No al intento a la mordaza.






Por Marcelo Peralta

El periodismo honesto nunca deberá vender su pluma.

Jamás hipotecar la conciencia.

El presidente de la República  Danilo Medina ha sido garante de la libertad de prensa.

Es un mandatario que a los periodistas.

En su artículo 49, la Constitución de la República Dominicana establece que libertad de expresión e información en que toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa.

Un caso reciente ocurrido en el Municipio de Sabaneta, Provincia Santiago Rodríguez donde nació la República Dominicana en 1844 hasta la fecha ningún fiscal ha citado mediante Acto de Alguacil a un periodista para intimidarlo.

Este martes reciente, debió acudir por ante el Ministerio Público el periodista Lisandro Torres tras un procedimiento inusual del Ministerio Público provocando una situación molestosa contra el periodismo honesto.

La Fiscal Titular, Sumaya Rodríguez Matías, una funcionaria con experiencia, capacitada y muy estudiada parece que le fallaron algunos términos y mandó a citar ante su despacho mediante acto de alguacil al periodista Lisandro Torres, “dizque para conocerlo”.

Este es un caso que ha creado suspicacia en algunos los periodistas no comprometidos con sectores algunos.

Emplazar al periodista Lisandro Torres a través de un Acto de Aguacil por parte de la fiscal Rodríguez Matías es una forma de acallar voces y silenciar plumas.

Intimidar a periodistas, nos remonta a dar plazos hacia atrás.
Nos recuerda a aquellos odiosos 12 años de la era el presidente Joaquín Balaguer.

En esa época desaparecieron y asesinados a muchos periodistas y jóvenes.

Era que funcionarios judiciales mandaban a buscar periodistas dizque para conversar.

Lo presionaban y amenazaban para que no escribieran contra determinado sector o funcionarios.

En el despacho del funcionario judicial se les tomaban fotos y se enviaba a los servicios de inteligencia y a los pocos días ese periodista aparecía asesinado.

Pareciera que se está reeditando aquellos residuos de los 12 años.

Al llegar al despacho de la magistrada Sumaya Rodríguez Matías lo primer que prohibió que nadie usara cedulares, grabadoras y cámaras fílmicas.

Un militar en su antedespacho presionaba y obligaba a los periodistas y abogados a que dejaran sus celulares tirados en un escritorio.

Ya adentro y al preguntarle las causas de la citación sonriente exclamó: “Lo he citado para conocerlo”.

Impidió que los camarógrafos grabarán lo que se decía allí.

No obstante, un empleado suyo si lo hizo durante todo el conversatorio.

Terminado el “supuesto conversatorio” condicionó y sugirió a los miembros de la comisión: “Vayan y díganle a los camarógrafos y periodistas que este fue un encuentro de amistad.

Pero, antes de salir de su despacho, el mismo militar que revisaba de los pies a la cabeza a periodistas y miembros de la comisión  de celulares, grabadoras de manos y sacó a los camarógrafos del despacho, entró raudo y veloz a tomar una foto junto a la magistrada.

Al citar a Lisandro Torres, quien junto a varios de sus compañeros se desplazó desde Santo Domingo a Santiago Rodríguez y una comisión desde Santiago, dejando de honrar sus compromisos, incurriendo en gastos económicos, riesgos de sufrir accidentes de tráfico no cayó bien entre algunos periodistas.

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