miércoles, julio 02, 2025

En Altamira, Puerto Plata hay luto por muerte del cineasta Agliberto Meléndez, de “Un pasaje de ida”

El nativo del municipio Altamira, provincia Puerto Plata, en el año 1942, cineasta Agliberto Meléndez-Un pasaje de ida-, falleció este martes, dejando un legado en el cine.

Estudió en la Universidad de Nueva York, donde adquirió las herramientas técnicas que luego traería de vuelta a su país. 

A su regreso, se encontró con un panorama desolador: el cine prácticamente no existía, más de tres cuartos de siglo se habían producido tres películas de manera aislada y con recursos muy limitados.

Un Pasaje de Ida se estrenó en los cines dominicanos en 1988, la cual recibió las buenas críticas de la prensa especializada y contó con un reparto compuesto por Carlos Alfredo Fatule, Ángel Haché, Rafael Villalona, Ángel Muñiz, Víctor Checo, Félix Germán, Frank Lendor, Giovanny Cruz, y Johanny Sosa.

“Un pasaje de ida” fue un suceso cultural sin precedentes: casi cien mil dominicanos la vieron en salas de cine. 

Además, la película recorrió importantes festivales internacionales —Londres, Nueva York, Washington, Cartagena de Indias, Huelva, La Habana, cosechando reconocimientos como el Premio del Público en Huelva, una mención especial en Cartagena y el galardón a Mejor Ópera Prima en La Habana.

Lejos de resignarse, Meléndez se propuso cambiar esa realidad. Su primer cortometraje, “El hijo” (1979), fue una versión cinematográfica del célebre relato de Horacio Quiroga. 

Dirigió “El mundo mágico de Gilberto Hernández Ortega” (1983), un documental sobre la obra del pintor dominicano que, a pesar de sus limitaciones técnicas, fue reconocido por su autenticidad y su valor testimonial.

Pero su pasión por el cine no se limitaba a la creación. En 1979 fundó la Cinemateca Nacional Dominicana, que durante años se convirtió en un punto vital para cinéfilos, estudiantes, críticos y soñadores. 

Allí se proyectaron por primera vez clásicos del cine mundial que marcaron a toda una generación. 

Mantener esa institución a flote fue un reto titánico: Agliberto la dirigió en solitario durante tiempos de profunda inestabilidad política y económica. 

En 1986, la Cinemateca tuvo que cerrar sus puertas tras la llegada al poder de Joaquín Balaguer.

Paralelamente, Meléndez desempeñó funciones públicas de gran relevancia: fue director de Radio Televisión Dominicana entre 1982 y 1986.

Presidió el Comité Organizador del Instituto de Cultura, promovió festivales culturales, fue asesor cultural de la Presidencia de la República. 

Su compromiso con la cultura dominicana fue integral y permanente.

Sin embargo, su obra más trascendente llegaría en 1988. 

Agliberto se embarcó en una empresa que parecía imposible: rodar la primera película dominicana moderna. Para lograrlo, hipotecó su casa, pidió préstamos y dedicó hasta el último centavo de su patrimonio.

El resultado fue “Un pasaje de ida”, un largometraje histórico que abordó la tragedia del carguero Regina Express, donde 22 dominicanos murieron ahogados intentando emigrar clandestinamente a Nueva York.

La película fue filmada íntegramente en República Dominicana, con actores y técnicos locales. 

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