Censuran que Danilo Medina rehúse entregar banda presidencial a electo Luis Abinader sentando un mal precedente.

Por Marcelo Peralta   

Nada convence a la sociedad la actitud del Presidente Danilo Medina de rehusar asistir a su reemplazo y al accenso de Luis Abinader que se convertirá el domingo 16 en el gobernante número 53 y en los 157 años de la Restauración de la República.

Aunque la Constitución de la República no obliga al mandatario saliente Danilo Medina estar presente en la juramentación de Luis Abinader, sin embargo, su negativa sienta un precedente de mal gusto en los anales de la historia del país.

Igual, nada convincente es lo dicho por el ministro Administrativo de la Presidencia de la República, José Ramón Francisco Peralta Fernández que defendió a Danilo Medina de que no acudiría a la juramentación de su sucesor Luis Rodolfo Abinader por temor a contagiarse del coronavirus.

No obstante, ambas posturas los dejan mal parados, porque el Primer Mandatario derrotado junto a su Partido de la Liberación Dominicana se ha estado “revolcando”  haciendo inauguraciones de obras sin terminar.

Danilo Medina entregará al presidente de la Asamblea Nacional, Ingeniero Eduardo Estrella y Senador por la Provincia Santiago, lo convocó para entregar en un acto privado la banda que deberá llevar tendida en el “pecho” el nuevo Presidente de la República, Licenciado Luis Rodolfo Abinader Corona.

Abinader Corona asumirá el Poder este domingo 16 en medio de “marañas”; “entramados” y “entretejas” orquestadas por el propio presidente Danilo Medina como es el hecho de haber concedido la “mañosa” maniobra de conceder la nacionalidad a 750 haitianos en violación a la Constitución de la República.

Otras de las desagracias cometidas por el régimen de Danilo Medina es el “macabro” e “infausto” Plan Nacional de Regularización de Haitianos”, atendiendo a presiones de organismos internacionales; negarse a mandar a Estados Unidos a corruptos y narcotraficantes.

También, el endeudamiento del país con la banca internacional; el derroche millonario del dinero del pueblo para honrar estadías de haitianos indocumentados; construcciones de edificaciones escolares en lugares inapropiados los cuales cuando llueve se inundan.

Asimismo, la enorme cantidad de peledeistas que se hicieron multimillonarios en tiempo records a través de la dilapidación del dinero del pueblo y protegidos por el poder.