La baharúnda de la vicepresidente Raquel Peña.
Por Marcelo Peralta
La vía desenfrenada y
accidentada con que marcha el gobierno está llevando a algunos funcionarios que
parece estar embriagados de poder a cometer “torpezas”.
Lo triste ahora es darle la
tónica de cómo aprender a manejar sus niveles emocionales para que puedan
reaccionar y alienarse como hacen los mecánicos con las gomas de vehículos.
Sin tener seguro los resultados
de las dos primeras dosis de la vacuna y determinar si hubo efectividad o no, la vicepresidenta de la
República, Raquel Peña, que es una “boquita caliente” y lanza todo como si
llevara una “baza ardiendo en sus manos” anuncia que hay que aplicar una
tercera dosis.
Ese desenfreno de funcionarios
palaciegos genera confusión en la sociedad, que no está acostumbrada a
vacunarse con frecuencia como ha tenido que hacerse en estos tiempos de la
COVID19.
La gente acepta ahora ir a
los centros a inmunizarse porque la Covid19 está descontrolada en el país
contagiando y matando a diez y siniestra.
Lo dicho por la segunda
mandataria pueda de que sea necesario hacerlo, pero se entiende que la gente debe
tener informaciones más acabada.
Al parecer la funcionaria se
precipitó, y esto ha ocasionado nebulosa y una andanada de críticas contra el
gobierno.
Con su anuncio de la tercera
dosis, Peña ha creado ruido, lo que se evidencia que en el gobierno prevalecer
un desorden sepulcral y que se imponer ponerle freno a funcionarios del
gobierno que no controlan sus emociones.
Ahora bien, por esa ligereza,
se ha desatado confusión con aquellas personas que tienen las dos dosis a
resistirse volver a los centros de vacunación a ponerse el refuerzo.
Más todavía, quienes se
vacunaron dos veces con la China, se rehúsan a colocarse un refuerzo de otra
república y otro continente
La “barahúnda” creada por la
segunda mandataria, impacta en la sociedad como los toques de trompeta anunciando
la entrada de un “huracán”.
El sonar de la trompeta repercutió
tanto, que el presidente Luis Abinader convocó una reunión a puerta cerrada con
sus funcionarios jerárquicos para instruir a que afinen mejor sus instrumentos.
En la oposición y en su ocaso
político, el presidente Joaquín Balaguer, pronunció dos frases célebres que
enrostró a los políticos José Francisco Peña Gómez: a quien le dijo que ”Se
hizo pupú fuera del cajón”; y a Leonel Fernández: “Metió los dos pies en el
mismo zapato”.
En este gobierno de Luis
Abinader y su partido PRM se evidencia que no hay integración entre sus funcionarios.
Es un gobierno desde un punto
de vista “desequilibrado”.
Todos los funcionarios andan mangas
por hombros.
La mayoría de sus
colaboradores se creen dioses.
Algunos quieren lucirse y
crear programas que solo beneficiar a los ricos, sin darse cuenta que están
gobernando con muchos de los que se hicieron multimillonarios en pasados gobiernos.
Los funcionarios del PRM no
entienden que estar en el gobierno es un desafío y que deben actuar con firmeza
para que al terminar su mandato no vayan a la cárcel.
No me importa que funcionarios
del gobierno se vayan por un “derricadero”, porque no tengo compromiso político con nadie,
y no entienden que muchos son peores que los que se fueron, y que en la
actualidad hay que en lugar de sumar lo que hacen es restar.
Reitero que no tengo velas en
ese entierro de este gobierno y nunca lo he tenido con ninguno, pero los
aconsejo que de proseguir así, el barco no llegará a puerto seguro.
Los funcionarios no deben
estar en competencia el uno con el otro, porque desajustan los planes de
transparencia del presidente Luis Abinader, que en esta lucha se evidencia la
soledad y el poco apoyo de sus colaboradores.
Dentro del gobierno del mal
llamado del “cambio” hay funcionarios que están en competencia de quién sale más
en los medios de comunicación de masas a hacer “anunciaciones” y quienes no.
En vez de alinearse al
proceso de transparencia del presidente Luis Abinader, lo único que están, es, tirándose las cajas y los
cajones en los medios de comunicación, cometiendo desaciertos y no de ocupar de
organizar los trapos sucios en sus respectivos despachos.
No se dan cuenta que al oeste
nos asecha el dragón de cuatro cabezas que avanza a pasos agigantados.
Hace tiempo que tienen sus
tentáculos centro de República Dominicana y podría abalanzarse en cualquier
noche oscura y arroparnos a todos.
De continuar así, que Dios
nos coja confesados”.
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