Qué somos?
Leyendo me encuentro con algo que publico porque me sonrrojó.
Sentí impotencia.
Venguenza de vivir en un país que han sido atropellado por las potencias chupasangre.
Son esos mismos emporios que ahora quien que recibamos a criminales que han acabado con nuestros antepasados.
Ante estas circunstancias: Habrá un dominicano que apoye la presencia de haitianos.
El que tenga sensibilidad humana que se detenga un poco a leer este escrito
Inocentes y en masas degollados y arrastrados en el año 1805 y en todas épocas.
RELATO DE GASPAR AREREDONDO Y PICAHRDO
Por Marcelo Peralta
MOCA, provincia Espaillat. R.D.- En el dramático relato
"Memoria de mi salida de la isla de Santo Domingo el 28 de abril de
1805", del jurisconsulto dominicano Gaspar de Arredondo y Pichardo, se
revela que 40 niños fueron degollados en la iglesia de Moca.
Los cuerpos fueron encontrados en el presbiterio, que es el
espacio que rodea el altar mayor de las iglesias.
Esta tragedia, sin paralelo en la historia de la Isla, fue
parte del genocidio en que perecieron miles de dominicanos, muchos de ellos
degollados.
Esta catástrofe, también sin precedentes en nuestra historia, fue
ejecutada por las tropas del general haitiano Henri Christophe (Enrique
Cristóbal), quien conducía las huestes de Jean Jacques Dessalines que se
retiraban de la parte española de la isla durante su frustrada invasión de ese
año de 1805.
Interesa en el presente comentario resaltar particularmente la tragedia que involucró a los niños dominicanos brutalmente degollados o secuestrados, prisioneros y conducidos a pie hacia Haití.
El degüello de 40 niños en Moca está documentado en el relato de
Gaspar de Arredondo y Pichardo.
En el trabajo que se inserta en esta misma edición Alejandro
Llenas incluye este párrafo tétrico:
El 6 de abril Cristóbal reunió todas sus tropas en Santiago;
degolló en el cementerio los prisioneros varones, entre los cuales se hallaban
el Presbítero Vásquez y 20 sacerdotes más, puso fuego al pueblo y a sus 5
iglesias, y salió, llevándose como un rebaño 249 mujeres, 430 niñas y 318
niños.
Nótese que los niños degollados solamente en el altar mayor de la
iglesia de Moca fueron 40.
Dato interesante es la relación mujeres-niños que fueron llevados
desde Santiago para Haití "como un rebaño", pues mientras las mujeres
eran 249, los niños y niñas sumaban 748, es decir, tres veces más niños y niñas
que mujeres.
Mujeres, niños y niñas de Santiago prisioneros y arrastrados hacia
Haití sumaban 997 personas.
Existe información fidedigna de acciones señaladas en Moca y
Santiago, pero Llenas narra que por orden de Henri Christophe "Monte
Plata, San Pedro y el Cotuí fueron reducidas a cenizas, y sus pobladores
degollados o llevados cautivos".
Que por orden de él fueron arrastrados 900 veganos a Santiago y
fueron incendiados además San Francisco de Macorís, Moca, Puerto Plata y
Montecristi.
Está claro que cuando se dice que fueron "arrastrados"
900 veganos a Santiago lo que se indica es que esa cantidad de personas fue
conducida como prisioneros y que todos iban a pie.
De manera que a los 900 veganos conducidos,
"arrastrados", y los que venían siendo "arrastrados" desde
Monte Plata, San Pedro, Cotuí, San Francisco y Moca.
Y los que fueron tomados prisioneros en Puerto Plata y
Montecristi, e igualmente "arrastrados" a pie hacia Haití.
Si en cada una de esas comunidades se actuó como en Santiago,
donde fueron degollados los hombres prisioneros y conducidos
"arrastrados" las mujeres y los niños y niñas, es lógico calcular que
las mujeres, niños y niñas "arrastrados" eran miles.
Y otros tantos los prisioneros degollados.
Todo esto es una tragedia incomensurable ante la cual, con
relación al presente trabajo, se deben referir dos consideraciones, la primera
señalada ya por autores citados, y la segunda que explicaría el énfasis, el
interés particulr, en el degüello y la conducción de niños como prisioneros,
"arrastrados" a pie hacia Haití.
La primera
La primera consideración a que hago referencia es la circunstancia
en que Dessalines tiene que abandonar el sitio que tenía a Santo Domingo en
1805, un fracaso de enorme dimensión para Haití.
Entonces equivalente a una grave derrota militar porque la capital
de la antigua colonia española, además de su determinante importancia
estrategia, estaba ocupada por el ejército francés, que era el objetivo militar
número uno.
Esta situación adversa contrarió notablemente a Dessalines, que
antes de abandonar el sitio "hizo dar la orden a los comandantes de las
varias comunes conquistadas de reunir a todos los habitantes y reducirlos a
prisión, para que, a su primera orden hacerlos pisotear por las acémilas y
otros animales, al llegar a la parte haitiana".
Además, en virtud de las últimas instrucciones de Dessalines
dejadas a varios generales antes de abandonar el sitio, "éstos empujaron
delante de ellos el resto de los habitantes, de los animales y bestias.
Redujeron a cenizas los pueblos, aldeas, hatos y ciudades,
llevaron por todas partes la devastación, el hierro y el fuego, y no perdonaron
sino los individuos destinados por S. M. a ser conducidos como
prisioneros".
Aquí es importante resaltar que la parte de los dos párrafos
anteriores citada entre comillas fue extraída del diario de guerra del propio
Dessalines 2, de manera que, a confesión de parte, relevo de prueba, en
buen derecho según los abogados.
Se debe resaltar que el ejército invasor de Dessalines estaba constituído
de más de veinte mil soldados, muy bien dotados con las mejores armas de guerra
del momento en Europa, que habían los haitianos capturado al ejército de
Napoleón Bonaparte derrotado en Saint-Domingue, es decir, en Haití.
Como se ha visto, esos más de veinte mil hombres recibieron la
orden, en su retirada, de conducir hacia Haití como prisioneros a todos los
habitantes dominicanos, "o al resto de ellos", los que quedaran
vivos, porque los hombres prisioneros eran degollados.
Si sólo de Santiago fueron "arrastrados" 249 mujeres,
430 niñas y 318 niños, como revela Alejandro Llenas, y de La
Vega 900 veganos, entonces hay que colegir que se sumaban
los del resto de las comunidades por donde ese ejército pasaba y que fueron
miles, principalmente mujeres, niños y niñas.
¿Cuál fue el destino de las 249 mujeres, las 430 niñas y los 318
niños de Santiago?
A los 900 veganos que fueron arrastrados, ¿qué les esperaba
en Haití? La orden de Dessalines fue a esos y a los otros miles
"reducirlos a prisión, para que, a su primera orden hacerlos pisotear por
las acémilas y otros animales, al llegar a la parte haitiana".
¿No eran los 900 veganos conducidos arrastrados, en realidad
mujeres y niñas y niños, como eran los de Santiago?
Lamentablemente no hay pruebas documentales de este genocidio en
la región Sur del país, que fue por donde se retiró con una parte de su gran
ejército el propio Dessalines.
Hay sólo menciones en el texto escrito por Gaspar de Arredondo y
Pichardo sobre el horror que narraban los fugitivos que por los caminos y los
montes llegaban al Cibao desde el Sur.
La segunda
Hay una segunda consideración que expreso aquí.
Algunos historiadores tienen la creencia de que la invasión de
Dessalines fue como respuesta a un decreto destemplado, propio de la guerra,
del general francés Lois Ferrand, quien era en ese momento gobernador de la
colonia de Santo Domingo.
En su artículo "Invasión de Dessalines" Alejandro Llenas
cita muy bien este decreto de Ferrand, que fue en respuesta a una proclama de
Dessalines llamando a los habitantes de la parte española de la isla a
rendirse.
Pero en su insólito decreto del 6 de enero de 1805 3 Ferrand
autoriza a los habitantes y autoridades de la parte española capturar en
territorio de la república de Haití niños de hasta 14 años de edad, con el fin
de venderlos como esclavos.
Evidentemente el motor de la inmediata invasión de Dessalines no
fue este decreto, pero sí su contenido debió provocar la indignación de las
autoridades haitianas porque el mensaje de ese texto equivalía a una propuesta
de restablecer la esclavitud, que había sido evidentemente superada con la
proclamación de la Independencia de
parte de los haitianos, y que había sido suprimida además por la revolución
francesa años anteriores.
El degüello de los 40 niños en el altar de la iglesia de Moca y la
conducción como prisioneros hacia Haití de los 748 niños y niñas de Santiago
debió ser un evidente mensaje.
Esos, como hemos dicho, son datos que están documentados, pero no
debieron ser casos únicos.
En otras comunidades dominicanas en las que pisó el carnicero
conocido como Henri Christophe debieron haberse producido degüellos masivos de
niños.
Con ello Dessalines y sus oficiales subalternos, en su retirada
forzada, estaban dejando un mensaje a Lois Ferrand.
No advertían que Ferrand era sólo otro invasor, un ente
transitorio en nuestro territorio, y que la huella del genocidio sembraría
entre los dominicanos el horror que les provocan todavía hoy los haitianos, el
antihaitianismo que sembró el degüello.
Si hay un dominicano que apoye la invasión haitiana tiene que se un
extraterreste.
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