Todos se quemaron. Hacer filas de nuevo.
Por Marcelo Peralta
Resulta risible, burlesco, abusivo,
irrespeto, antiético, engaño, inmoral que la Junta Central Electoral vuelva a
organizar elecciones municipales este domingo 15 de marzo.
Creía, que después en el año 1492 que
los europeos engañaron con espejitos y asesinaron millares de indígenas, jamás alguien volvería a tomarnos el “pelo”.
Ahora resulta que los “chabacanos” de la
Junta Central Electoral han reeditado esa macabra maniobra.
El pasado 16 de febrero del año 2020, se
calculó que 7 millones 500 mil dominicanos que acudieron a los centros de
votaciones alegremente escogerían las nuevas autoridades municipales a nivel
nacional.
Pero, resulta, que la barriga que tenía
la JCE “parió un engendro fatal”.
A pesar de ese “aborto”, el pleno de la
JCE “no se atreve a decir qué pócima fue la que le dieron”.
“Y la JCE tampoco se atreve a decir
dónde provino el brebaje que tantos efectos les hizo”.
Miles de votantes se trasladaron a
poblaciones lejanas a sufragar por los candidatos a alcaldes de su
predilección.
Tras haber votado unos; enorme cantidad
estaban en filas y otros que se alistaban en casas para acudir a los centros a ejercer
el sufragio y de repente el “juego quedó trancado”.
Desde ese 16 de febrero, los árbitros se
esfumaron, los ciberdelincuentes cobraron millonadas y ahora se llama a los votantes
que retornen a hacer las filas.
El pasado 16 de febrero no había tantas
razones para anular las elecciones en las zonas donde se votaba manual.
Esa fue una decisión “irresponsable”,
porque a un mes de abortado el proceso por ciberdelincuentes, el pleno de la
Junta Central Electoral no ha dicho “nada” respecto a lo que sucedió.
De nuevo, y como estudiantes que repiten
materias, la JCE volver a llamar a votar.
¿Con qué moral la JCE organiza nuevas
elecciones?.
La JCE cambió la tecnología por el
atraso.
No ha dicho las causas que la llevado a
anular las elecciones del 16 de febrero.
Ha gastado todos los millones de pesos
del dinero del pueblo y nadie le reclama.
Si en el país hay “ilusos” y “borregos” en
ese grupo que yo no quepo.
Con esto del famoso coronavirus, nadie,
ni con un fusil M-16 pegado al pecho, me obliga a hacer filas y legitimar esa “vagabundería
y mamotreto” que organiza la Junta Central
Electoral.
Por mí se quedan los que están y que
hagan filas para las próximas quienes quieren llegar.
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