Que más quieren los haitianos


Por Marcelo Peralta
En  la historia de la sociedad solo vive el que dejas huellas.

La vida vale por el uso de la que de ella hacemos.

El ser humano vive por el ideal del que está dotado.

Vive de la conciencia que le caracteriza,  la valentía y coraje que posee para sobresalir o dejarse morir aplastado como las vacas en tiempo de sequía.

La vida es digna cuando la ennoblece un ideal.

Es, además buena la vida por su accionar.

El ser humano disfruta cuando ve satisfecha acciones que dejan huellas y rastros.

Tras la tragedia del año 2010 del terremoto  que asoló a Haití, República Dominicana fue la primera en auxiliar a los haitianos.

Un poco atrás cuando se produjo la tragedia en el Palacio Presidencial en Haití en el año 1912 donde dinamitaron esa dependencia, allí estuvo República Dominicana prestando ayuda.

Allí murieron decenas de militares y civiles y República Dominicana primera Nación en darle ayudas.

Tras este acontecimiento sangriento comenzó la descomposición social, donde la oligarquía y la burguesía, a pesar de la sangre derramada, se repartieron el poder.

Para el 27 de julio del año 1915, Haití que nunca ha tenido estabilidad presidencial, tuvo en un período de un mes a 5 presidentes.

Uno de ellos fue Guillermu Sam que durante su efímero mandato profundizó la crisis social y la mano solidaria de República Dominicana intervino con ayuda a los heridos y los que huyeron y se ocultaron en nuestras tierras para evitar los asesinaran.

El Presidente dominicano de entonces Juan Isidro Jiménez, un títeres de Estados Unidos obtuvo beneficios personales por el ocultamiento de los haitianos autores de la explosión en el palacio y enemigos políticos de quienes gobernaban.

El jefe militar haitiano, Oscar Etienne ordenó a sus subalternos sacar de las celdas a 200 presos políticos a los cuales fusiló a mansalva y a sangre fría.

Ese mismo militar haitiano, de acuerdo a datos contenidos en el libro publicado por el profesor Juan Bosch, en el año 1983, que tituló: De Cristóbal Colón a Fidel Castro, donde dice que el presidente haitiano Guillermo Sam, fue apresado, prisionero, amordazado de pies, manos, su cuerpo cortado en pedazos vivo y esparcido por las calles.

Esa acción fue lo que justificó la ocupación por tropas de Estados Unidos desde el día 21 de agosto del año 1915 hasta el 1934 desde donde se llevaron parte de las riquezas que acumulaba Haití
 
Las tierras de la isla de La Española tiene más de 135 millones de años y han sido objeto de saqueos sistemáticos por los imperios.

Con las devastaciones de Osoria en el año 1605 y 1606.

Francia indefectiblemente ha sido abanderada de la unificación de Haití y República Dominicana.

Esta potencia que se llevó las riquezas de Haití, abandonó a su suerte a los habitantes y hoy quiere que República Dominicana se “fume ese tabaco”.

Francia que se comió la masa ahora torpedea para que República Dominicana se “chupe” los huesos.

Ella que se comió el cajuil que se chupe la PEPA.

Se firmó el acuerdo de Nimega en el año 1678 con el objetivo de acabar con los enfrentamientos entre franceses y españoles.

Se hizo el tratado de Ryswick en el año 1697 donde Francia ocupaba la parte Española para que la abandonara.

En el año 1777 se produjo el tratado de Aranjuez, donde España y Francia fijan los límites de lo que pertenecía a Haití y a lo que es hoy República Dominicana.

Los poblados que pertenecían a la zona española de Juana Méndez, San Rafael de La Atayala e Hincha fueron cedidos por España a Francia.

Para el año 1802 Francia se establece en la parte Este, denominada la Española hasta el 27 de febrero del año 1844 y nos
controla y pisotea nuestras tierras por 22 años.

En ese entonces, 85 años después se hace el Tratado Fronterizo en 1929.

De nuevo en el año 1936 se revisa de nuevo el protocolo fronterizo y la zona divisoria que tiene 388 kilómetros de largo.

Habrá que ceñirse por lo bíblico de Colesiástico, versículo 10, entre el 8 y el 9 donde señala que la Soberanía pasa de una Nación a otra por el dinero.

Si las autoridades no defienden la Soberanía que sea el pueblo que lo haga.

La regularización y la presencia haitiana tiene que hacerse porque como ciudadano estoy “harto de pagar impuestos para cubrir gastos de miles de parturientas haitianos en los hospitales estatales”.

No satisfechos de esos favores, nos acosan y nos denuncian ante organismos internacionales cómplice de que nuestro país se antihianice más de lo que está.

Recuerdo que en mi condición de periodista cubrí varias veces debates, conferencias de prensa de la Dirección General de Migración en el gobierno de Joaquín Balaguer que dirigía Viterbo García.

República Dominicana trató de legalizar a decenas de haitianos incorporada al corte y acarreo de caña de azúcar y las autoridades haitianas se opusieron.
Nuestro país nunca ha invadido a Haití.

Los haitianos han tenido acontecimientos de connotación mundial y no se divulga, pero si uno de ellos de da un rasguño eso cala a nivel mundial.

Ya está bueno de tanta infamia, maldad, avileza, detractores pagados por agencias internacionales para desacreditarnos.
BASTA YA de tanto acoso.





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