No debe ir a Haití.

Por Marcelo Peralta

Ojalá que República Dominicana no se meta en camisa de ONCE VARAS, en ese embrollo, porque entonces veras que ahí si es que el gas morado pela.  

Sin pasión ni resquemores ojalá que República Dominicana no se meta en ese lío, de la supuesta petición hecha a la Junta Central Electoral de ir a ese convulsionado territorio a organizar las elecciones faltando a pena tres meses del certamen.

Eso implica muchos riesgos para el personal humano y técnico que nos ha costado dinero y un descredito para el país más de los que nos han hecho los haitianos y esos organismos internacionales quienes aprovechan cualquier error para sacar ventajas
Si hay fallas durante el certamen eleccionario, toda la culpa recaerá contra la República Dominicana y si  salen con éxitos será para los haitianos.
Con las fallas, aparecerán los alcahuetes de la Organización de Estados Americanos-OEA-, los demás organismos internacionales y los propios haitianos a acusar a nuestro país de todos los errores cometidos.
Nos han tildado de violar los derechos de los haitianos en nuestro propio territorio, que somos xenófobos, haitianofobos, racista y nos endilgan epítetos diversos.
Nadie en el mundo ha sido más solidario con el pueblo dominicano con el territorio haitiano ante las desgracias y adversidades que han sufridos.
Creemos que ni el famoso personaje del Chapulín colorado tendría capacidad humana posible de preparar unas elecciones nacionales en Haití en menos de tres meses.
Resultaría imposible hacer unas votaciones limpias en Haití, cuando el mismo gobierno se niega a  darles documentos personales a sus propios ciudadanos a una población superior a los diez millones y donde casi la mitad se ha mudado a República Dominicana en la actualidad.
Si casi el 80% de los haitianos carecen de documentos: ¿De acudir a las urnas con qué votarían los haitianos?.
La República Dominicana se ha metido en un “berenjenal” trayendo a haitianos y dando documentos donde gastó, ha gastado, gasta y gastará cientos de millones de pesos de los impuestos que pagan los ciudadanos de la Patria de Juan Pablo Duarte.
El Plan Nacional de Regularización ha sido un rotundo fracaso y un abuso por parte del Estado Dominicano del gasto económico en que ha incurrido para la legalización de millares de haitianos.
Este plan de proveer a los haitianos un documento básico que sirviera de soporte para la regulación de la población a ilegales y enemigos auténticos de los dominicanos y el gobierno de Danilo Medina tendrá un alto costo para la Nación de Juan Pablo Duarte.
A los haitianos no parece convenirle que la situación prevaleciente se normalice.
La mayoría de los haitianos quieren “cogernos de pendejos” y se “burlen una vez más tanto en nuestro país como en su territorio”.
Pedir a la JCE que ayude a las elecciones faltando tres meses es un “gancho”, una “vaina” que la República Dominicana caerá en una nueva “trampa” similar en la ratonera el ratón buscando queso. 
A Haití que lo ayude la Organización de Estados Americanos, Estados Unidos, Canadá, Francia, Unión Económica, Amnistía Internacional, España quienes son los agitadores y nuestros enemigos gratuitos que quieren “echarnos otra vaina más”.
Esa “claque” de enemigos gratuitos, que siempre están al asecho, nos ponen trampas, zancadillas y buscando chivos espiratorios.
A los haitianos que hagan ellos y ellas sus elecciones pase lo que pase y que dejen tranquila a República Dominicana.


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