Gobierno, empresarios, Constitución y sociedad
El Mirador
Por Luís
Céspedes Peña
A diferencia
de la mayoría de los gobiernos que tuvo el país, compuestos por profesionales
de la política, el que dirige Luis Abinader es predominantemente
empresarial, aunque el jefe de Estado tiene la doble condición.
Y es
razonable, porque el fuerte de la inversión económica en la campaña
electoral que eligió al Presidente Abinader, los senadores, diputados,
alcaldes y directores de Distritos Municipales del oficialista Partido
Revolucionario Moderno (PRM), salió de personas que representan una parte del
nuevo empresariado.
A la mayoría
de dirigentes del PRM sólo le queda quejarse de que la totalidad de
los altos cargos del Estado, incluyendo senadores, diputados,
ministros, administradores y directores generales, están ocupados por ese
sector empresarial.
Esa es la
razón por la cual la parte política del gobierno del PRM, no tiene
poder para el control de los altos
precios de los productos de consumo masivo, incluyendo los de la construcción.
Las
Asociaciones de Ferreteros, los comerciantes y los consumidores, vienen
exigiéndoles al gobierno bajar los precios de los productos, pero eso es
imposible por la situación descripta. En el caso de los materiales
para la construcción, lo que hizo el Presidente fue disponer compras
masivas para concluir obras del Estado, incluyendo las escuelas, como
una forma de decir esto es lo que va. Los dominicanos no deben
esperar bajas de precios, los cuales están a los más altos niveles, a
pesar de que la nación sigue recibiendo más dólares de los dominicanos en el
extranjero.
El alza
del dólar era lo que se alegaba hacía subir los precios de los productos, pero
ya se sabe que eso incide, pero no a nivel global, porque ahora los
precios, especialmente de los alimentos y los materiales para la construcción, deberían estar
bajísimos.
El problema
está en que el gobierno condujo al país al mayor grado de endeudamiento interno
y externo, el cual arrastra más de lo disponible del 70 por ciento del Producto
Bruto Interno (PBI). Al país le está quedando menos del 30% para el
pago de los empleados, gastos generales e inversiones
públicas.
El gobierno
mantiene centralizada su política en los impuestos indirectos a la
población, mientras lucha por gravar otros importantes sectores, como las
tierras, a través de una reforma fiscal, que consiste en aumentar las cargas
impositivas existentes y poner otras. ¡La reforma fiscal es
para que los consumidores paguen más impuestos, no para bajarlos ni quitarlos!
Y, mientras
eso ocurre, ese mismo sector empresarial que dirige el poder, ya comenzó a
distribuirse la planta generadora de electricidad Punta Catalina. Pero en
Santiago, en los sectores donde se supone que debe haber energía eléctrica las
24 horas, los apagones no cesan, donde funciona EDENORTE.
El
Presidente Abinader debe entender que dirige un país muy parecido a
los volcanes durmientes, que lucen apagados, pero “ardiendo por
debajo de la superficie”. Hay una gran disminución de la producción
agropecuaria, lo que también motiva las alzas en los precios de sus
productos.
El Presidente
de la República declaró que el gobierno creó un millón de empleos, pero mandó
al desempleo a más de un millón 300 mil, con cancelados en las
instituciones del Estado y los que quedaron fuera por la
eliminación de entidades públicas, como el FONPER u otros organismos del
Estado.
Y
todavía el gobierno tiene pendiente la cancelación de aproximadamente otro
millón de pesos. Como ya el país está perdiendo la capacidad de pagos, no se
puede esperar bajas en los precios de la mayoría de los productos, porque ya
esos recursos están comprometidos con el pago de las deudas interna y externa.
La sociedad,
independientemente a que ya no tendrá mejoría económica en estos tres años,
porque para eso tendrían que bajar entre un 100 y 220 pesos por ciento, que es
lo que se estima aumentaron desde que el PRM asumió el poder, debe actuar con
comedimiento, debido a que si caemos en un estado de crisis institucional, los
problemas serán peores. ¡El gobierno debe cambiarse en el 2024!
Con respecto a
la intención del Senado de la República, para que el
Presidente Abinader disponga que las personas no vacunadas no puedan
realizar sus gestiones en los bancos, supermercados u otras instituciones,
debemos decir que eso es totalmente violatorio a la
Constitución de la República, aunque es importante que los ciudadanos se
vacunen en contra del COVID-19. ¡Es una decisión de cada ciudadano!
El problema
está en que la mayoría de los legisladores parece que no lee la Constitución de
la República. Se sabe científicamente que el mejor remedio para evitar la
enfermedad, es el uso de la mascarilla y la higiene, porque las personas, aún
con las dos vacunas, se contagian. Pero vacunarse o no,
es un derecho constitucional de cada persona. Veamos lo que dice la
Constitución.
Artículo
39.-Derecho a la igualdad. Todas las personas nacen libres e iguales ante la
ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y
demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin
ninguna discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad,
nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o
filosófica, condición social o personal.
(Del mismo
Artículo 39, acápite) 15.- A nadie se le puede obligar a hacer lo que la
ley no manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe.
Artículo
42.-Derecho a la integridad personal. Toda persona tiene derecho a que se
respete su integridad física, psíquica, moral y a vivir sin violencia. Tendrá
la protección del Estado en casos de amenaza, riesgo o violación de las mismas.
Lo que dice la
Constitución es que el Estado debe proteger a los ciudadanos, cuando sus
derechos estén en riesgos. ¡Es todo lo contrario a lo que le sugirió el Senado
al Presidente Abinader! En este casi año de gobierno, ya conocemos el
accionar del jefe de Estado. !Gobierna con mucha presión!
¡Gracias por
leernos).
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