunitarias favoreciendo a multitudes sin esperar nada a cambio,
que a pesar de las ayudas y favores extendidos, ni siquiera una esquina de las
calles de la ciudad ha sido bautizada con su nombre en reconocimiento a esas
loables y altruistas labores.
Su hermano mayor Don Polin Cepeda, fue un maestro
constructor fue nquien conquista a Mateo Cepeda quien se dedicaba al oficio de espiritista,
un hombre acaudalado, versatil, dinámico, altruista, diestro, bailaba,
disfrutaba, bonachón, dinámico, pimentoso, de piel oscura, extraordinario ser
humano, dotado de cualidades excepcionales, hizo de Sabaneta su segundo hogar.
Viajaba desde Santiago todos los domingos a San Ignacio de
Sabaneta a hacer obras altruistas, sociales y comunitarias y su lugar
predilecto era el bar Tropical propiedad de Don Damian Núñez, que tiempo mas
tarde lo cambio por el Centro Bar.
Con el oficio de
espiritista amazo fortunas económicas que destinaba para la compra de
instrumentos a beneficio de la banda de Música,
equipos para el benemérito Cuerpo de Bomberos, donaba santos para las iglesias
de San José, San Roque, televisor, reparación de la glorieta y bancos para el
Parque Municipal Patria, cancha, verja
gran esta actividad acumulo grandes fortunas económicas, las que
destinaba a obras sociales, tanto en Santiago como en San Ignacio de Sabaneta.
Mateo Cepeda aporto para terminar la glorieta, dono bancos
para el Parque Patria, un televisor, la pared de la cancha, puertas de hierro y
bolas para deportistas del liceo Librado Eugenio Belliard, cuando funcionaba en
el local del Partido Dominicano entre las esquinas General Gregorio Luperon,
San Ignacio y Pedro Thomas.
Partes del dinero que ganaba en su oficio como espiritista
los redistribuía a beneficio de personas necesitadas pertenecientes a barrios y
comunidades rurales, acciones que eran aplaudidas por residentes, sin embargo,
a pesar de esas bondades de este humilde y altruista ciudadano, nunca su nombre
ha sido recordado con la designación de una calle.
En el 1963, Mateo Cepeda viaja al extranjero adquiriendo
valiosos y costosos instrumentos los cuales dona a la prestigiosa Banda de
Música de San Ignacio de Sabaneta, una de las favoritas escogidas por el
presidente Rafael Leonidas Trujillo para las inauguraciones de obras
construidas en su gestión.
Esta Banda de Música ha producido grandes luminarias que han
brillado en el estrellato poniendo de relieve el nombre y honra municipio de
San Ignacio de Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez.
Quienes tuvieron la oportunidad de conocer a Mateo Cepeda
resaltan sus bondades, desprendimiento,
solidaridad con los sabaneteros, quienes testifican que con frecuencia viajaba
a Estados Unidos, Puerto Rico y España a comprar decenas de santos que donaba a
templos católicos de Santiago Rodríguez.
Esa labor altruista de repartir santos y favorecer con
dinero en efectivo a personas necesitadas las realizaba junto al carismático y
dinámico ya fallecido Pepe Ramos.
Era una tradición de Mateo Cepeda viajar desde Santiago a
Sabaneta todos los domingos a hacer obras caritativas a beneficio de personas e
instituciones sin fines de lucro radicadas en la ciudad de San Ignacio de
Sabaneta quien se habría enamorado de la comarca contagiado con el verdor de su
entorno, hospitalidad, solidaridad, sencillez, buen humor, higiene de sus
calles, convivencia sana de sus moradores.
Por su posición económica, Cepeda era un hombre de
prestigio, de vestir impecable, lujosos vehículos de ultimo modelo, gustaba de
bailar, disfrutaba de la camaradería y su lugar predilecto de diversión era el Tropical
Bar propiedad de Don Damian Núñez.
Ya con una edad avanzada Mateo Cepeda, sufrió un derrame
cerebral que paraliza su accionar siendo llevado a Estados Unidos donde permaneció
paralítico por alrededor de 12 meses, aunque sigue luchando y logra reponerse.
Los médicos determinaron que para trasladarse de un pueblo a
otro era necesario un medio de transporte especial y adquirió un carro dotado
de los ultimaos adelantos y a través de esta forma se movilizaba.
En los 80 falleció, dejando su legado por la serie de obras
sociales, humanas y comunitarias que hoy día sirven de referente a sus
familiares, amigos, amigas, allegados, aunque nunca se les conocieron hijos e
hijas, pero sus recuerdos perduran en la memoria de cada uno de los sabaneteros
por los frutos imperecederos generados.
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