La única opción estratégica en el mediano plazo para mitigar los efectos
del COVID-19 en la región es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo a
través de una mayor integración, dice en su informe de la CEPAL.
Advierte que la crisis desatada por la enfermedad del
coronavirus podría llevar al PIB de América Latina y el Caribe a una
contracción de al menos -1,8% en 2020.
La Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas afirmó que la región no tiene
otra opción estratégica que avanzar hacia un modelo de desarrollo más
sostenible a través de una mayor integración para mitigar los efectos de la
pandemia del COVID-19 en la región, en un nuevo documento divulgado hoy en su
sede central en Santiago de Chile.
Se analiza la
coyuntura, afirmó Alicia Bárcena, también los escenarios y las proyecciones
hacia 2030 ante la presente crisis pandémica, en que hay que recomendar
acciones de política para contrarrestar sus negativas consecuencias. Agregó que en esta
coyuntura la cooperación internacional juega un rol fundamental, la salida de
la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país, dadas las
asimetrías entre los países desarrollados, desarrollo, el papel de la ONU, el
FMI, Banco Mundial como esencial para garantizar el acceso al financiamiento,
gasto social y la economía de los países de la Región. A largo plazo, la región deberá
repensar sus estrategias de desarrollo para prevenir la severidad de futuros
choques, enfatiza el informe. Y propone la
creación de un fondo regional dedicado a las necesidades particulares de los
países de ingresos medios para apoyar la recuperación social, económica y productiva. Contar con un apoyo
flexible de las organizaciones financieras multilaterales, en que los países en
desarrollo deben negociar préstamos en condiciones favorables, servicios de la
deuda y revisar las políticas de graduación para los países de ingresos medios. En el estudio la CEPAL señala que
solo con un nuevo modelo de desarrollo la región evitará volver a transitar por
los caminos que condujeron a una situación en la que los efectos de la pandemia
del COVID-19 pueden no solo ser devastadores en el corto plazo, porque va a deteriorar
las condiciones de la recuperación y el desarrollo. El informe expresa la urgencia de
implementar en la región acciones inmediatas que permitan aplanar la curva de
contagio por la enfermedad del coronavirus sin aplanar la curva de la economía.
La CEPAL insta a los
gobiernos de la región a tomar medidas urgentes para abordar la emergencia
sanitaria, social y económica. Llama a los países a
repensar sus estrategias de desarrollo, fortaleciendo la coordinación,
integración subregional, regional, asegurar las cadenas de suministro de bienes
críticos, promover una migración voluntaria, aliviar la pobreza, fomentar la
reducción de la desigualdad, fortalecer el comercio intrarregional y las
cadenas de producción. “El mundo se halla ante una crisis
humanitaria, sanitaria, económica sin precedentes en el último siglo en un
contexto económico ya adverso”, dice la CEPAL. Contrario al año
2008, aunque esta no es una crisis financiera, de producción, bienestar. Ahora los Estados
están asumiendo un papel central para suprimir el virus, riesgos que afectarán
a la economía y la cohesión social”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria de la
CEPAL.
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