Los suicidios en Santiago Rodríguez.

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Por Marcelo Peralta

Ha de preocuparnos que en el municipio San Ignacio de Sabaneta, provincia General Santiago Rodríguez, ubicada en la agreste y olvidada Región Noroeste persiste una ola de suicidios entre jóvenes y adultos.

A pesar de la situación que ha llevado dolor, llanto, luto y tristeza a 5 hogares, no se vislumbra un accionar de las autoridades del Ministerio de Salud Pública que evalúe las causas de esos hechos.

Hay casos cometidos por jóvenes quienes se han “arrancado sus vidas” hasta por “quítame esa paja” como decimos en el argot popular.

Esos casos en que jovencitos acaban con sus vidas no es cosa de “paja de coco”, sino que las autoridades a quienes el pueblo paga con sus impuestos al fisco los lujosos sueldos y mansiones debe accionar y tratar de detener esos hechos que dejan mal parado el ejercicio de sus funciones.

En países donde prevalece la consciencia casos como los mencionados son analizados, evaluados y hasta llevado a foros para que especialistas de la conducta humana los analicen.

A cada uno de esos muchachos y muchacha que han incurrido a estas acciones, sus cuerpos inertes debían ser objeto de necropsias y determinar si consumían algunas sustancias para controlar sus emociones.

El suicidio es el acto de quitarse deliberadamente la propia vida y es cualquier acción que pudiera llevar a una persona a morir, como tomar una sobredosis de fármacos, estrellar un automóvil de forma deliberada, ahorcarse y hacerlo de otras maneras.

Hay que tener los “cojones” bien fuertes para matarse por una soberbia.

Es tiempo que tomemos el toro por los cuernos, porque de seguir así, muchos de nuestros jóvenes dejaran de existir porque no se aplican medidas que los protejan.

El caso más reciente fue el de un agricultor de Boca de Los Ríos que porque un médico le dijo que tenía tuberculosis se ahorcó sin antes ir a otro centro y determinar si podía curarse y durar más tiempos con su familia y la sociedad.


Si alguien con poder en el Estado me quiere leer que lo haga, de lo contrario, cuando Dios me llame a sus pies me iré tranquilo porque hice el intento.

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