Josián Espinal, su vida y sus obras.
Josián Espinal.
Por Marcelo Peralta.
El Guanal, Santiago Rodríguez, R.D.- Su mirada era fija, esbeltez conjugada con la belleza del entorno,
unido al verdor de los árboles y incondicional amor familiar y hogareño.
Don José Antonio Espinal- Josián,
entregó todo lo que pudo junto a su7 esposa Teresa Pérez una noble familiares
de profesionales.
Fue un maestro de la poesía sin
haber ido a escuela a estudiar música y llegar a cursar el quinto grado en la
escuela normal y al séptimo en las escuelas radiofónicas de Radio Santa María.
El poeta con la mirada fija hacia
el infinito como reviviendo al pasado y queriendo expresar algunas palabras,
hoy domingo ha sido despedido a su última morada por miles de personas.
Después de una misa de cuerpo presente
en la que fue su casa de la comunidad El Guanal y las conmovedoras palabras de
su hijo Pedro Espinal, Don Josián ya descansa en la casa del Señor.
Hoy que miles de personas se desplazaron
a su hogar si Don Josián recordara ¿“Cuánto
lo valoramos”?. ¿“Cuánto lo apreciamos”?. ¿“Cuántas poesías compuso”?.¿“Cuán
orgulloso nos sentimos de ser su amigo”?.
¡Don José Antonio Espinal- Josián
fue elevado a las alturas, por haber sido un esposo, ciudadano sin igual y
padre ejemplar.
El poeta popular, amigo, agricultor,
criador de ganado, esposo sincero, padre ejemplar, que hoy, los presentes
dejaron caer miles de gotas de lágrimas al decirles adiós para no volver jamás.
Era el hijo mayor de una familia
de 11 del matrimonio de los esposos Pedro María Espinal López y Ana del Carmen
Durán Peralta.
Nació el día 6 de enero del 1935
en El Guanal y se quedó hasta sus últimos respiros de su existencia en este
globo terrenal.
Se casó con Teresa de Jesús Pérez
Domínguez, con quien procreó 7 hijos.
Pedro Antonio-Pellín-, Dionisio
de Jesús, Luis María, Ana Dolores -Loly-, María Teresa, Carmen Teresa y
Francisco Javier.
Don Josián vivió en cuerpo y alma
al cultivo de la tierra, cría de ganado, la poesía y el compartía día a día.
Desde joven se convirtió en un
sembrador e innato, de fe cristiana, apegado a sus raíces, amante de la
naturaleza y a la poesía popular.
En sus años mozos perteneció a la
Acción Católica, luchado innato por los mejores intereses colectivos.
Dirigente y fundador de la
Asociación de Agricultores Severino Estévez en su comunidad El Guanal.
Pieza clave del Movimiento
Campesinos Independiente-MCI-.
Luchó por años enfrentando la
represión de los temibles y sanguinarios 12 años del balaguerato.
Salió a las calles a exigir
mejores condiciones agrarias para el hombre y la mujer del campo con derechos a
producir frutos.
Poeta natural.
Don Domingo Moreno Jiménes dijo:
“El poeta nace, no se hace”.
A los 14 años demostró sus
cualidades, inclinación, pasión y adicción por el arte.
Declamaba en velatorios,
actividades sociales, culturales, campesinas, deportivas y políticas.
En esos escenarios improvisados a
través del crisol de la poseía expresaba las problemáticas que afectaban a la
sociedad.
Su ingenio poético parió las
obras “El olor de mi campiña” y “La vaquita de Emiliano”, con impresionantes
poesías como “Un jilguero silba en Sabaneta”; “El olor de mi campiña”; “Déjenme
seguir cantando”; “Camino a la frontera”; “Son como estrellas”; “Navidad de los
pobres”; “Homenaje a la profesora Doña Blanca”.
Otras fueron; “Cuando este juego
se tranque”; “El pobre y el rico”; “Cámbieme el disco compai”; “Lamento de mi
campiña”; “Saludo al Plan Decenal”; “Al agrónomo en su día”; “El pobre así no
se salva”; “En el día del maestro”.
Además, “A la mujer en su Día”;
“Hasta Cuando”; “Desde que caímos en el fondo”; “Descubrimiento de que”;
“Democracia o zancadilla”; “Homenaje a los grandes descubridores”; ¿Que es lo
que tiene esa silla?.
También, “La política criolla en
el terreno del juego”; “Acuerdo etambai (Stand by)”; “La mala suerte del
pobre”; “La política y la religión”.
Escribió y declamó durante más de
30 años.
Trabajó agricultura, criando
ganado y los deberes del hogar.
Procreó, crió, educó y formó a
sus hijos e hijas con esfuerzos combinados junto a su esposa Teresa a quienes
impregnaron modales y formación.
Trabajó duro, mientras en sus
tiempos libres los dedicaba a escribir poesías e irse a las misas en la ciudad.
Participó en escenarios en las
provincias Santiago Rodríguez, Dajabón, Montecristi, Valverde, ubicadas en la
Región Noroeste, en Santiago, Santo Domingo y otras.
Premios:
Don Josián, ganó el primer lugar
como poeta y una placa de reconocimiento en el 1985 en el concurso en las
ferias regionales en las provincias Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón y
Montecristi que organizaba cada dos años el Instituto para el Desarrollo del
Noroeste-INDENOR- que presidía el Obispo de la Diócesis Mao-Montecristi, su
Eminencia Reverendísima, Monseñor Jerónimo Tomás Abreu Herrera, ya fallecido.
Repitió la misma proeza en el año
1987 en las mismas ferias agrícolas y artesanales organizadas por el INDENOR,
pero esta vez celebrada en la provincia de Dajabón.
La empresa licorera Barceló
Industrial, le otorga una placa de reconocimiento en 1993 por sus aportes al
desarrollo de la provincia Santiago Rodríguez.
Concursa en un programa de radio,
titulado: “Vamos a decirlo en décima”, logrando el segundo lugar.
Mientras que en la segunda Feria
del Libro en la ciudad de Santiago de los Caballeros, en 2005, recibió el
reconocimiento “Café Bohemia” improvisando décimas.
Peregrinaje:
Desde Santiago Rodríguez se trasladaba a la ciudad de Santo Domingo para participar como decimero en el programa de televisión que dirigía el ya fenecido comediante Freddy Beras Goico en su programa “Con Freddy y Punto”, en “Punto Final” que transmitía por el canal 9 de Color Visión en la ciudad de Santo Domingo.
Otros de los programas en los
cuales participa de manera activa fue en CDN que les hizo un reportaje como
“Personaje Orgullo de la Comunidad”.
En la vida, Don Josián presenta
un manojo de poesías populares frescas, agradables y escritas por él.
“Como un atardecer
otoñal en Sabaneta”.
Quienes conocieron a este
incomparable ser humano que hoy está postrado, consideran que la poética del
trovador popular Josián Espinal estaba ataviada de una pureza, que la hace
colindar con la candidez, tan comprometida, que la obliga a rozar con la trova.
Este creador de las décimas
escribió obras que transcienden las fronteras literarias por su pureza y
sentimientos a nivel local, regional, nacional y hasta internacional.
Sus escritos afinaron el arpa de
una robustez, a tal que cada espinela de ella, pudieran orientarse a una
trinchera para iniciar el combate por los pobres, por los olvidados, los
fruidos y los dolitos, al considerar que eso es tierra, llanto y olvido a
través de toda su historia.
Muchos conciudadanos coinciden en
señalar que frente a una persona erudita, la poesía popular de su autoría,
auténtica, manuscrita y original con sabor a recuas de animales en las
madrugadas, o a las caídas de sol, es una llamada a la conciencia y a la
reflexión.
Mas, esas poesías son un canto
que huele a surcos recién sembrados, a juntas de hombres desyerbando en las plantaciones
agrícolas, un canto por vida, a remontarse a tiempos a tras, y sería como
sentarse escuchar el silbido del jilguero en los encantadores campos
contagiosos de confort, atractivos y verduzcos sabaneteros.
Pero, cuando la vida nos abate y
la Ley Divina nos llega para llevarnos al sepulcro habrían, entonces que
recurrir a aquella frase escrita por Juvenal: “Solo la muerte confiesa cuán
débil es el cuerpo del hombre”.
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