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Minusválida quiere ser actriz


Selva María Taveras en la silla de ruedas donde trabaja.
Escrito por: Lusbania Santos (lusbaniasantos@|gmail.com)
ESPERANZA. VALVERDE, R.D .-   Querer es poder es una expresión que con el paso de los años no pierde vigencia, en especial cuando se cuenta con los testimonios de quienes con su estilo inspiran vidas.
Tal es el caso de Selva María Taveras,  joven de 22 años  que desde una silla de ruedas en este municipio de  la provincia Valverde, sigue esperanzada de poder caminar y salir corriendo tras sus sueños.
Selva sueña con ser actriz, y mientras Dios hace el milagro y  envía una mano amiga que pueda ayudarnos, ella misma ha creado su negocio casero de venta de artesanías: collares, pulsas, aretes, con el que ayuda a su mamá a salir adelante.
Y como lo contó Maximina Mercado, la madre, “ambas trabajamos haciendo las artesanías, pero ella es quien tiene el talento. Gracias a Dios con esto nos mantenemos, aunque a veces no tenemos con qué comprar los materiales porque son muchos gastos en la casa”.
Cuando Selva María  tenía dos años sufrió una parálisis y  desde entonces no ha podido volver a caminar. “Los médicos dicen que puede tratarse de un problema psicológico, pero para determinarlo necesitamos de más estudios que descarten toda posibilidad de alguna enfermedad o impedimento físico que no sea mental y para eso se necesita dinero”, dijo la madre.
Asimismo, aclaró que no piden dinero para no tener que trabajar, “al contrario lo que nos gustaría es que alguien pudiera ayudarnos a poner un negocio de venta de ropas y calzados donde también podamos vender nuestras artesanías y de ahí poder extraer nuestro sustento del día a día con la ayuda de Dios”.
Selva es una joven que ha luchado por no quedarse estancada en una silla de ruedas, aunque no puede caminar, no se  resignada, sino que ha confiado en que “querer es poder” y que mientras el milagro ocurre, algo se puede hacer. “Hay que esperar con fe y la fe sin obras es muerta”, subraya.
Ella va a la escuela y a se encuentra cursando tercero de bachillerato, tiene su trabajo de medio tiempo que ella misma emprendió desde su casa donde ya tiene sus clientes fijos a quienes les hace pulsas, aretes y collares, “y con la ayuda de Dios y un poco de suerte nos ganamos hasta dos mil pesos en una semana, los días buenos”.
Selva bien podría estar en su casa postrada en una silla de ruedas sin hacer nada y con la pregunta “por qué a mí”, sin embargo, pese a su situación ha decidido darles la oportunidad a sus sueños, creer que todo es posible y ver la vida con una actitud correcta “porque todo obra para bien aunque no lo parezca”.
UN APUNTE
El cuidado
Para cuidar a su hija,  Maximina Mercado no ha podido seguir trabajando, sin embargo, juntas fabrican  prendas para vender y les gustaría poner su negocio de venta de ropas para ganarse el sustento de ambas  y otros dos hijos   que ha tenido que sacar adelante como madre soltera.

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